- De este modo, la Colección de Arte CajaCanarias engrosa su valioso catálogo con estas piezas, pertenecientes a la colección Mujer desintegrada y realizadas por la artista tinerfeña en 1970.
La Colección de Arte CajaCanarias ha engrosado su valioso catálogo en fechas recientes mediante la donación de dos obras realizadas por la artista tinerfeña María Belén Morales. Su hijo, Federico Castro Morales, ha hecho entrega a la Fundación CajaCanarias de sendas esculturas, que forman parte de la serie Mujer desintegrada, realizada en 1970.
El acto contó con la presencia Federico Castro Morales; Margarita Ramos y Óliver González, presidenta y director general de la Fundación CajaCanarias, respectivamente; y Raquel Luis Rodríguez y Manuel Hernández, responsables del Área de Cultura de la entidad.
Estas dos esculturas (Mujer desintegrada II y Mujer desintegrada III) están realizadas en madera tallada y ensamblada, con incorporación de metal (cobre) en una de ellas. Las piezas representan dos figuras que se acompañan la una a la otra, y consiguen trasmitir al espectador que las contempla una sensación de paz y tranquilidad. Estas obras se suman así a la Colección de Arte CajaCanarias, que ya cuenta en su catálogo con otra escultura de María Belén Morales: Veleta II (2004, hierro, madera y cobre).
La Colección de Arte CajaCanarias, constituida por más de un millar de obras plásticas, se ha consolidado a través de los años, como una de las colecciones más singulares de artistas canarios del siglo XX. En ella se encuentran algunas de sus obras más sobresalientes, desde los pintores que integraron el regionalismo, como Romero Mateos, a las propuestas de las vanguardias históricas. Desde las formas simbólicas de ese universo atlántico de Néstor de la Torre a la violencia de los sueños de Oscar Domínguez. Desde la urgencia con la que se buscaba una nueva expresión sin ataduras a los caminos más íntimos y personales de Chevilly, Pedro González o Cristino de Vera, entre otros artistas imprescindibles del arte canario.
María Belén Morales
María Belén Morales (Santa Cruz de Tenerife, 1928-2016) fue una destacada escultora que dejó una huella significativa en el panorama del arte canario. Criada en un entorno cultural y artístico gracias a la sensibilidad de su familia, su interés por la creatividad surgió a edad temprana gracias a sus visitas dominicales al Museo de Bellas Artes junto a su padre.
Morales exploró diversos materiales a lo largo de su carrera, desde hierro y bronce hasta madera y acrílicos. Desde sus primeras obras, mostró una profunda preocupación por las formas, especialmente la interacción entre las líneas rectas y curvas. Su pieza Las Pescadoras (1950) es un ejemplo destacado que homenajea a la mujer canaria y dignifica una profesión tradicional.
A lo largo de los años 60, la escultora formó parte del grupo Nuestro Arte en Tenerife, que desafiaba las normas establecidas y abrazaba nuevas corrientes vanguardistas. La artista encontró en la abstracción y surrealismo una libertad creativa que le permitió romper con las convenciones y explorar nuevas formas de expresión. Su conexión con Maud Bonneaud, amiga de André Breton y expareja de Óscar Domínguez, fue fundamental en la organización de la histórica exposición 12 en 1965, que destacó a varias artistas.
A medida que evolucionó su carrera, Morales experimentó con la geometría, el volumen y la relación con el entorno rural de Tacoronte, donde fijó su residencia. Su obra se caracteriza por la expansión y la dilatación del espacio, utilizando formas estilizadas y una paleta cromática que refleja la naturaleza de las Islas Canarias.
María Belén Morales fue una artista pionera, estudiosa e investigadora incansable, dejando un legado duradero en el arte canario contemporáneo. Su enfoque cohesivo, su aparente sencillez en las formas y su carga intelectual, la convierten en un referente de la historia del arte de Canarias.