¿Alguna vez te ha pasado que pasado y presente confluyen en una misma emoción? Pues eso justamente fue lo que nos pasó a muchos de los que asistimos el jueves 14 de julio al concierto de la gira DreamWorld del mítico dúo de pop británico Pet Shop Boys.
Convenimos en afirmar lo que ya se ha escrito acerca de la calidad de la voz de Neil Tennant, que no ha perdido, sino que se ha mantenido idéntica, o incluso ha ganado calidad con los años.
Sus canciones de siempre suenan a himnos y bandas sonoras personales de varias generaciones que nos reunimos allí, una agradable noche de verano donde el espectáculo de luces y efectos visuales nos ayudó a pasear por eléctricas calles nocturnas, a convertirnos en figuras prototipo, a formar parte de múltiples líneas vibrantes de color neón, a ser chicas de la zona del West End, que como bien indicaba el propio Neil Tennant, se trata de una canción dedicada a chicos y chicas que salen a divertirse y a ligar por las calles, lo cual es un emblema de placer. El placer fue nuestro y estuvimos encantados de habernos dejado seducir por el dúo y los músicos acompañantes.
El espectáculo también nos invitó a formar parte de un cielo con nubes que se abría al ritmo de Go West, un tema original de Village People y que es un símbolo musical de la libertad y rebeldía sobre todo en el ámbito gay, como en España el A quién le importa de Alaska y Dinarama.
Entre la playlist del grupo en esta gira, hay temas especialmente emocionantes para la que aquí les escribe, como Always on my mind, tema compuesto por Johnny Christopher, Mark James y Wayne Carson, con la versión más famosa cantada por el inmortal Elvis Presley. Pero debo indicar que lejos de creer que pueda mejorar el original, sí me atrevo a decir que es más que una dignísima versión y que lo que han hecho con esos arreglos orquestales digitalizados por el muestreador más valorado del momento, el australiano Fairlight CMI (el que se mosquee que pida audiencia compulsada a Mario Gil), es darle un alma especial que reafirma su sentido atemporal, aunque la canción ya de por sí lo valga, le dieron un toque de modernidad y actualización acorde a los nuevos estilos musicales de la cultura popular de finales del siglo XX. Curiosamente en los ochenta hubo más grupos que hicieron exitosas versiones de clásicos inmortales. Esto reafirma que fueron capaces de hacernos bailar sobre una pátina del tiempo, que olía y sonaba a presente eterno.
Qué quieren que les diga, Pet Shop Boys y su increíble espectáculo audiovisual lograron que entráramos en el país de los sueños. Y en sueños nos volveremos a ver, mi querido lector, en sueños hablo contigo, en sueños bailo contigo.
Claudia Kadiveck.