viernes, noviembre 22, 2024

Perdóneme, por favor. Por Juan Antonio Gómez

Perdóneme, por favor… Una reflexión sobre El Amor y El Perdón.

 

PERDÓN: El perdón es una acción por la cual una persona perdona a otra “una acción de carácter ofensiva”; renunciando eventualmente o definitivamente a vengarse o reclamar un castigo justo o restitución del hecho. En este caso a través del perdón optaría a no tener en cuenta la ofensa en el futuro, siendo las relaciones entre ofensor perdonado y ofendido perdonante unas relaciones poco o nada afectadas por el hecho pasado. El sujeto perdonante no hace justicia con su concesión del perdón, sino que renuncia a la justicia al renunciar a la venganza, y al justo castigo o compensación. El perdón como tal, es pues, un beneficio para el perdonado, pero también lo es, y no en menor medida, para el perdonante. La actitud de perdonar facilita la paz y la cohesión sociales, evitando así las espirales de venganza…

Esta actitud es recomendada y utilizada, en alguna medida, por diferentes corrientes filosóficas, religiones, movimientos de nuevo pensamiento, etc.

“ANTES DE QUE PODAMOS PERDONARNOS UNOS A OTROS, TENEMOS QUE ENTENDERNOS”

Enma Goldman

 

“EL PERDÓN ES LA FORMA DEFINITIVA DEL AMOR”

Reinhold Niebuhr

AMOR: El amor es en sí, un concepto universal relativo a la afinidad entre los seres humanos, está definido de diversas formas y según las diferentes ideologías y puntos de vista, ya sea: artístico, científico, filosófico y religioso. Se suele interpretar como un sentimiento relacionado con el afecto y el apego y resultante y como no, productor de una serie de actitudes, emociones y experiencias. En el contexto filosófico, el amor es una virtud que se ve representada por todo el afecto, bondad, y compasión que se puede desprender desde el ser humano hacia el resto de todo lo que lo rodea, incluido el mismo ser humano.

 

DONDE NO HAY AMOR, PONED AMOR Y ENCONTRARÉIS AMOR”

San Juan de la Cruz

 

“AMA Y HAZ LO QUE QUIERAS. SI CALLAS, CALLARÁS CON AMOR; GRITARÁS CON AMOR; SI CORRIGES, CORREGIRÁS CON AMOR, SI PERDONAS, PERDONARÁS CON AMOR”

Tácito

Supongo que no existe el perdón sin el amor, ni existe el amor sin el perdón. ¿Quién fue primero? Irremediablemente, y por lo importante de cada sentimiento, creo que tanto el uno como el otro fueron creados por sí mismos en el mismo momento. Quizás nunca han dejado de existir y creo que nunca dejarán de hacerlo.

Para cada uno de nosotros los mismos sentimientos son percibidos de forma distinta, pero el perdón y el amor, creo, son los sentimientos que abarcan las mayores expectativas para la evolución espiritual del ser humano.

EL AMOR: Deberíamos de empezar a verlo desde un punto de vista universal y alejado de la religión, porque es el amor verdadero y de corazón hacia los demás, lo que, en cierta forma, salvará al ser humano. ¿Alejado de la religión? Creo que si porque la religión como tal es una creación humana, como los gobiernos o las entidades de poder, porque al final, La Religión no deja de ser un organismo de gran poder, que a través de unas normas o una mala interpretación de las escrituras ha llevado y lleva hacia su punto de interés a los seguidores de las distintas religiones.

El amor no se puede medir, es algo inmedible. Aprender a amar a los demás no parece nada fácil, porque, no estamos acostumbrados a hacerlo, porque vivimos en una sociedad altamente material y porque culturalmente se ha dado siempre más importancia a lo prosaico (tanto tienes, tanto vales) y se ha descuidado el sentimiento y comportamiento espiritual.

Aprender a amar a los demás es algo que, irremediablemente, en algún momento podremos conseguir; amar a los demás, es algo que nos llevará mucho, mucho tiempo; amarse a uno mismo debería ser el comienzo.

EL PERDÓN: Sin el perdón es imposible amar y es imposible amar sin el perdón. Perdonar, es un acto de amor, para poder perdonar a los demás debería ser imprescindible tomar conciencia de que es el único camino directo hacia la eternidad; y para poder perdonar a los demás es imprescindible perdonarse a sí mismo en primer término, si no, ¿De qué sirve perdonar?

Aunque todo esto parece un sermón religioso, no lo es. Es una reflexión sobre los dos sentimientos que engloban la felicidad y la eternidad del ser Humano. Si obviamos que no existen los otros sentimientos que puede albergar en las personas: el rencor, el odio, la envidia… podremos entonces darnos cuenta de que esos sentimiento negativos no sirven para nada, no arreglan nada, no aportan nada y sobre todo no enriquecen a nadie, más bien hacen daño.

¿Cómo se perdona? Yo creo que se empieza por perdonarse a uno mismo, nadie mejor que la propia persona sabe como es, lo que quiere, lo que hace bien y mal, lo que siente y lo que no siente y por qué de cada cosa. Reflexionar en estas cuestiones nos puede ayudar a establecer un acto de perdón propio para poder empezar a perdonar a los demás e instalar definitivamente en nuestra mente el lado positivo: el amor y el perdón.

Perdonar  implica no tener en cuenta y no hacer un problema de algo que simplemente: no existe. No pasa nada, porque nada malo nos va a pasar ya que todos vamos hacia el mismo destino. ¿Para qué sufrir por cosas triviales e imbéciles? No vale la pena. Esta reflexión a mi me aporta seguridad, paz, perdón, armonía, serenidad y amor.

Dicho lo cual, reconozco, de forma muy temerosa, que perdonar y amar, y hacerlo en consecuencia, es muy, muy difícil, porque no hemos avanzado en nada durante milenios, (ver noticias tv) Viajamos al revés en la evolución socio-espiritual del hombre…

¡Cuántos caminos por recorrer!

Yo, muchísimos…Pero creo que en algún momento llegaremos.

 

© 2016/17  JUAN ANTONIO GÓMEZ JEREZ

 

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