Teatro Leal, La Laguna, 15/09/2024
Para celebrar sus trece años sobre los escenarios, el quinteto Filigrana nos convocó al Teatro Leal para disfrutar de una noche de folklore y para ello contaron con el apoyo del Organismo de Actividades Musicales del Ayuntamiento de La Laguna.
Partiendo de formas tradicionales hasta el punto de estar estructurados como una típica parranda canaria, en su proceso de investigación Filigrana logra reinterpretar a su manera esas formas tradicionales, sobre todo con el objetivo de demostrar la universalidad de algunas composiciones que la visión anclada en la patria chica hace que se consideren únicas en este mundo cuando, en realidad, son diversas caras de la misma moneda. Y lo pueden hacer porque Filigrana cuenta con un elenco de músicos que, nacidos en el folklore han nutrido en su madurez diversos grupos punteros del panorama musical canario, desde el jazz al pop, pasando por el rock, el reggae o la copla, muchos de ellos con proyección internacional. Así, tenemos a Yeray Herrera, Gabriel Hernández y Francisco Rocío, que forman la sección de cuerda y percusión, y los que podríamos denominar alma mater de Filigrana, los hermanos José Félix y Laura Álvarez, voces del grupo.
Y tan cercano de la parranda están que comenzaron el espectáculo cantando en pasacalle por la platea del teatro hasta el escenario en donde desplegaron toda su maestría. Sin saberlo, al adquirir la entrada, el público había comprado un asiento para un viaje por el mundo, yendo a La Mancha con una jota, a Toledo con unas seguidillas de Madridejos, a Euskadi con la composición arreglada para la ocasión por Yeray Herrera, Bautista Bazterretxe, a Andalucía con unas originarias sevillanas o a Italia con unas tarantelas (versión lenta y rápida) y una ninna nanna, una canción de cuna cantada por José Félix. Y todo ello sin dejar de recalar en el folklore canario con unos aires de Lima, malagueñas de Tenerife o seguidillas de La Punta. Pero si algo destacó en esta galaxia musical fue el canto de panaderas en torno a una mesa en donde todo el grupo percutió sobre la tabla siguiendo los compases tradicionales de este tipo de composición, técnica de percusión que hicieron tan famosa grupos como Mayumaná hace tanto tiempo y que no es otra cosa que los cantos y ritmos creados por las trabajadoras para hacer más llevadero su trabajo agotador de cada noche.
Cuando de verdad se siente la música tradicional, no hace falta inventos musicales ni pasarla por filtros electrónicos para lograr hacerla viva y actual. Un espectáculo moderno fue lo que nos ofreció Filigrana con sus juegos de luces que dramatizaba cada canción o la proyección de secuencias de bailes tradicionales y de películas que venían a cuento con la composición interpretada. Y es que estamos ante un espectáculo que dejó los espíritus de los presentes soñando con tener, de nuevo, la posibilidad de entrar en comunión con la música folklórica y volver a transitar por este universo sonoro.
Texto y fotografías de Álex Ro