lunes, diciembre 23, 2024

¿Somos lo suficientemente sinceros con nosotros mismos, cómo para aceptar que realmente somos falsos?. Por Juan Antonio Gómez

“Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino no decir nunca lo contrario de lo que se piensa”   

                     ANDRÉ  MAUROIS.

 

La Sinceridad es quizás una de las virtudes del ser humano, que probablemente, haya ido desapareciendo a través de la alta socialización y globalización de las distintas comunidades humanas. La sobrevalorización de la sinceridad pierde su significado ante el creciente culto a la falsedad.

Del latín “FALSITAS” el concepto de la palabra falsedad va más allá de la simple falta de verdad o autenticidad.

El mundo se ha vuelto falso, se ha vuelto falso en el sentido en que la sociedad, de alto consumo, ha hecho que muchas personas quieran vivir una falsa realidad, una quimera efímera que es altamente alimentada por el mundo de la comunicación, el consumo y la publicidad. Nos hace sentir que necesitamos una serie de cosas por las cuales debemos luchar si o si. Esta cuestión puede hacer que muchas personas lleguen a vivir una vida falsa. El mundo se ha vuelto falso, o quizás, siempre lo fue.

Ciertamente, la falsedad se refiere a aquello que es mentira, que carece de autenticidad absoluta, y, nos hemos ido acostumbrando a mentir para poco a poco ir consiguiendo una serie de beneficios que nos lleven a nuestra meta final; tener poder y una alta posición en la sociedad, entre una gran serie de etcéteras…

Desde mi humilde punto de vista, creo que siempre ha sido así, creo que no ha cambiado nada desde el principio de los tiempos del hombre, incluso llego a pensar, que sin este tipo de organización de la mentira y la manipulación a través de la historia del hombre, éste, no hubiera subsistido tal y como los conocemos hoy, tal y como formamos parte todos de este entramado “MATRIX” de la mentira y la manipulación.

A pesar de que la falsedad la podemos relacionar directamente con la imitación de las cosas y de uno mismo como persona, creo que va un poco más allá y se retuerce de placer cuando podemos ver como suceden cosas en esta sociedad nuestra, como los casos de corrupción política, manipulación de medios de comunicación, manipulación de ámbitos de poder e influencia, manipulación y acoso laboral, corrupción en las más normales situaciones de nuestro día a día, etc. La falsedad y la mentira entran a formar parte de este entramado que lo pudre todo o casi todo.

¿Dónde encontramos el germen de la falsedad?

Quizá sean el miedo  y la cobardía que se unen a la ambición en todas sus posibles facetas, las que siembran el mundo de esta falsa, dura y cruda realidad que nos ha tocado vivir, pero que, no es peor que alguna otra que haya sucedido a lo largo de la historia. La falsedad empieza en una pequeña mentira piadosa y se puede llegar a  convertir en la invasión militar de un país, buscando armas de destrucción masiva, cuando lo que se buscaba era, por ejemplo, la explotación de los recursos naturales, en este caso: el petróleo.

“Deberíamos recordar y recordarle a algunos que la mentira está considerada como un hecho de delito ante los tribunales y la justicia”

Cuando vemos en las noticias e informes todas las tramas de falsedad que engloban al ser humano, tramas gestadas al amparo de distintas asociaciones y organizaciones legales, que incluso desempeñan un rol de actitud ejemplar y vemos que no funcionan bajo el ojo de la sinceridad, sino todo lo contrario; es cuando pienso que nos hemos salido del camino de la humanidad.  “Es cuando ya casi vive un no me importa lo que te pase, mientras me salve yo”  y la verdad que no me gusta esta sensación de soledad.

En algún momento me di cuenta que siempre había querido cambiar el mundo a algo mejor, y no, no he podido, el sistema no me ha dejado. Pero, he luchado y lucho por vivir dentro de la coherencia, lo que no significa que no esté totalmente equivocado.

LA VERDAD DA MIEDO, LA FALSEDAD PENA.

 

© 2017 JUAN ANTONIO GÓMEZ JEREZ

 

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