“La corrupción no nos la hemos inventado nosotros, existe desde que el mundo es mundo: los seres humanos somos así. El problema, por tanto, no son los corruptos: el problema es el sistema que no impide o que alienta la corrupción; hay que cambiar a las personas, pero antes hay que cambiar el sistema. Lo difícil no es cambiar a los mangantes por personas decentes, sino impedir que las personas decentes se conviertan en mangantes”
JAVIER CERCAS
CORRUPCIÓN: La corrupción política se refiere, como no, al mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente de forma secreta y privada. El término opuesto a dicha corrupción política, no es otra cosa que la transparencia.
Todos los tipos de gobierno son susceptibles de ejercer la corrupción política.
Las formas en las que se presenta la corrupción, o sea, las diferentes caras con las que la podemos verla, varía según cuál sea el tipo de delito que se cometa.
- El uso ilegítimo de la información privilegiada e íntima que se puede usar a favor del corrupto y en contra y para desprestigiar al contrario.
- El soborno a través del cual y mediante el pago ilegal de una cantidad económica, se consiguen favores y prebendas.
- El tráfico de influencias y las extorsiones, a través de los cuales se consiguen mejoras socio-políticas de forma ilegal; siendo éstas, muchas veces a través de la extorsión, amenazas y sobornos.
- Malversación y prevaricación, en las que con estas acciones ilegales, se han conseguido enriquecimiento ilícito así como aceptar prebendas a favor de mediar en distintas actividades.
- Además no podemos olvidarnos del caciquismo que aún está activo en algunos territorios, el despotismo, el lavado de dinero negro, la protección de presuntos implicados, la ocultación de información importante a las autoridades,
- Importante es también recordar que para que haya un corrupto, debe haber un agente que facilite la acción: Empresarios, políticos, narco traficantes, proxenetas, todos de forma ilegal y alejado de la ley y la justicia.
“La corrupción está en todos lados, en todos los países, eso lo sabemos. La diferencia es que si uno mira el largo plazo descubre que la corrupción impide que un chico coma, o que un hospital tenga insumos”
FACUNDO MANES
Todas estas “palabrotas” que he enumerado y que nos resultan tan familiares, nos las hemos aprendido a golpe de noticias, reportajes, entrevistas, programas políticos y de investigación y demás. El caso es, que todo, todo esto ya lo sabíamos, no es que lo intuyéramos, lo hemos sabido desde siempre, y desde siempre la Corrupción está instalada entre nosotros, a todos los niveles, no sólo políticos, sino también repartido por todos los estratos de la sociedad: Empresarios, constructores, cultura, sanidad, educación, Medianos empresarios, y en nosotros mismos como entes individuales. La corrupción vive con nosotros…
Aún así, creo que estamos todos muy hartos de lo que está pasando a todos los niveles de todas y cada una de las instituciones de este “país” incluso la desafección hacia el propio estado, que es el resultado del “juego de tronos” que se traen los unos con los otros.
Tenemos que reflexionar si queremos que esto cambie. Reflexionar profundamente y averiguar dónde radica toda esta podredumbre. No sólo tienen que reflexionar a niveles políticos, nosotros como pueblo y personas individuales también.
El ser Humano es corruptible con facilidad, una vez que nos vemos con poder y podemos ejercer su fuerza, se nos sube la bilirrubina y hacemos gala de nuestro poderío, fuerza e influencia.
Pasa hasta en las mejores familias, sean éstas cuales sean y del nivel que sean.
El problema no es otra cosa que los que resultamos damnificados por las acciones de éstos, que ejercen el poder; ya sea el político, el jefe, el familiar, etc.
Somos los sufridores colaterales los que pagamos, como siempre, los platos rotos; aquí no pasa nada, nadie tiene la culpa, nadie recuerda nada, yo no he dicho eso, y claro… llega un momento de hartazgo tan grande que a pesar de las protestas, nos vemos desamparados e impotentes a la hora de intentar resolver la situación.
Pero, este es el sistema. El que nosotros mismos alimentamos, apaleamos, insultamos, amamos, odiamos, repudiamos, pero del que nadie se puede salir.
¿Qué podemos hacer? Sinceramente sólo veo el camino de la revolución pacífica, pero revolución, que elimine todo esto, que no lo favorezca, que lo castigue, y que se pueda enmendar lo sucedido. Es difícil, si. Está en nuestras manos, en que queramos y en que no nos conformemos… y aún así, puede que nada cambie.
© 2016 JUAN ANTONIO GÓMEZ JEREZ