- Las once obras a concurso por el premio Richard Leacock, programadas para este 26 de abril, demuestran lo prolífico de la realización y la producción canaria, en donde conviven firmas veteranas con nuevos autores
- Las piezas de Marta Torrecilla, Arima León, Pedro García, Fátima Luzardo, Marcos Crisostomos y María Abenia conforman el primer bloque de la sección, mientras que Miguel G. Morales, Chisco Valdés, David Pantaleón, Amos Milbor y Antonia San Juan cierran las proyecciones en un segundo bloque
Conflictos universales que solo se pueden abordar desde la intimidad, un recuerdo esclarecedor de la historia, una mirada alternativa sobre el territorio que socava el discurso establecido y una buena dosis de humor ácido y socarrón. La selección de cortometrajes que propone la sección Canarias Cinema en el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria 2025 demuestra, ante todo, que el cine isleño está muy vivo, y late con una pulsión más que vigente. Directores con recorrido y obra consolidada conviven en este apartado del certamen con nuevas firmas, que surgen con el impulso de su vocación, formación y atrevimiento, continuando con la tradición del festival. Esto es, un foro que incorpora con regularidad nuevos cineastas al circuito cinematográfico nacional, como apuntan los propios autores.
En efecto, si por algo se ha distinguido Canarias Cinema es por su condición de espacio imprescindible para el cine canario, pero también como cantera de nuevos realizadores. Unos y otros, veteranos y noveles, conforman este año con sus piezas una sección tan heterogénea como sugerente para el espectador. En total, son once cortos los que se presentan a concurso para dirimir el Premio Richard Leacock. El apartado tiene como complemento la concesión del premio de distribución que otorga la distribuidora y productora audiovisual canaria Digital 104.
Primer bloque
El primer bloque de cortometrajes de Canarias Cinema está contemplado en el programa a las 10:00 horas del sábado 26 de abril, para público y jurado, en la sala 6 del Cine Yelmo Las Arenas. Las personas interesadas, además, podrán disfrutar de la presencia de los realizadores ese mismo día, en una proyección de las piezas fijada a las 17:00 horas, también en la sala 6.
Los títulos que integran este bloque son De interés insular (Marta Torrecilla, 2024, 4 min.); Koyas (Arima León, 2025, 16 min.); El grito de César del Bosque (Pedro García, 2025, 25 min.); Tour (Fátima Luzardo, 2024, 2 min.); Dime, Mari (Marcos Crisostomo, 2025, 18 min.) y Las sirenas (María Abenia, 2024, 20 min.).
Segundo bloque
El segundo bloque de cortos de Canarias Cinema está programado, para jurado y público, a las 12:15 horas del mismo sábado 26 de abril, de nuevo en la sala seis del Cine Yelmo Las Arenas. También habrá un pase con la presencia de los cineastas, a las 19:30 horas del mismo día, en la misma sala.
En este bloque se proyectan Escuchar la sombra (Miguel G. Morales, 2024, 30 min.); It Was Hot That Day: A Jandiman Story (Chisco Valdés, 2024, 11 min.), Cartas desde el Zoo (David Pantaleón, 2024, 26 min.); Inmaculada (Amos Milbor, 2025, 14 min.) y La paciente desconocida de Freud (Antonia San Juan, 2025, 7 min.)
De interés insular
De interés insular es una pieza gestada en el último Festivalito La Palma, en donde la premisa principal es la de concluir una obra en un tiempo limitado, ajustándose al tema propuesto. Su realizadora, Marta Torrecilla, se llevó la Estrella del Jurado al corto más destacado en una edición convocada bajo el lema «Lo mal que estamos, pero, ay, lo bien que lo pasamos». Después, Torrecilla obtendría el Premio al Mejor Cortometraje en la Muestra de Cine de Lanzarote. Su trabajo llega al certamen de la capital grancanaria con aval suficiente como para mirarse con atención.
En esta pieza corta, la directora hila un mensaje contundente, puramente visual, en torno a la Laguna de Barlovento. “Era un reto para mí crear algo en tan poco tiempo”, explica. “Pero bueno, me puse a investigar lo que pude, y me interesaba el tema del agua. Mirando temas de La Palma, porque me apetecía el contexto. Lo cierto es que nunca he estado en La Laguna, y creo que para el corto fue positivo, porque usé los mapas aéreos. Creo que para el tiempo que teníamos allí, estuve bien. Luego, claro, encontré las noticias”. Y con ello, la intencionalidad de una obra que retrata la desecación del medio en contraste con la industria turística.
Torrecilla confiesa que, en lo relativo al impacto de su corto, “todo ha sido sorpresa tras sorpresa, aunque los premios también me sirven para confiar un poco más en mi criterio”. “Seguiría haciendo temas sobre esto, que me preocupa”, advierte la realizadora, que expresa la “especial ilusión” que le hace su selección dentro de Canarias Cinema. “El Festival”, comenta, “me ayuda a descubrir cine y a conformar la mirada. He aprendido a hacer las cosas que hago con ese cine que enseña y que no se puede ver en las salas. Y eso es algo cada vez más difícil”.
Koyas
Arima León construye en Koyas un drama urbano, tan actual como crudo, que ideó unos años atrás en su etapa como docente del Instituto del Cine Canarias. De hecho, el guion nació como uno de sus ejercicios interpretativos. “Sin embargo, la destreza de Paula Ojeda y Andrea Cabret, entonces alumnas mías, me llevaron a pensar que con ellas podría contar algo más”, recuerda la propia directora. En las actrices encontró la evocación perfecta de esas “niñas-mujeres que me encontré en mi adolescencia, y que tenían una fuerza arrolladora que, a base de reguetón y sujetadores apretados hasta la retina, eran capaces de sobrevivir ante todo lo que su clase social les condicionaba”.
La realizadora utilizó sus propias experiencias en la guagua como raíz de la historia, cuando en un trayecto escuchó “la conversación de dos jóvenes que se asumían absolutamente empoderadas y, a su vez, intuía por lo que hablaban, que se estaban dedicando a la prostitución. Cuando esas chicas se bajaron de la guagua y vi sus cuerpos de casi niñas, me estremecí y eso se me quedó clavado para siempre”.
León cuenta cómo tuvo que superar ciertas dificultades durante el rodaje. En concreto, en la escena en movimiento constante en la guagua, o en el momento final en una pequeña habitación, en donde el calor hizo estragos. La directora agradeció el trabajo previo y la labor de la directora de fotografía, Lucia Grimaldi, y el diseñador de vestuario, Daniel Hernández, que permitieron llevar a buen puerto el trabajo.
Para León, “el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria no solo es a día de hoy un referente por su línea editorial, sino que también ha supuesto durante décadas el pulmón cinematográfico de la capital grancanaria”. La cineasta apunta que “poder estrenar este cortometraje en la isla donde se gestó es todo un regalo”. Y agrega que “compartir el programa de Canarias Cinema con cineastas que admiro tanto como Chisco Valdés, David Pantaleón, Miguel G. Morales, María Abenia o Antonia San Juan es otra alegría más”.
El grito de César del Bosque
Pedro García teje en los paisajes de campo y barranco entre San Lorenzo y La Milagrosa, en Gran Canaria, una historia parca en palabras, pero muy intensa en emociones. En El grito de César del Bosque, el director, que regresa al Festival después de su Mar de Mármara (2016), desarrolla una idea inicial que tuvo “cuando David Delgado —director de fotografía— me hace conocer el lugar. Tuve un enamoramiento inmediato y absoluto”.
La pieza, que pasó por el concurso de guiones de la Asociación de Cine Vértigo en 2023, tiene como protagonista a Rafael Navarro Miñón (quien ha sido uno de los directores habituales de la sección de cortos de Canarias Cinema en los últimos años) y Nayra Ortega. “Ambos se prestaron a participar con muy buen tono”, explica el director, que aborda en esta obra “lo que sugería el lugar y el retiro de una persona”. Esto es “esa relación que tenemos con el mundo, que a veces queremos estar dentro y, a veces, un poco retirados”.
García, declarado admirador del cine iraní, agradece especialmente la colaboración de Delgado, “uno de los mejores directores de fotografía que podemos encontrar”, y del músico Paco Garcia Cruz. Y la ayuda que encontró en “Virginia Saavedra, Catalina Castro y Gloria Pérez, compañeras de mi taller de italiano”. También, del tercer protagonista del reparto, el perro Maxi, y su dueña, Vicky. “A veces la sección y la vida se abrazan”, apunta el realizador, para explicar que el can, “que fue el actor más interesante”, fallecía hace apenas un mes, a sus 14 años de edad.
Para el director, “participar en el festival de mi ciudad es un placer y una responsabilidad. Siempre es interesante medirse uno mismo y con tus colegas”. “Ahora”, concluye, “el corto debe funcionar solo, el hijo ha nacido hermoso, sano y bello, y estoy muy orgulloso de haberlo rodado y haber vivido la experiencia”. Eso sí, avisa de una segunda historia, “una continuación”, en plena fase de producción.
Tour
Tour, de Fátima Luzardo, es un chispazo de dos minutos de duración que apela a la capacidad del espectador para impresionarse. “Un pequeño dardo, sin pretensiones”, explica la propia directora, que está convencida de que “el arte debe hacer algo por el mundo. Provocar una reflexión”.
Luzardo apunta sobre su corto que “no sé muy buen como clasificarlo, como no ficción, un falso documental, no sé». En todo caso, “lo que quería era provocar es ese extrañamiento” en el público. Lo dice toda una habitual de Canarias Cinema, siempre presente en la sección desde 2021, y especialmente recordada por su de Todo el mundo habla Javier (2022, premio del Público de Visionaria). En esta ocasión, decidió autoimponerse “una limitación de tiempo, para encontrar un incentivo y ver qué podía hacer. Eso te obliga a intentar comunicar lo que no se puede hacer con palabras, pero con cierto toque abstracto».
Tour expone una contradicción, entre lo que se ve en pantalla y lo que el espectador escucha. “Pensaba en los cineastas soviéticos, en el contrapunto orquestal, cuando utilizaban sonidos que no tenían que ver con lo que se veía”, comenta Luzardo, que intenta invitar a la reflexión profunda con su obra. No sin confesar que a ella misma “algunas de las imágenes todavía me chocan”.
De nuevo en el Festival, la directora sigue valorando “muchísimo” que seleccionen su trabajo. Y considera el certamen todo “un referente”.
Dime, Mari
Carlos Crisostomo debuta en un festival con Dime, Mari. El realizador tinerfeño, estudiante de cine en Barcelona, construye un relato siempre desde el mismo punto de vista: la cabina del conductor de un camión. «Se me ocurrió por un vídeo que vi en YouTube sobre el día a día de un camionero. Algo que nunca me había planteado cuando veía un camión por la carretera. Se me quedó el tema en la cabeza”, recuerda Crisostomo, que estuvo “meses” madurando su idea, hasta encontrar “lo más complicado”. Esto es, “la anécdota. Tenía el mensaje, pero necesitaba era una situación que lo reflejara”.
El director conviene en que utilizar un plano fijo desde un mismo punto, mostrando paisajes y escenas diferentes, resultó un recurso perfecto para mostrar el paso del tiempo en pantalla de manera efectiva. Antes, pasó “un mes escribiendo. Rodar fue lo más sencillo. Primero las voces de los actores y luego las imágenes”. Así, hasta completar un corto en cuya producción se ajustó a la máxima del cine indie: “pedir los más favores posibles y gastar lo menos de mis ahorros”.
En cuanto a su selección por el Festival, Crisostomos asegura que “me hace mucha ilusión, es el primer festival en el que presento un trabajo mío”.
Las sirenas
María Abenia repite en el certamen de la capital grancanaria con Las Sirenas, después de debutar con Circe (2022) y firmar Sísifo (2023). Las sirenas, cuenta, “pretendía ser un ensayo audiovisual, con la asociación Mamachama. Y de repente salió esta pieza”.
“Estoy muy contenta con el resultado”, añade Abenia, considerando que la obra se gesta en el marco de un taller en Tegueste (Tenerife) que proponía una reflexión sobre la identidad de las mujeres en el entorno rural. Y que toma cuerpo con la participación de las participantes. La realizadora, también programadora, incorpora en el corto elementos construidos con inteligencia artificial que le dotan de personalidad propia. “Antes de ir a ellas, la noche anterior, decidí ir a ver lo que hacía la IA. Fui un poco traviesa, y lo que hice fue sentarlas a ver esas imágenes”, explica.
La realizadora firma el guion junto a estas mismas mujeres, “porque fue elección de ellas la manera en la que las iba a filmar , en los charcos”. “Luego”, añade, “también se me encendió la idea de la parte mitológica, que es algo que llevo trabajando desde hace bastante tiempo».
Abenia, que en 2024 participó en el certamen de la capital grancanaria como jurado, se descubre “encantada” con esta nueva selección para Canarias Cinema. “También, porque estoy con gente a la que admiro mucho. Y, además, vienen varias mujeres que vamos a estar juntas ahí. El Festival tiene mucha solera. Me siento aquí súper querida y muy cuidada”.
Escuchar la sombra
Escuchar la sombra es un ejercicio documental puro al que se vuelve a entregar Miguel G. Morales. El autor de En el nombre de las cabras (2019) cuenta la historia oculta de miles de personas que viajaron desde Cuba para combatir el fascismo en la llamada Revolución Española.
Como es habitual en su proceso de trabajo, «la selección previa de imágenes es una forma de primer montaje”, puntualiza Morales. Y así ha sucedido en este corto, que en casi tres cuartas partes de metraje está integrado por imágenes que no habían visto la luz. Y en las que «no hay apenas muertos, ni trincheras, armas o bombas. La violencia es algo de lo que se alimentan los relatos fascistas».
Además, el documental integra de forma natural la presencia de mujeres y afroamericanos en el conflicto. Todo, para dar forma a una idea que Morales ya alumbró en su primer viaje al Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, en donde encontró un discurso de Dolores Ibárruri (La Pasionaria) de su única visita La Habana. Y que se desarrolló con el guion del escritor cubano Atilio Caballero.
La pieza también destaca por la atmósfera sonora que proporciona el músico Fajardo. Morales firma así «un canto a la memoria de los llamados vencidos pero que nunca lo fueron, a los que se sacrificaron y entregaron sus cuerpos en aras de un mundo mejor. Una obra sobre el amor de aquella Cuba por la España Republicana, por las ideas modernas, libres y cultas que allí se fraguaban». También, prosigue el autor, «es una película que reivindica lo que quedó fuera de la historia oficial de las míticas Brigadas Internacionales, donde no se incluyó a miles de personas anónimas de Cuba. Parecería que también habían sido derrotados por la memoria. El olvido en la historia oficial apuntala la ideología del poder».
Morales, nieto de cubano, biznieto de un peón de la construcción en el Capitolio de La Habana, cierra un círculo, de alguna manera, con Escuchar la sombra. Formado en la Escuela de San Antonio de Los Baños, el director admite que se siente «en deuda» con Cuba, «que tanto me ha dado». Su corto, que descubre un relato semidesconocido, «me une aún más a la isla».
El cineasta declara que «me planteo proyectos antifascistas en un mundo que está volviendo a dejar pasar esa oscuridad disfrazada en algoritmos, fake news, discursos de odio hacia la mujer, hacia la transexualidad o la emigración y que intenta arrebatarnos conceptos como la Libertad». Ahora, regresa al Festival, al que considera «un hogar, en el que he aprendido a afianzar mi mirada, y en el que vi toda la filmografía de Chris Marker, por ejemplo, un referente que marca esta forma de contar historias que pretende tener Escuchar la sombra».
It Was Hot That Day: A Jandiman Story
Chisco Valdés dirige It Was Hot That Day: A Jandiman Story: una reflexión íntima sobre su rol como migrante y cineasta, rodada durante su etapa como trabajador de la construcción en Arizona (Estados Unidos), en plena pandemia. “Cuando empecé a revisar todo el material que rodé”, cuenta, “siempre estaba pensando en eso del sueño americano, que en Latinoamérica, soy de Guatemala, tanto significa”.
El corto es una producción de la canaria Amissus Media. Su CEO, Daute Campos, conoció a Valdés en 2022 en el Málaga Talent. Desde entonces, «hemos tenido mucha química y ganas de hacer cosas. Él me ha dado ese voto de confianza», relata el realizador. Su pieza parte de una imagen trivial para llevar al espectador hacia el sentir más personal de un guatemalteco en Phoenix. «Todo el mundo me pregunta si se me cambió la idea del sueño americano», dice Valdés. «Y yo sigo pensando que sigue existiendo. Pero ha cambiado. Siempre lo hemos visto allá desde la perspectiva de tener éxito. Pero ahora que vivo en Europa, he descubierto lo que es tener calidad de vida, y esta es una idea que no entendemos muy bien en Latinoamérica. No sé sí volvería a vivir allí, en Estados Unidos».
«Me volvió loco que me seleccionara el Festival», manifiesta el director. «Seguí a muchos autores que han estado aquí. Arima León, Cabo Sur, tengo ganas de estar con amigos en Canarias. Es casi como estar en casa. También sé que ahí ha estado Sean Baker, y es fantástico”.
Cartas desde el Zoo
El veterano David Pantaleón repite en el Festival de la capital grancanaria con Cartas desde el Zoo, un corto que rescata imágenes del antiguo zoológico del Parque Doramas en su arranque, para adentrarse en territorio aún más trascendente en su metraje. “Esto surge a partir de la idea de cómo somos de humanos con los animales, y de cómo a veces somos animales con los humanos”, explica el realizador isleño, que remarca que “siempre encontramos excusas para justificar que el otro esté encerrado”.
Y es que su trabajo se centra en la labor que desarrolla una asociación de teatro social, Hestia, que incorpora a reclusos en sus proyectos. El de Pantaleón comienza “cuando entramos en los archivos del Gran Canaria Centro de Cultura Audiovisual, y encontramos estas imágenes del zoo, con la suerte de que eran de Dácil Manrique De Lara, otra cineasta. Esta fue la semilla de la pieza”.
El director comenzó a preparar su corto “poco a poco”, incorporándose a las reuniones del grupo. “Al principio, al llegar la primera vez a casa, no me gustó cómo me había comportado. Cuando me invitaron a participar en una primera sesión de teatro, y dije que no. Luego me sentí sucio por haber reaccionado así. Eso me hizo plantearme esta idea”. Pantaleón quiere dejar claro que “esta gente lleva diez años haciendo teatro. Están muy bien trabajados, y fue un placer estar con ellos”, aunque advierta de que su corto tiene “muy pocas pretensiones”. Eso sí, “estamos muy contentos de cómo ha salido al final. Fue catártico que ellos (los reclusos) escribieran una carta al final: tienen muchas ganas de que se les escuche”.
David Pantaleón define al Festival de Las Palmas de Gran Canaria como un elemento “clave en mi educación como cineasta, y en la de todos los cineastas de la región. Nos ha abierto una ventana a un cine no convencional, que igual ni hubiéramos podido oler”. Y apunta que “tenemos gente muy joven de nuestra isla haciendo cosas súper interesantes. Es verdad que yo pertenezco a otra generación, pero no somos una generación cerrada y tenemos que estar muy pendientes de no serlo. Muy pendientes de ver lo que hacen los que vienen detrás. Sí que es verdad que entre nosotros hemos generado sinergias, y con eso nos hemos hecho más fuertes”.
Inmaculada
Amos Milbor, también escritor y guionista del largometraje Rendir los machos (2021, junto a David Pantaleón) y del corto Clavijo, tu amor (2017, junto a Amaury Santana Marrero y Luis O’Malley), ahora presenta en Canarias Cinema esta singular Inmaculada. Un ejercicio de humor surreal en el que la protagonista pide la ayuda de su cuñada para convencer a su marido, que sale de la cárcel, que está encinta del Espíritu Santo.
La premisa supone todo un reto para el realizador, que debe sostener la historia en pantalla. Y lo hace de forma efectiva, en lo que supone su debut en la sección Canarias Cinema. Con el respaldo en la dirección de fotografía de Zhana Yordanova y la música de Fajardo.
La de Milbor es una de las novedades del apartado canario en el certamen, y una de las propuestas más frescas en la selección de cortometrajes.
La paciente desconocida de Freud
Antonia San Juan, actriz, monologuista y estrella televisiva, regresa al formato del corto con La paciente desconocida de Freud, pieza que dirige y protagoniza, y cuyo guion firma junto a Enrique Gallego.
La de San Juan es otra propuesta plena de humor ácido, con giro final, que además se distingue por su fotografía, a cargo de Moisés Coello y Saulo Donoso. Los colores y las texturas en pantalla merecen también mención especial en un corto que ahonda en el dolor esperpéntico que demuestra su protagonista, Renata. Y que luce cuidado al detalle, hasta el extremo de sus créditos.
La incorporación de Blanca Rodríguez en el reparto destaca también en el trabajo de la directora, actriz y cómica, cuya última presencia en la programación del festival de la capital grancanaria fue con el largo Del lado del verano (2012). El papel de Roberto Herrera como un hierático Freud se añade a los alicientes que puede encontrar el espectador ante esta última propuesta de la realizadora canaria.