Editorial: Ovejas Negrax, 2024
En 1984, en mi labor de búsqueda de música reggae por las pocas tiendas de discos de Tenerife, cayó en mis manos un LP de Toots and The Maytals recién publicado. Dos años antes, había llegado a mi casa, por pura casualidad, un disco muy baqueteado, tanto que no tenía ni su carátula; eran solo dos vinilos en sus fundas ilustradas. Se trataba del disco de Bob Marley, Babylon By Bus. Nunca había escuchado reggae y me cautivó su cadencia, sus melodías y eso que se entreveía en esas fundas del Babylon, la estética rasta (entender las canciones llegaría más tarde, cuando me compré el libro de Jesús Ordovas, Bob Marley y pude leer las traducciones en castellano de las mismas). Y no se crean que fue algo sencillo escuchar reggae; era la época en que la música se transmitía por la radio, fundamentalmente los 40 Principales, y el reggae no encajaba en lo que se denominaba como radiofórmula.
La muerte de Bob Marley en 1982 ayudó un poco pues, además del póstumo Confrontation (1983), se reeditaron sus viejos trabajos como Catch a Fire, Burnin’, Live!… y el recopilatorio Legend en 1984, el disco de reggae más vendido de todos los tiempos. En este contexto, Island Records aprovechó el tirón del momento para lanzar una serie de recopilatorios bajo el epígrafe genérico de Greatest Hits, desfilando en esta colección artistas como Burning Spear y, como no, Toots and the Maytals. Tan ávido estaba de reggae que, cuando adquirí este disco ni siquiera lo escuché en la tienda; era reggae y con eso me bastaba. Al poner en mi casa la aguja sobre el primer surco del disco, y comenzar a sonar los primeros acordes de 54-46 That’s My Number, inmediatamente sentí que estaba ante otra cosa, algo distinto de lo que había escuchado hasta ese momento, un reggae nuevo, otra estética, otra espiritualidad. Un verdadero impacto.
Por ello entiendo la sensación de Tony Vardé al hablar de la conmoción que le produjo escuchar en 2003 por primera vez la música de Toots and The Maytals por medio del recopilatorio Time Tough-The Antology. Y tan profunda fue esa conmoción que ha terminado por redactar un estudio sobre la figura de Toots Hibbert, primero publicado en Argentina y meses después, en España por la editorial madrileña Ovejas Negrax.
Aunque el término leyenda se suele emplear muy a la ligera, en el caso de Toots Hibbert encaja perfectamente en lo legendario pues no todos los artistas pueden tener en su haber el hecho de darle nombre a un estilo musical, como ocurrió en 1968 cuando grabó el tema Do the reggay, pistoletazo de salida para el reggae (tan nuevo era el nombre que, por error, en la etiqueta del single se coló la Y en vez de la E). Nominado en tres ocasiones, ganó finalmente un Grammy al mejor álbum de reggae en 2005 con el disco True Love, un LP de duetos en donde colaboraron con Toots, cantantes y grupos como Keith Richards, Willie Nelson, Bonnie Raitt, Eric Clapton, Shaggy, Ken Boothe, Marcia Griffiths, The Skatalites, U-Roy, Bunny Wailer, No Doubt, Manu Chao o Ben Harpper (y la lista de descartes igualmente es impresionante: Bruce Springsteen, Sting, Dave Matthews o Taj Mahal). También tiene el honor Toots Hibbert de haber publicado el disco en directo más rápido cuando en la noche del 29 de septiembre de 1980, se grabó, mezcló, masterizó, prensó y se distribuyó el disco, que se conocería como Toots and The Maytals. Live, con una edición inicial de mil ejemplares numerados. Que estamos ante un monstruo de la música, lo demuestra el número de covers realizados de algunas de sus canciones, como ocurre, por ejemplo, con Monkey Man (The Specials, Emmy Winehouse, General Levy, Macaco, Kyle Minogue…) o Pressure Drop (The Clash, Keith Richards, Robert Palmer, Izzy Stradlin, Josh Heinrichs, Tarrus Riley…). Por todo ello, cuando el 11 de septiembre de 2020 murió como consecuencia de la COVID19, se entiende la tremenda tristeza que recorrió su Jamaica natal, onda que rápidamente se expandió por todo el planeta hasta el punto de que al año siguiente, su último disco Got to be tough, recibiría el Grammy como reconocimiento a este gran artista que nos había dejado.
En sí, el libro de Tony Vardé se articula por medio de un recorrido por la discografía de Toots Hibbert, desde los lejanos finales de los años 50 y sus primeras grabaciones hasta su muerte. Teniendo como base la entrevista realizada, y nunca publicada, por Roger Steffens en 2007, el autor amplía y matiza esa información con una serie de encuestas que llevó a cabo entre gente cercana al cantante o vinculadas a la escena reggae. El texto tiene el inmenso valor de ser la primera monografía en castellano dedicada a este cantante, figura fundamental en la historia del reggae aunque, no obstante, en sentido estricto, no es una biografía al uso. A pesar del inmenso amor puesto por Tony Vardé en su redacción, quedan muchos flecos sueltos que, esperemos, en un futuro no muy lejano sean atados por nuevas investigaciones. Soñamos poder leer una verdadera biografía sobre Toots Hibbert aunque tampoco nos ilusionamos mucho pues conocemos el panorama editorial hispano en donde el reggae, más allá del sempiterno Bob Marley, no han merecido especial atención; de sueños vivimos nuestro día a día.