Rose Glass: Cuando terminé Saint Maud, no tenía una historia clara en mente, pero quería intentar hacer algo diferente y explorar un género en el que no hubiese trabajado antes. Quería arriesgarme y probar algo que no sabía si sería capaz de hacer. Sabía que quería que fuera una película pulp, melodramática, violenta, excesiva, y que fuera muy divertida, eso era lo principal. Quería darme rienda suelta y arriesgarme.
En cuanto a la historia, me apetecía mucho contar la historia de una mujer culturista. Dado que yo no soy, evidentemente, culturista, me parecía un terreno muy interesante a nivel psicológico, por los rasgos de la personalidad que hacen falta para tener ese cuerpo, esa disciplina y esa obsesión. Cuando empecé a perseguir esa idea, quería saber si esas cualidades chocan con otros aspectos de la vida o si los empapan. El culturismo tiene algo que… me resulta anárquico, bello y extraño. Es tanto un arte performativo como un deporte y tiene elementos contradictorios: requiere un entrenamiento físico intensísimo, pero, en realidad, es muy breve la ventana de tiempo en que tienen ese cuerpo, es solo para las competiciones, y ahí están deshidratados y muy frágiles físicamente. Crean fuerza y músculo pero solo por una cuestión estética. Me pareció una contradicción interesante.
Otra cosa que supe desde el principio es que quería que la historia tuviese ese tono. Pero no quería escribirla sola. Saint Maud la escribí sola y, con esta, quería probar otro planteamiento. Entonces sumé a Weronika Tofilska. Estudiamos Cine juntas hace años y ella también es guionista y directora. Siempre nos leemos los guiones. Somos muy amigas, así que pensé que sería divertido trabajar juntas.
Me encantan los neones, esa niebla del desierto, los carteles, muy estilo “americana”. ¿Llevabas tiempo queriendo hacer algo así? El aspecto de Saint Maud y el de Sangre en los labios son muy distintos a nivel estético y cinematográfico.
Rose Glass: Sí… Desde que empezamos a escribir el guion y, a medida que se iba desarrollando la historia, tenía sentido hacerla en Estados Unidos. Al principio, fui reticente, me inquietaba la idea. No dije: “Quiero hacer mi segunda película allí”. Me intimidaba mucho la idea. Pero la historia y los personajes que Weronika y yo ideamos nos acabaron llevando allí. Y en cuanto lo decidimos, se nos abrieron… Nos empezó a gustar la idea de que podíamos apoyarnos y jugar con ciertos elementos y tropos de distintos géneros cinematográficos, como los thrillers o el cine romántico de esa época, pero un poco con la influencia del cine negro…
Esa parte de EE. UU. y aquella época tiene algo de mitológico gracias al cine. Es como que, aunque nunca hayas estado en Estados Unidos, pues hay muchas cosas que te resultan familiares sin ser de allí, porque el cine de esa época tuvo mucha influencia y ha terminado por calar en nuestro imaginario colectivo. Nos gustó mucho explorar y jugar con los tropos de estos géneros. Pero siempre con la idea de ir hacia el cliché para luego saltarlo o darle la vuelta de forma ingeniosa.
Es muy original ¿Por qué pensaste en Kristen Stewart para el papel de Lou?
Rose Glass: Me molaba la idea de que Kristen hiciese una versión contemporánea del típico personaje antihéroe oscuro del cine negro que vive atormentado por su pasado y fuma demasiado. No sé, me gustaba la idea de que hiciese… de un galán un poco atípico. Fue puro instinto. Pensé en ella muy al principio. Me parecía que encajaba de forma muy natural.
Me sorprende que no haya hecho más papeles como ese. Pensé que lo haría muy bien.
Se la ve en su salsa. Hace una interpretación magnífica.
Rose Glass: Sí.
Tengo entendido que conectasteis enseguida cuando os conocisteis. Pero ¿le interesaba interpretar a Lou cuando se lo dijiste?
Rose Glass: Por lo visto, sí. Yo había oído por ahí que le había gustado mucho Saint Maud, así que, genial. Luego nos conocimos y nos caímos muy bien. Aunque nuestro primer encuentro fue muy incómodo porque yo estaba nerviosísima, pero luego ella me envió un mensaje muy chulo. Fue muy honesta y me dejó claro que tenía ganas de trabajar conmigo. Creo que estaba muy dispuesta a lo que fuera, lo cual es una maravilla.
Qué suerte haber podido tener a Katy, con su experiencia en culturismo, pero es que, además, hace una interpretación excelente.
Rose Glass: Katy es una pasada, su interpretación es magnífica a muchísimos niveles. Y creo… Creo que este ha sido su primer papel protagonista en cine, y su personaje tiene muchas aristas. Hay escenas fuertes con Kristen, que lleva toda la vida en esto, y su interpretación me dejaba sin palabras. Es una magnífica actriz. Pero es que también, estábamos en un rodaje de lo más intenso, y ella, además, seguía una rutina de entrenamiento exhaustiva como si estuviese preparándose para competir.
El compromiso que demostró fue impre- sionante. Por eso ella era perfecta para el papel, porque, al igual que Jackie, ella es… No me acuerdo de dónde es… Pero sí, hay un paralelismo en sus trayectorias. Ella viene de otro lugar que no es Hollywood, pero persiguió sus sueños y superó las adversidades y está claro que tiene verdadera fuerza. No sé, pero creo… Su actuación física es innegable.
El personaje tiene momentos de oscuridad, algunos elementos incluso de cine de acción, cosa que se le da de maravilla, pero es que, además de esos aspectos como más duros del personaje, lo que me encanta de Katy es su dulzura, su vulnerabilidad, la delicadeza de su interpretación. Es esa dualidad que tiene, esos atributos de dureza y suavidad… Ambos personajes tienen estos elementos contradictorios. Y, en muchos aspectos, no son más que dos pánfilas, pero con una coraza de tipa guay, dura, y con un pelo precioso.
Sí, respondiendo a tu pregunta: Katy es increíble.
La película, obviamente, contiene violencia…Es violenta pero divertida ¿Era ese el tono que buscabas?
Rose Glass: Sí, sí. Era complicado intentar explicar el tono porque, como trata temas que son tan oscuros… Un par de personas que trabajaban en el rodaje me preguntaron: “Pero ¿es una comedia?”, y yo: “Sí…”, y ellos: “Ah, vale”.
Es una comedia un poco rara y oscura. Me cuesta mucho encasillarla. En Maud había elementos que no creía que fueran graciosos. En esta hay mucha más comedia. Pero es verdad que yo no sabría hacer una película sin humor. Por muy oscura y horrible que sea la vida, no sé. Siempre intento hacer humor de todo.
Sí, no sé, cuando empecé a pensarla, quería hacer una peli divertida, que fuera entretenida, una película que los espectadores disfrutasen y que tuviese buenos giros… Y a ver si funciona.
En la rueda de prensa de ayer, mucha gente estaba contenta porque contiene personajes queer.
Rose Glass: Sí.
Y Kristen habló ayer sobre contar histo- rias adyacentes a la experiencia queer, y no centrarlas…
Rose Glass: Sí.
Un poco como… No busca hacer un ale- gato, pero sí que deja cierta huella ¿Qué opinas tú?
Rose Glass: No sé yo si diría huella… Los personajes son queer, pero no quería hacer una peli sobre eso: son queer y ya. Es así y punto. Ya se han hecho muchas películas muy buenas que cuentan historias de salir del armario y otras películas tipo drama familiar, digamos, sobre historias queer, pero eso no era lo que yo, personalmente, quería de esta historia.
Los personajes salieron así. Lo queer está integrado en la película. Me di cuenta de eso al escribir las dinámicas de Lou con su padre, su familia…
Tiene problemas con su padre, se lleva mal con él, lo odia, pero no es porque re- pudie su sexualidad. Me resultó muy familiar. En muchos aspectos de la historia, no solo el romántico. Quería esquivar aquello que resultase demasiado familiar.
Imágenes del rodaje cedidas para la entrevista