lunes, noviembre 4, 2024

Adrián Gómez opina sobre la película «Star Wars: Episodio VIII – Los últimos Jedi»

Asunto: Star Wars: Episodio VIII – Los últimos Jedi.

«Esto no va a ir como tu crees» le dice Luke a Rey en su exilio… y al espectador.

Rian Johnson («Looper», «Los hermanos Bloom») escribe y dirige el episodio VIII de Star Wars, borrando de un plumazo esquemas y eventos preconcebidos… situaciones esperadas o encuentros evidentes… derriba mitos y forja nuevos, y se pasa por el arco del triunfo lo expuesto por J.J Abrahams en el VII ¿es esto malo? para nada… Hay que pelear con un comité ejecutivo y una campaña de marketing brutal… con unas expectativas que han de contentar a todas las edades… con unos die hard fans que no evolucionan y quieren mas de lo mismo (más «despertares» para dormidos)… y no, no es el camino que toma el director… ni siquiera cuando parece que tomamos la ruta de lugares comunes, va y nos sorprende con giros en el ultimo momento.

 

Las respuestas no son las que esperas… ni los desenlaces tampoco… los personajes no son lo que parecen y la grandilocuencia se transforma en grandeza o pequeñez. A simple vista, parece que estamos ante un remake-potaje de»el imperio contraataca» (evacuación de base rebelde y posterior caza con historia de aprendizaje de por medio) y «el retorno del jedi» (reencuentro entre personajes vinculados por la fuerza con la tentación de un ente poderoso para pasarse al lado oscuro… en este caso Snoke) con unas pinceladas de «Galáctica: Estrella de Combate (migración de un convoy espacial)… pero el volantazo es»galáctico» y nos deja con un palmo de narices «es hora de que lo viejo muera», dice Kylo Ren, villano temible y temerario, obsesionado con su ascendencia sith, enfermo de si mismo y desencantado con su linaje, que ofrece a Rey la oportunidad de un nuevo imperio… a su lado, «Los Jedis deben terminar», alega un esplendido Mark Hamill, hastiado y cansado de ser «una vieja esperanza», potenciando el sentimiento grupal de autosuficiencia… de resistencia y de renegar y relegar, el y leía son las manos que nos han agarrado durante una travesía de cuarenta años… un viaje que nos ha hecho soñar y forjar leyendas… y como si de un «sin perdón» sideral se tratara,se cierra un ciclo… una saga, la de los Skywalker, que nos ha enganchado durante décadas.

 

Un clímax tan épico como legendario, con una aureola crepuscular que nadie esperaba,impulsa esta nueva (y mejor entrega desde la trilogía clásica) a un epilogo emotivo… enternecedor… y es que el héroe siempre anida y surge en todos nosotros cuando las circunstancias lo requieren.

 

Mención especial para una sensacional Carrie Fisher que nos regala una interpretación de despedida tan conmovedora como la escena que tiene con Hammill: «Nunca nada se va del todo»..Cumplidoras las aportaciones de Laura Dern, Benicio del Toro y Oscar Isaac… y menos cargantes el Boyega, la Ridley y un inconmensurable Driver que se erige como verdadero eje de lo que esta por venir y haciéndonos olvidar su lamentable primera intervención de hace dos años.

 

La música de John Williams vuelve a redondear esta opera magna y sorprendente, cuyos únicos peros son unas mercantiles criaturas y cierto exceso digital… de resto… y sin alcanzar la magnificencia de «Blade Runner 2049» ha sido una despedida digna, cuyo colofón solo interesara a los fans de nueva hornada… pero aquí se cierra un arco argumental que empezó con una puesta de dos soles observadas lacónicamente por un joven y frustrado granjero, cuyo destino iba a cambiar..siempre oteando el horizonte… y es que en cada estrella que observamos en la noche hay una gran historia de aventuras… y héroes… gracias por hacernos viajar y que la fuerza os acompañe… «Hace mucho tiempo..en una galaxia lejana…muy lejana…»

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