domingo, noviembre 24, 2024

Entre el Tonal y el Nagual – Marcos Arbelo  | LEYENDO MIRADAS

En el momento que me ves

puedo perder el pie

o agarrarme funesto a lo que recuerdo:

si luchas, te asías,

que si rindes, te comprimes.

No es la vida,

solo malvasía,

es mar vacía

que volverá a llenar con el paso del día,

cuando haya suficiente que contener.

Volverá a nacer en otro lado

aún cuando la noche no deje ver a los aliados,

sé que te tengo al lado y me das fuerte,

me das suerte,

aún cuando estoy angustiado

por el paso de los días.

Aún cuando estoy aferrado

a lo que espero de mí,

a lo que espero de la vida.

Sin embargo, solo son dos crías que,

si no alimento, no tienen cabida

en una maquina en armonía,

en el pestañear de unos ojos repletos de saliva,

en el aullar de la jauría,

en la lejanía de la sabiduría,

en lo cercano de la fuente cuando entra la fatiga,

o en el saber de los ancestros cuando acaba el sonar de la teoría.

Solo quiero encontrarme al frente

de este runrún en desintonía,

solo verme consciente en el andar de los días.

No me muevas del presente, mente autocompadeciente.

No me muevas de la isla del Tonal,

aunque no me quiera abrazar,

aunque yo solo, aún no me pueda renovar.

Llegará el día en el que el Nagual

se haga evidente en este hogar.

El día en el que el jaguar agarre fuerte al corral

y entone su melodía,

sin importar, sin esperar,

a que ocurra algo en esta selva vacía.

Cuando enfrente el mundo en ironía,

con la serpiente como compañía.

Cuando sienta lo que me escalofría

sin necesidad de más pruebas o guías.

Que “el soñar” se hará consciente,

que el “no hacer” será suficiente,

que “el ver” sin entender,

será el gran paso a la fuente.

Cuando la historia personal no explique nada del presente,

cuando no haga falta que mescalito esté al frente,

cuando ya no quiera estar más tiempo ausente,

y ame la vida, y las vías

que recorre este ser inconsciente.

Dejaré de creer importante lo que pase,

se acabó rendirme y vencerme al primero que se alce,

dejaré de llenar lo que angustio de pretensiones incesantes,

de querer explicar y de alimentar un ego parlante.

El camino no es arduo

el camino es elegante.

Desandar solo es desandar

cuando empiezas a preocuparte,

cuando piensas que la entereza es solo ir hacia delante,

si piensas que no compensa,

que no hay ganas,

no hay resiliencia.

Pero la vida solo muestra,

la vida solo enseña.

No te estresa

no te ahuyenta.

Eres tú quien lo representa.

No dejes que la cabeza te convenza

No pierdas fuerza en esas tretas.

Que la razón solo es razón, si los demás la acomodan.

Si te autorizan esas bodas.

Pero la vida siempre es vida,

no entres a valorar.

Nunca algo nuevo deja de pasar.

Reflexión sobre el poema

Inmerso en un proceso emocional profundo e inspirado por la lectura de muchos de los libros de Carlos Castaneda, en busca de un poco de objetividad, simplemente escribí aquello en lo que me veía reflejado. Soy consciente de que para entender a una persona hace falta una vida entera y que una explicación demasiado extensa aleja del sentir, y lleva al pensar. Sin embargo, creo que mas allá de las apariencias, todas las personas somos muy similares. Por lo tanto, como dice Hermann Hesse en “El lobo estepario”, “que discutan los inteligentes sobre quien tiene la razón”.

Biografía de Marcos Arbelo

Nacido en un pequeño pueblo costero de Tenerife, siempre ha tenido hambre por saber, un anhelo de lo que hay más allá de las cosas. Rechaza las etiquetas, porque sus letras “saben más de mí que yo mismo”. Encontró en la lectura, la música y la escritura (en el arte en general) una forma de desarrollarse y crecer. De quitarse las caretas y las corazas, y Ser, en lugar de aparentar. Buscador de sí mismo, donde quiera que le lleve eso.

Imagen propia de la web de Culturamanía

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