viernes, noviembre 22, 2024

Sara Soler, historietista: “Personas trans me han dicho que gracias a Us salieron del armario o que su familia ya no las consideran una cosa rara”. Por Noé Ramón

Sara Soler es una aragonesa de 30 años que lleva casi la mitad de su vida en Barcelona donde estudió en la Universidad, luego hizo cursos de arte gráfico y poco a poco fue desarrollando una carrera que empezó con una beca otorgada por una entidad financiera que le permitió publicar la obra Red & Blue. A partir de ahí surgieron otros proyectos como En La Oscuridad o trabajos con editoriales americanas haciendo relatos que tenían como protagonistas zombies o superhéroes.

Pero el punto de inflexión llega con una biografía llamada Us en la que relata el proceso de transición de género de su pareja quien tras siete años de relación se dio cuenta de que era una mujer trans, lo que a la vez a Soler le hizo tomar conciencia de su bisexualidad. Un camino duro pero que por ahora, según indica, “ha salido bien y de hecho todavía seguimos juntas”. Su obra es muy variada pero no le importa que lo más llamativo sea su relación con el movimiento LGTB, en cuanto puede hacer su aportación al reconocimiento de los derechos de este colectivo. A la hora de preguntarle sobre su estilo esta es la respuesta:

-Mucha gente me dice que dibujo manga pero no lo sé. Creo que tengo un estilo versátil porque no es el mismo con el que hice Us que el de Temporada de Brujas que es el último mío que ha salido en Estados Unidos. Digamos que me adapto un poco a lo que pide cada proyecto. En algunos es posible que sea más parecido al manga porque mi generación hemos crecido leyéndolos y obviamente es una influencia.

-¿Siempre eres la autora de los guiones como en Us?

-No, para nada. Los únicos guiones propios han sido Us y Red & Blue, luego en En La Oscuridad también ejercí de guionista porque era la adaptación de una novela y ahora lo voy a hacer en otro proyecto. Pero cuando trabajo con editoriales de Estados Unidos soy dibujante y colorista y la historia es de otra persona.

-¿Qué diferencias ves entre ambas formas de trabajar? ¿Prefieres alguna o simplemente te da igual?

-A ver, si conectas con el guionista me parece muy guay porque ellos son especialistas. Yo sé escribir y creo que no lo hago mal pero no soy tan metódica como alguien que hace este trabajo de forma exclusiva. Sí es verdad que a nivel personal me siento más libre de contar lo que quiero y como quiero cuando hago mis propios guiones. Tengo más libertad narrativa pero también es importante encontrar el guionista con el que encajes.

-Por lo que veo has recibido bastantes premios ¿Cuál dirías que ha sido el más significativo a la hora de impulsar tu carrera?

-La verdad es que no lo sé. Quizás el primero que recibí, el del Salón de Barcelona porque fue un poco legitimar Us que en principio era un fanzine de 22 hojas y luego pasó a ser un cómic de 144. Todos en general ayudan y están muy bien para que te vean, te conozcan y tu trabajo sea reconocido.

-Creo que has tenido relación con el cine y el teatro.

-No ha sido una gran cosa. En el teatro fui diseñadora de escenografía y vestuario pero sólo una vez hace un mogollón de años y en el cine hice de fondista pero fueron como cuatro meses en los que estuve en una producción.

-Tú misma resaltas que la obra más significativa es Us en cuanto que es biográfica y aborda una cuestión delicada como es la transición de género de tu pareja. Lo llamativo es que en vez de dramatizar recurres al humor.

-Fue un cómic duro pero también bastante terapéutico porque era una manera de sacar afuera, compartir y contar todas las cosas que las dos habíamos vivido. Por ese lado muy bien pero fue difícil recordar las cosas malas que nos pasaron. Aunque como ahora estamos bien, echas la vista atrás y dices: “Pues sí hemos avanzado y hemos conseguido lo que queríamos”. El cómic ha servido para tomar contacto con una realidad que mucha gente desconoce o para que las personas trans se vean acompañadas y motivadas. Lo digo por los mensajes que me han llegado a través de las redes sociales de alguien que por ejemplo te dice: “Gracias a tu libro he salido del armario con mis padres” o “gracias a tu libro mi familia sabe lo que pasa y no me consideran una cosa rara”. Eso me hace mucha ilusión.

-¿Y mensajes de odio? ¿Te has tenido que enfrentar a muchos haters?

-Claro, obviamente, las redes sociales son así. He recibido mogollón de mensajes de odio, de comentarios y te preguntas: “¿Tú quién eres para hablarme así?. Pero le doy mucha más importancia a los mensajes positivos porque los negativos casi siempre son de personas que ni siquiera se han leído la obra, ni se ha interesado por lo que es una realidad, ni por el colectivo LGTB.

-¿Cómo ves el panorama para este movimiento después de los resultados de las últimas elecciones en las que la ultraderecha ha conseguido un importante avance?

-Pues lo veo, bastante desolador, la verdad porque llevamos muchos años reivindicando unos derechos que deberíamos tener desde que nacemos, no sólo para las personas LGTB, sino a un trabajo digno, a la no discriminación en el entorno laboral y familiar… Hay un montón de cosas de las que carece el colectivo LGTB y por eso creo que la situación últimamente está muy delicada para nosotras, al igual que para las mujeres, los inmigrantes… Es un panorama muy difícil porque nos hemos convertido en objetivos de personas que no tienen en cuenta nuestras vidas como algo válido.

-¿Y cómo ves el panorama legislativo? ¿Crees que es el adecuado para avanzar?

-Obviamente se puede avanzar, el problema es que si los que están ahora hacen unas leyes y dentro de cuatro años vienen otras y las tumban todas, no hemos conseguido nada. Siempre se puede retroceder en derechos, a la gente le parece que no pero obviamente puede ocurrir, como está pasando en Italia donde a las lesbianas les han quitado el derecho a la maternidad a la mujer que no es gestante. Y eso es una locura. El problema no son las leyes, que obviamente hay que hacerlas, el problema es que se puedan derogar en cualquier momento cuando en realidad se tratan de derechos humanos.

-¿No tienes miedo a que se te encasille como una autora LGTB por muchas obras distintas que hagas?

-Al final mi obra es muy diversa. He hecho Us con esa temática y pienso seguir porque me apetece y porque es una lucha que quiero apoyar pero hago de todo. También he hecho En La Oscuridad que es la historia de un periodista español secuestrado por Al Qaeda y no por eso sólo dibujo terroristas.

-En definitiva que no te importa.

-No me preocupa que se me considere una autora LGTB porque creo que mi obra habla por sí sola y refleja que he hecho muchísimas más cosas.

-¿Cuál es tu próximo proyecto?

-Pues ahora estoy haciendo una novela gráfica con Planeta que llevo un tiempo preparándola pero de la que no puedo contar nada de momento.

-¿Has conseguido vivir sólo del dibujo o has tenido que compaginarlo con otros trabajos?

-He conseguido vivir solo del dibujo pero últimamente estoy haciendo de profesora en centros de dibujo y la verdad que está muy bien porque mantener contacto con las nuevas generaciones te hace tener los pies muy en la tierra. El oficio de dibujante es muy solitario y a veces te encierras en tu burbuja y no estás al tanto de las nuevas tendencias y autores. Por eso, aunque sólo tengo 30 años, mantener contacto con los chavales jóvenes que conocen a otros autores e historias, te hace estar muy al tanto del mercado actual y de cosas que de otra forma quizás no conocerías. La verdad es que eso me mola un montón.

. -¿Conoces el Libro Blanco del Cómic que salió hace algunos meses? ¿Qué te parece?

-Pues que está muy bien sobre el papel pero luego debe cumplirse lo que dice. Está muy bien que digan que debe ponerse un precio por página o decir cuáles son las condiciones mínimas para un dibujante pero si luego una editorial te ofrece algo por debajo de esas condiciones pues entonces queda claro que quienes tienen que cumplir no son sólo los dibujantes, que también, sino la gente que te da empleo.

-¿Y sobre la Inteligencia Artificial cuál es tu opinión?

-Horrible, apocalíptico, todo mal, todo mal. Hay cosas para las que tendría alguna aplicación para ayudar a los artistas pero tal y como está planteada ahora lo que hace es jodernos pero bien. Así hablando en plata. Más que nada porque se basa en dibujos robados y por lo tanto todo lo que genere será fruto de un robo. Algunos dicen que sólo la usan para buscar referencias pero al final es un pastiche. Si quieres hacer un cómic basado en la Italia del Renacimiento, lo que te genere la IA no tendrá ni orden ni concierto. Seguramente no será históricamente riguroso.

-Está claro que le ves muchos más problemas que ventajas.

-Ahora se usa para elaborar unas fotografías reales pero que no lo son y unas imitaciones de voces y de movimiento de gente que parecen hacer ciertas cosas que no han hecho. O se pone freno y se regula ya o esto se puede salir de madre de forma exagerada. Si vamos a lo más turbio ya han circulado videos de contenido sexual hechos por estudiantes con alumnas. Pero además la calidad es horrible, pésima pero quienes no están entrenados no ven el problema. A nosotros nos exigen ser perfectos pero a los trabajos hechos con IA no les ponen ninguna pega. Todo es muy hipócrita.

-¿Tienes constancia de que te hayan robado algún dibujo?

-A mí no pero a mi pareja sí. Sabemos de algún trabajo del que ella es autora que luego ha salido en una IA.

-¿Han tomado alguna medida?

-¿Qué medidas puedes tomar? Cuando ya está hecho el trabajo no puedes demostrar el robo o sería muy difícil. Como no está regulado no hay nada que hacer.

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