Esta semana Culturamanía y El Libro en Blanco recomendamos: «Cosmos», de Carl Sagan, una obra convertida ya en clásico, que ha conseguido hacer accesible el conocimiento del Cosmos, para cualquier persona que sienta un mínimo de curiosidad sobre Astronomía y sobre la ciencia en general.
Esta obra, que contiene más de doscientas cincuenta ilustraciones asombrosas, está basado en un programa de trece capítulos que el profesor Carl Sagan realizó para la televisión. Narrado con la proverbial habilidad que tenía Sagan para conseguir que las ideas científicas fuesen comprensibles y apasionantes, «Cosmos» trata de la ciencia en su contexto humano más amplio y explica cómo la ciencia y la civilización se desarrollan conjuntamente.
La obra aborda también el tema de las misiones espaciales destinadas a explorar los planetas más próximos a la Tierra, se ocupa de la antigua Biblioteca de Alejandría, del cerebro humano, de los jeroglíficos egipcios, del origen de la vida, de la muerte del Sol, de la evolución de las galaxias y de los orígenes de la materia, los soles y los mundos.
Se nos habla aquí de una evolución cósmica de quince mil millones de años que ha transformado la materia en vida y consciencia, haciendo posible que el Cosmos se interrogara acerca de sí mismo. Se comentan también los más recientes descubrimientos sobre la vida fuera de la Tierra, y cómo podemos comunicarnos con los habitantes de otros mundos.
Sagan contemplaba así nuestro planeta desde un privilegiado punto de vista extraterrestre, y lo veía como un mundo azul habitado por una forma de vida que apenas acababa de descubrir su propia unidad y se aventura en el vasto océano del espacio.
Compartimos un pequeño fragmento del libro:
<<El Cosmos es todo lo que es o lo que fue o lo que será alguna vez. Nuestras contemplaciones más tibias del Cosmos nos conmueven: un escalofrío recorre nuestro espinazo, la voz se nos quiebra, hay una sensación débil, como la de un recuerdo lejano, o la de caer desde lo
alto. Sabemos que nos estamos acercando al mayor de los misterios. El tamaño y la edad del Cosmos superan la comprensión normal del hombre. Nuestro diminuto hogar planetario está perdido en algún punto entre la inmensidad y la eternidad. En una perspectiva cósmica la mayoría de las preocupaciones humanas parecen insignificantes, incluso frívolas. Sin
embargo nuestra especie es joven, curiosa y valiente, y promete mucho. En los últimos milenios hemos hecho los descubrimientos más asombrosos e inesperados sobre el Cosmos y el lugar que ocupamos en él; seguir el hijo de estas exploraciones es realmente estimulante. Nos recuerdan que los hombres han evolucionado para admirarse de las cosas, que comprender es una alegría, que el conocimiento es requisito esencial para la supervivencia. Creo que nuestro futuro depende del grado de comprensión que tengamos del Cosmos en el cuál flotamos como una mota de polvo en el cielo de la mañana.>>
Carl Sagan nació en Nueva York el 9 de noviembre de 1934. Fue profesor de la cátedra David Duncan de Astronomía y Ciencias Espaciales y director del Laboratorio de Estudios Planetarios de la Universidad de Cornell; Dintinguished Visiting Scientist del Laboratorio de Propulsión
a Chorro -JPL- del Instituto de Tecnología de California y presidente de la Sociedad Planetaria, la más importante del mundo dedicada a temas del espacio.
El doctor Sagan recibió a lo largo de su vida numerosas distinciones:
Premio Pulitzer, medallas de la NASA, el Premio Apollo, el Premio Masursky y la medalla del Bienestar Público de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Además, un asteroide, el 2709, fue bautizado con su nombre. Al concederle su premio más importante, la Academia Nacional de Ciencias constató: <<Nadie ha conseguido nunca transmitir las maravillas ni el carácter estimulante y jubiloso de la ciencia con tanta amplitud como lo ha hecho Carl Sagan… Su habilidad para cautivar la imaginación de millones de personas y para explicar conceptos complejos en términos comprensibles constituye un magnífico logro.>>
Carl Sagan falleció en Seattle el 20 de diciembre de 1996 a causa de una neumonía.
El libro en blanco – C/ Juan Pablo II, 35
Santa Cruz de Tenerife
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