O la fantabulosa emancipación de Harley Quinn.
DC-Warner lo tenían todo a su favor para ofrecernos algo decente después de Joker, y hacernos olvidar los desastres de Aquaman y Shazam… Y nos escupen esto a la cara.
Producción oportunista, imbuido de falso espíritu me too, la adaptación se pasa por el forro el material original, convirtiéndose en un producto hipócrita de puro postureo, al servicio de Margot Robbie (que nunca fue un ave de presa), con la compañía de Rosie Pérez como la inspectora Montoya (que nunca fue un ave de presa), pasando de puntillas por su condición sexual. Así, sólo se respeta a La Cazadora, interpretada por la siempre estimulante Mary Elizabeth Winstead (Gemini Man, La cosa) y el personaje de Canario Negro, convertida en una Alicia Keyes de pulmones supersonicos, y que aquí es afroamericana… porque sí. Y ya tenemos a las rrriot girls, en una narración que bascula entre Deadpool y Yo, Tonya (mayor logro interpretativo de la Robbie, no lo olvidemos), sin tan siquiera rozar la calidad de éstas. Partiendo de la base de que TODOS los personajes masculinos son viles, mezquinos y malvados en general (sólo se salva el Castor disecado), sobresale el villano, un deliciosamente sobreactuado Ewan Mcgregor (sin duda, el nuevo Malcom Mcdowell) que constituye lo mejor del despropósito
El nivel actoral se asemeja peligrosamente al del guion. Es decir, sólo destaca la hiena digital Bruce. Soporífera, aburre desde la primera hora, pues el enfoque teen donde no muere nadie, y el tono » el violador eres tú», representa más una triste parodia involuntaria al movimiento feminista. Ni siquiera otras Aves (estas de rapiña) como Kathleen refritos Star Wars Kennedy, o Kevin “Churreria Marvel Feige «, han llegado tan lejos. Una patada en la entrepierna en intenciones y resultados, que sólo servirá para inspirar disfraces estos carnavales. Y todavía hay gente que se queja de Suicide Squad….