sábado, octubre 12, 2024

Adrián Gómez opina sobre la película «Noticias del gran mundo»

Sin Perdón cambió las reglas del western hace casi 30 años. La obra maestra de Clint Eastwood rompió con lo anterior e impuso una atmósfera, un ritmo y una estética que marcó el género hasta hoy. Diez años después, Kevin Costner lo ratifica con Open Range (ese tiroteo final casi a quemarropa). Otros actores directores, recogen el guante y crean joyas como Apaloosa (Ed Harris) o Deuda de Honor (Tommy Lee Jones). Entre medias, la HBO (que ya había creado escuela con la miniserie Lonesome Dove), emite Deadwood, de Walter Hill, adaptación a la pequeña pantalla de los nuevos tiempos citados (como también lo fue con respecto al peplum, Roma de John Milius). Le siguieron perlas como Enfrentados, el remake de El tren de las 3:10 o la inesperada Hostiles. No comparto el entusiasmo (aún con sus momentos) generalizado, de El Renacido, y el doblete salvaje de Tarantino (Django desencadenado y Los Odiosos Ocho) juegan en otra liga

Paul greengrass (Green Zone, Sunday bloody Sunday) se reencuentra con Tom Hanks tras Capitán Phillips, en News of The World; producción de Universal, exhibida en salas y a la vez en Netflix. Visto el resultado, es una película plenamente disfrutable en pantalla grande. Esta historia de solitarios que emprenden un viaje para terminar encontrándose ellos mismos, no solo es un bello relato que supura emotividad sin cargar las tintas, sino recupera el pulso del» viejo oeste» de toda la vida ( hay ecos de Hombre, Sierra Prohibida, Jeremías Johnson o Valor de Ley), en una Road movie , que nos presenta al veterano Capitán Kidd (tal cual) en plena época de cambios, como noticiario ambulante, hasta que se topa con Yohanna, niña de colonos, criada por los indios, que debe ser devuelta a su hogar. Sorprende la realización del director, muy lejos de la cámara nerviosa habitual en sus producciones (como la sobrevalorada saga Bourne), demostrando una sobriedad narrativa encomiable.

Hanks está inmenso. Su torturada mirada y gestos nos dice tanto de su interior, como la lectura de la prensa del exterior. La fotografía de Dariusz Wolski, y la hermosa banda sonora de James Newton Howard, nos sumergen aún más en ese itinerario repleto de polvo, indios, ladrones, extorsiones, explotadores mineros, pueblerinos ignorantes y tumbas indeseadas. Un espléndido film que nos devuelve a perdigones el espíritu de un género comercialmente en horas bajas, demostrando (como también hizo Los hermanos Sister hace dos años) la buena salud de la que goza a nivel artístico. Y es que, cinematográficamente, muchos confunden monedas con pólvora en los cartuchos. No es éste el caso que nos ocupa. Soberbia.

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