domingo, diciembre 22, 2024

Adrián Gómez opina sobre la película «Todo a la vez en todas partes»

Resulta curioso que éste film esté apoyado por los hermanos Russo (Civil War, Infinity War, etc…), recaderos del MCU y, por ende, de la excecrable Disney, en las antípodas de lo que ofrece el film que nos ocupa. No sólo en frescura, originalidad y rupturismo con lo habitual en el mainstream, sino con una particular visión del multiverso (eje central de la trama), totalmente opuesto a la visión infantil del interminable y desgastado ciclo superheroico. Los autores del film ya habían sorprendido con la muy recomendable Swiss Army Man, bizarra visión de un Robinson Crusoe (Paul Dano), compartiendo peripecias con un singular compañero (ejemplar Daniel Radcliffe) en tareas de supervivencia.

Los Daniels apuestan por una iniciativa aún más arriesgada; la radiografía de una familia oriental, propietaria de una lavandería, que preparan una cena, donde asiste su hija (Stephanie Hsu), con su compañera, o su irascible abuelo (mítico James Hong), que se verá trastocada , cuando topen con la gestora, encarnada por Jamie Lee Curtis (sencillamente magistral), que se revela como una especie de agente Smith, y el marido y coprotagonista Ke Huy Quan (Indiana Jones y el templo maldito, Los Goonies), le comunica a la heroína Michelle Yeoh (en el rol de su carrera) , estrella de Tigre y Dragón, que viene del Alphaverso, y que es la única que puede salvar el (los) universo (s).

Un donut oscuro rige el destino de la humanidad, poseyendo a la vástaga de la familia, mientras nuestros héroes saltan entre realidades a base de enemas, sprays , papel cortante y los más descabellados métodos. Una velada en el cine da paso a otra dimensión con salchichas por manos, desembocando en la sabiduría de un mundo habitado por piedras que meditan, intercalado con escenas de acción con patadas y pequineses voladores, o consoladores boxísticos.

No hay concesión woke. Todo fluye, y lo que parece un montaje caótico, una sátira del cine de artes marciales o una parodia homenaje a las Wachowsky o Christopher Nolan, deviene en fábula existencial, emotiva, cautivadora y filosófica. De la toma de decisiones, de la vida que elegimos, del fin del amor, de la barrera generacional o de la maternidad. Un análisis metafísico sobre la familia. Y todo sobre los hombros de Yeoh. Una lección de cine en toda su amplitud, que explota cada recurso ofreciendo un lenguaje amparado en la cultura pop contemporánea. Desde Mapachouille hasta la era del Tik Tok, con planos de un segundo, que revelan una genialidad, ajena al blockbuster inane o al enésimo producto oscarizable (biopics previsibles, remakes indigestos, churros políticamente correctos, orgias audiovisuales vacías con mucha pantalla verde…)

Chapeau por una rara avis inteligente a la par que emocionante, cuyo fin justifica los medios, con un guion y unas interpretaciones de las que hacen historia… y un respeto por el cine como arte por encima de todo, que hacía tiempo que no se veía..no apta para públicos amoldados (y destinados) a ver una y otra vez, más de lo mismo. Nosotros nos quedamos con ésta joya

Fotografía en portada: Cartel o escena, público y distribuido para su publicidad de la película

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