La valenciana Cristina Durán se convirtió en 2019 en la segunda mujer que logró el Premio Nacional del Cómic, una recompensa a la pasión que ha sentido desde niña por este género. Por esa misma razón estudió Bellas Artes y se dedicó a la animación e ilustración hasta que 2009 publicó junto a Miguel A. Giner Bou su primer cómic como autora. A partir de ese momento, aunque sigue haciendo trabajos como ilustradora, su trayectoria se reorientó de forma irrenunciable en convertirse en historietista que es hoy su actividad principal y la que más le apasiona. Ha publicado seis obras personales, participado en varias colectivas y numerosos encargos.
-Creo que se decanta muchas veces por el trabajo en equipo.
-Habitualmente trabajo con mi compañero, Miguel A. Giner Bou, que se encarga del guión, la planificación y la mayoría de las veces del color. Hacemos bastantes trabajos de manera conjunta, pero también nos gusta abordar proyectos en solitario o con otros profesionales.
-Comienza en el mundo del cómic con el fanzine como muchos otros autores.
-Sí, como comentaba, me decidí a hacer Bellas Artes porque quería hacer cómics. Así que, en la facultad, enseguida me uní a los compañeros que también los hacían. Así nació el equipo Grúa, formado por 3 compañeros, Miguel A. Giner Bou, Alberto Botella y Robin y yo. Equipo creado para hacer el fanzine No aparcar, llamo grúa. Nada más acabar la carrera los cuatro del equipo abrimos nuestro estudio, LaGRÚAestudio donde empezamos a intentar abrirnos camino profesionalmente en el cómic y la ilustración. Los primeros años no fueron fáciles y los combinábamos con nuestro trabajo en un estudio de animación, pero poco a poco ya fuimos consiguiendo hacernos un hueco en el sector.
-¿Qué supuso y supone la empresa LaGRÚAestudio? ¿Con qué objetivo la fundaron y cree que ha dado los resultados esperados?
-Lo fundamos los cuatro miembros del equipo del fanzine nada más acabar la carrera. El objetivo era trabajar juntos e intentar abrirnos camino en el sector de la ilustración y el cómic. Cada uno teníamos estilos de dibujo diferentes, así que podíamos ofrecer al cliente más variedad a nivel gráfico y buenos plazos de ejecución, al hacer algunos de los encargos entre varios. También nos permitía compartir local, materiales y equipos informáticos, ya que al principio, tú sola no dispones de todos los medios que necesitas. Hoy en día ya solo lo integramos Miguel Ángel y yo y sí ha dado los resultados esperados, yo diría que con creces. Aunque hemos pasado, como todos y todas, por algunos momentos bastante difíciles, hemos conseguido, a base de muchas horas de trabajo y esfuerzo, cierta estabilidad.
-¿Cómo definiría su estilo?
-Tengo un estilo de línea negra y muy gruesa y me gustan los ángulos definidos y las curvas pronunciadas. Creo que el tipo de línea que utilizo es lo que más caracteriza mi trabajo. Me gusta mantener ese estilo propio, pero en cada trabajo nuevo que hago intento buscar nuevas soluciones gráficas, nuevos caminos, para seguir evolucionando y mejorar todo lo posible. Me gusta observar, documentarme y formarme en nuevas técnicas.
-¿Y en cuanto a temáticas?
-Las que más me interesan son las sociales, las humanas en general, las que atañen a las personas y a las relaciones entre ellas. Me interesan los sentimientos y las emociones, las historias que nos hacen pensar y reflexionar. También me gustan mucho la historia y la ciencia ficción.
-Últimamente el mundo del cómic parece muy enfocado o polarizado entre la memoria histórica y el feminismo ¿Se encuentra usted en alguno de estos campos de manera sutil o militante?
-El mundo del cómic y el mundo en general no están polarizados entre la memoria histórica y el feminismo. El mundo en general está polarizado por los discursos de odio que propaga la ultraderecha, el capitalismo voraz y las creencias extremas, que crecen de manera muy preocupante amenazando seriamente los derechos humanos, acrecentando la desigualdad y amenazando el futuro del planeta.
La recuperación de la memoria histórica y el feminismo son luchas muy necesarias y no son la causa de la polarización. La memoria histórica no busca enfrentar, ni odiar. Busca reparar y honrar a nuestros familiares y personas cercanas y hacernos reflexionar para no volver a cometer los mismos errores.
Ha habido y aún hay, demasiado silencio y miedo, es necesario cicatrizar las heridas para poder seguir avanzando hacia una sociedad más justa y equitativa. Y el feminismo, igual que la lucha LGTBI+, siguen siendo fundamentales y necesarias, por supuesto. Son ya demasiados siglos de patriarcado y marginación y aún es necesario recordar que todas las personas somos iguales y tenemos los mismos derechos.
-Entonces queda claro que es una convencida de estas luchas
-Por supuesto me considero feminista y activista, siempre del lado de los que respetan y defienden los derechos humanos, no puedo entender a la gente que está en contra de estos derechos. Tal y como está la situación mundial, pienso que todos y todas tenemos un cierto grado de responsabilidad a la hora de contribuir en la medida de lo posible a plantear preguntas y buscar soluciones. Tanto en nuestra profesión como en nuestra vida personal debemos ser conscientes de las consecuencias que nuestros actos pueden tener en nuestro entorno.
-Entre los premios que ha ganado está el Nacional del cómic 2019. No sé si entonces había muchas mujeres que lo hubieran ganado en aquel entonces y qué supuso para su trabajo.
-El Premio fue compartido con Giner Bou y con Laura Ballester por El día 3 (Astiberri). Antes de Laura y yo, solo había habido una premiada, Ana Penyas. El premio supuso una emoción enorme, es una sensación maravillosa que se reconozca tu trabajo de esa manera. De hecho, aún me dura la emoción, me alegra el día cada vez que lo recuerdo. Un premio como este supone un gran respaldo, nosotros lo hemos notado mucho. A menudo, nuestro trabajo no es reconocido como se merece, pero tener un Premio Nacional te abre muchas puertas, porque la mayoría de gente ya da por hecho que eres una profesional y no cuestiona la valía de tu trabajo cada dos por tres. Para mí ha supuesto un claro punto de inflexión en mi carrera.
-¿Qué obras destacaría de su trayectoria? Quizás las más valoradas por el público y la crítica no son las que precisamente más le gustan a usted.
-Es difícil elegir, todas son muy personales y en todas he puesto todo mi cariño y entusiasmo. Pero si tengo que elegir una, diría nuestro primer cómic, Una posibilidad entre mil, editado ahora por Astiberri junto a la segunda parte La máquina de Efrén bajo el título Una posibilidad porque supuso un salto muy significativo en mi trayectoria profesional. Después de muchos años dedicada principalmente a la ilustración, cumplía por fin mi sueño de ser autora de cómic. Me ha abierto las puertas a nuevos proyectos, a nuevos cómics, a los salones de cómic, congresos, charlas, viajes…etc. y me ha dado a conocer en el sector, brindándome muchas oportunidades profesionales tanto en cómic como en ilustración.
-Este libro tiene un contenido muy duro sobre sobre el valor de hacer frente a diversas adversidades a la hora de ser padres.
-Fue muy importante a nivel personal, el hecho de conseguir transformar una experiencia personal tan dura en una historia que llega a la gente y la transforma de alguna manera. Te ayuda a procesarla y a seguir adelante a pesar de las dificultades del día a día. Hacer este cómic no tenía ninguna intención terapéutica ni didáctica, pero al final, lo ha cambiado todo, ha sido un verdadero vuelco, personal y profesionalmente hablando.
-¿En qué proyectos trabaja ahora mismo?
-Miguel Ángel tiene ya algunas ideas para nuestro próximo cómic en equipo, pero están todavía muy al inicio, es pronto para hablar de ellas. Yo, a nivel personal, estoy ahora mismo trabajando en algunos encargos de ilustración y dándole vueltas a un cómic que me gustaría hacer yo sola. Escribirlo y dibujarlo, pero también está todavía muy al inicio.
-¿Qué piensa de las IA y cómo puede afectar a su trabajo?
.-Pienso que urge una regulación firme, rápida y estricta, ya. Que no deberíamos usarla ni apoyar a las empresas que lo hacen hasta que esté todo regulado. No es una herramienta más, citando a Chomsky, se le debería llamar “software de plagio”, porque se está desarrollando utilizando material sin permiso de sus autores y autoras y sin la remuneración correspondiente. Yo no estoy en contra de los avances en tecnología, pero sí en contra de los que se desarrollan pisoteando los derechos de autoría y robando literalmente de forma impune.
Nadie entendería que alguien entrara a robar en la cocina de un restaurante y con esos productos robados montara un bar alternativo en la misma calle para vender menús más baratos y sin control de calidad… pues eso es lo que está haciendo la IA, además de lo nocivo que es también para el medio ambiente. La legislación siempre ha ido más lenta que la innovación tecnológica, pero tenemos que luchar de forma colectiva para que esta regulación llegue cuanto antes, se soliciten los permisos correspondientes y se compense debidamente a la personas creadoras por la explotación de su trabajo. Ya hay algunos colectivos trabajando en esta línea y están haciendo un gran trabajo.
-¿Conoce el libro blanco del cómic? ¿Qué le parece dado que usted ha participado en diversos colectivos relacionados con el mundo del cómic?
-Sí lo conozco, aunque todavía no he tenido tiempo de leerlo con calma. Creo que cualquier iniciativa que se haga para intentar conseguir avances para nuestro sector es bienvenida si ésta puede servir para ir abriendo puertas. Espero que sea al menos un inicio, un punto de partida para que las reivindicaciones del sector sean escuchadas y tenidas en cuenta para mejorar nuestras condiciones en general. También creo que para que esto suceda, estaría bien que fuera un libro vivo y no sé si lo han planteado así, supongo que sí, es decir, que se pueda ir completando con nuevas aportaciones, estudios, iniciativas y datos por parte de todo el sector. El trabajo colectivo y asociativo siempre me ha parecido, y me parece, importantísimo y necesario.
Fotografías de JoseLacomba