Entre la aventura épica y el mojón de campeonato se movió la sobrevaloradisima e insuficiente Infinity War. Ahora, parece (y sólo lo parece) que Disney y los hermanos Russo (directores de la mediocridad citada, de la muy estimable Soldado de Invierno, y de la correcta Civil War) quieren dar carpetazo al MCU… y ¿qué es lo que hacen? ofrecer un espectáculo de tres horas dispuestos a arrasar por delante de cualquier producto galáctico, fantástico y comiquero que se precie… la sombra de ególatras mercantiles como Lucas, Cameron o Jackson es alargada, así como la sonrojante calidad de sus últimas propuestas, y casi podríamos decir lo mismo del último lustro Marveliano cinematográfico; aquel en el que la popularidad terminó ahogando a la calidad.
Y he aquí que tenemos un mamotreto que pasa como un suspiro. Unos todos a una que mejora los (innumerables) fallos de la anterior y en el que se llega a atisbar (¡por fin!) cierto espíritu del material en el que se basa (¡y no sólo me refiero a los cameos de Stan Lee y Jim Starlin, ni al celebérrimo grito de guerra de “Vengadores Reuníos!” … ¿Diez años, era tan dificil?). De acuerdo; tenemos lo mismo de siempre: la insipidez expresiva de Chris Evans, el empecinamiento de convertir a Thor en un mono de feria (está plagada de referencias a la execrable tercera entrega del Watiti… ¿nadie le ha dicho a Chris Hemsworth que no tiene ni puta gracia? ¿Han visto sus comedias? pues eso).
Unos diálogos dignos de Jude Apatow que intentan prolongar la magia de Whedon y se quedan al nivel de Bob Esponja, un villano digital que canta horrores, una batallita final que es puro CGI y que aglomera lo peor de los clímax de » El ataque de los clones», » La batalla de los cinco ejércitos » o » Ready Player One» (menudas tres con Fortacec) y un metraje excesivamente dilatado…pero inesperadamente, durante las dos primeras horas nos encontramos en un desarrollo argumental, cuanto menos apasionante ( quien lo iba a decir!) y que respira incluso cierto aroma crepuscular, provocando más emociones que en las previsibles, cansinas y repetitivas escenas de acción… Los héroes se hacen viejos, están cansados y añoran el pasado… y a los desvanecidos… pero también ansían venganza ( parece que los de Mickey han comprendido finalmente la cabecera del icónico tebeo), y mediante una sugestiva pirueta argumental que bebe desde el Dr Who hasta Star Trek pasando por Avengers Forever de Busiek y Pacheco; y con escenas e ideas pseudo- calcadas de Regreso al futuro 2, la vilipendiada Terminator Genesys o la olvidada y muy reivindicable El final de la cuenta atrás ( de la que toma casi toda la secuencia final del Capitán América) remontan vuelo, con un ritmo narrativo prodigioso, entregándonos un film palomitero mucho más cuidado de lo habitual.
Recursos de lagrima fácil alternados con chascarrillos (como Está noche cruzamos el Missisipi, vamos) en la segunda mitad; dan al traste con la estimulante e ingeniosa primera parte. Si a ello lo sumamos el momento Unidas venceremos en la soporífera pelea final, el momento Obama del traspaso del escudo y toda la corrección política proveniente del Culo de América (no me lo invento… tal cual) nos quedamos en un coitus interruptus plagado de cameos, guiños, referencias y despedidas varias disfrazados de momentos emotivos para todos los públicos, vistos una y mil veces.
Al final, y como siempre, Robert Downey Jr es el gran y carismático rey de la función. Con el empezó todo…y con el termina…
Film parcialmente fallido que podía haber sido una obra maestra del género, si la fórmula no estuviera tan desgastada, y si hubieran seguido por el camino inicial. Pese a todo, una serie de set pieces sublimes, y la trama cuántica- temporal la redimen del desastre absoluto. Y por supuesto, es infinitamente superior a la ensalada sideral de hostias del año pasado. Para verla en pantalla grande, eso sí…»y yo…soy…Iron Man»