Cristales Rotos. Por Juan Antonio Gómez

Los cristales, arañados por las lágrimas que se desploman, ahora, ante la ausencia del hogar que apagó este huracán insólito, se desmoronan como piezas desgastadas de un puzle ya inalcanzable.

Los cristales rompieron en heridas deshabitadas.

Y el silencio se hizo de nuevo el dueño de la situación, apagando cada vela que puse en las ventanas y ahora no sé qué decirte, no sé a dónde mirar, no sé a dónde ir; ni tan siquiera sé dónde se han perdido las llaves de este corazón de hojalata.

Esta mañana miré y ya no estabas, se te ha llevado el huracán, dejando desolado mi corazón.

Las palabras se borraron de este diccionario que habíamos creado y las hojas se han ido desvaneciendo estrepitosamente por el barranco encarnecido de mi piel.

Ya no crecen flores al margen de esta cuneta perdida.

¿El amor?

El amor no lo vence todo…