viernes, noviembre 22, 2024

Adrián Gómez opina sobre la película «Valerian y la ciudad de los mil planetas» de Luc Besson

Asunto: Valerian y la ciudad de los mil planetas.

Suenan los acordes de «Space Oddity» de Bowie; y ya estamos inmersos en el mundo que Pierre Christin y Jean Claude Mezieres crearon hace casi 50 años (y del que tanto mamo George Lucas para su saga galáctica. Comic galo canónico de ciencia ficción por excelencia, sus viñetas destilaban aventuras y guiones, algunos, de pura hard scifi; que fueron piedra de toque para el desarrollo excepcional que vendría después (todo «Metal Hurlant», «Arzach» y «El garaje hermetico» de Moebius, «Los amos del tiempo» de Rene Laloux, «Gandahar», etc..).

Precisamente Moebius y Mezieres colaboraron en los diseños de ese homenaje al género que fue «El quinto elemento» hace 20 años; y no es casualidad que su director, Luc Besson, se ocupara de la adaptación que nos ocupa, otorgando los papeles protagónicos de Valerian y Laureline a Dane Daahan (Chronicle, La cura del bienestar) y a la buenorra pero inexpresiva Carla Denvigne, respectivamente. La buena y personal mano en el género del director ya se demostró anteriormente en las brillantes» Kamikaze 1999″, «Lucy» o la citada cinta con Bruce Willis, así como adaptando comics francófonos en «Adele y el misterio de la momia» y aquí se suelta el pelo, exhibiendo conocimiento y pasión desbordante por el material original; nos narra los orígenes de este universo(cameo de Rutger Hauer incluido), derrochando barroquismo visual en una trama trepidante, estructurada en una serie de «aventuras ramificadas’, que es puro comic… la belleza de las imágenes, haciendo (esta vez sí)un buen uso del CGI(ese prologo en el planeta alienígena… pura delicia para los sentidos),como se demuestra en la misión «interdimensional» con el transmutado, o la aparición de los shinguz…Así mismo, también queda patente el sello autoral en los diálogos enloquecidos o en los caóticos y divertidos personajes secundarios ( Ethan Hawke, Rhianna..), que acompañan a nuestros agentes espacio-temporales.

Mención especial para el jazzman Herbie Hancock y el siempre magnifico Clive Owen (sin duda, el mejor de la función… y el que menos en serio se lo toma), constituyen un cast para un film, me temo, incomprendido (mereció mejor suerte en taquilla) que representa una space opera en su acepción más pura, que ya quisieran para sí las nuevas «Star Wars» de Abrahams», o el» Avatar» de Cameron (¿literalmente… james donde te has metido?).

Constituye pues, un entretenimiento de primer orden para disfrutar en pantalla grande; seas fan del comic o no. Más que recomendable.

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