jueves, diciembre 26, 2024

Crónica: Encuentros CAE «El arte de conversar»

-Un Espacio Cultural CajaCanarias abarrotado recibía la noche del pasado jueves a dos grandes figuras de la escena nacional, Javier Gurruchaga y Mario Gas, en el segundo y último Encuentro del Festival Canarias Artes Escénicas (CAE)

-Ambos artistas reivindicaron en sus intervenciones una mayor implicación de las administraciones en la defensa de la cultura y reflexionaron sobre la evolución, el presente y el futuro del teatro

  • Mañana sábado, 14 de septiembre, a las 21 horas, dará comienzo el calendario teatral del Festival CAE con las maravillosas voces y acrobacias aéreas de la compañía belga Theater Tol y su espectáculo Pedaleando hacia el cielo
  • Toda la información, así como la venta de entradas para las diferentes funciones que componen la programación del Festival CAE 2019, se encuentra disponible a través de www.festivalcae.com

Eran las ocho menos cinco de la tarde cuando los invitados al segundo Encuentro CAE de esta edición del Festival Internacional Canarias Artes Escénicas (CAE) entraron en el Espacio Cultural CajaCanarias. Una sala sin una sola butaca libre permanecía expectante. De hecho, se llenó tan rápido que hubo que habilitar otra sala anexa para que nadie perdiera la oportunidad de conocer a estas dos grandes figuras de la cultura en España, que no dudaron en acercarse al pequeño salón improvisado para saludar a quienes se habían quedado sin asiento.

“Me pueden tocar”, decía, entre las risas de los asistentes, el actor, cantante y showman Javier Gurruchaga. Junto a él, el reconocido intérprete y director de cine y teatro Mario Gas se mostraba afable y discreto.

Unos minutos más tarde daba comienzo un apasionante viaje por la memoria cultural de España, a través de las vivencias y los aprendizajes de estos dos grandes de las artes escénicas. El encargado de conducir este encuentro, el director artístico del Festival CAE, Cuco Afonso, no podía disimular su emoción por contar con estos “dos grandes amigos y dos grandes estudiosos” de la escena social, a los que ha tenido el honor de dirigir a lo largo de su carrera.

En sus intervenciones, Gurruchaga y Gas coincidieron en destacar el importante compromiso social del teatro. “El teatro tiene un componente ideológico y existencial enorme y permite ahondar en cuál es la relación del ser humano con la sociedad”, señaló el también actor de doblaje Mario Gas.

Y, precisamente, ese carácter reivindicativo, presente en todas sus reflexiones, no solo defendió la función social de las artes

escénicas también denunció la falta de implicación y conocimiento de las administraciones. “Las instituciones son muy avaras de sí mismas”, declaraba Gas. “Se gasta mucho en infraestructuras, pero ¿dónde está lo humano?”. Gurruchaga asentía.

Para el actor y cantante vasco muchos solo apuestan por el teatro con el fin de “mantener el cargo y la corbata”. Y eso es algo que puede percibirse, apuntaba, en el abandono de los “clásicos” de la escena y en la reinante pretensión de la fama, principal (y a veces única) motivación para muchos gestores y responsables políticos y para bastantes artistas. “Estamos cayendo en el negocio por el negocio”, lamentaba en ese sentido Mario Gas.

En medio de ese paisaje no muy esperanzador para el mundo del arte y la cultura de nuestro tiempo, las nuevas tecnologías, explicaba Gurruchaga, no hacen más que potenciar esa desconexión entre las personas. “Estamos deshumanizándonos completamente”, advertía. “Poder hablar con ustedes aquí hoy es una ocasión dorada, porque ya no nos comunicamos”.

El capitán de la conocida Orquesta Mondragón insistía en su discurso en que el arte de conversar se ha convertido en algo insólito. Y cuando lo ponemos en práctica, añadía Gurruchaga, la censura a veces se convierte en freno de nuestras libertades. “Estamos volviendo a lo peor del pasado, la censura, y también existe la autocensura de lo políticamente correcto”.

Sin embargo, pese a los obstáculos y los nubarrones que amenazan a la cultura, algo de optimismo logró colarse en la sala y hubo tiempo también para el reconocimiento. Y con un sonoro aplauso, público e invitados agradecieron la apuesta del CAE y su director por este necesario espacio de reflexión y de conocimiento sobre el teatro y el arte, sobre la vida misma.

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