A falta de ver Despierta la furia (2021), éste film post-navideño, se me antoja como el esperado reencuentro entre Jason Statham y Guy Richie. Recordemos que el director y actor británicos, rompieron las reglas con las gamberras Lock and Stock (1998) y Snatch (2000). El calvo fue absorbido por Hollywood en las superproducciones de mamporros que todos conocemos…y el realizador se enamoró de Madonna y fue barrido por la marea…
Se reunieron felizmente en la infravalorada y disfrutable Revolver (2006), y Ritchie es recuperado para la causa en las soberbias Rock and Rolla (2007) o The Gentleman (2020), sin por ello perder autoría o personalidad en el díptico Sherlock Holmes (2009) y Juego de Sombras (2011), Operación Uncle (2014) o la excesivamente denostada (por los mismos que aplauden Black Panther o Shang Chi…tal cual) King Arthur (2017). De Aladdín (2019) ni sé ni quiero saber nada…
Pero he aquí que director y actor se marcan una especie de Rififi moderno. Una especie de Misión Imposible (la de De Palma), y la de The Italian Job (la de 1968 con Michael Caine, no el execrable remake de 2003 con Mark Whalberg.
Trama bondiana con montaje y diálogos marca de la casa que, sin embargo, no termina de definirse. A ratos, una de Statham, a ratos, una de Ritchie se quedan en tierra de nadie. Brillan secundarios como Eddie Marsan y Cary Elwes, y, sobre todo, un divertido Josh Harnnet, que se diría un sosias de DiCaprio como movie star, sin muchas luces.
Pero es un pletórico Hugh Grant quien roba la película, igual de carismático que en la anterior The Gentleman. Acción, humor, coñas filogay , exteriores exóticos y una servidumbre estelar a la estrella alopecica, quizás destinada a rentabilizar la taquilla. Eso sí, el ritmo no desfallece en ningún momento.
Entre varias escenas memorables, nos quedamos con el homenaje a Dos hombres y un destino, con la belleza de Raindrops keep falling on my head… Se deja ver, pero esperábamos más del Tarantino inglés… Quizá la próxima vez…
Imagen promocional de la película