El proyecto LBD de la artista Francisca Wenk une el concepto del Little Black Dress como fondo del armario que nos saca de cualquier apuro o consigue transformarnos en algo que no somos, como el Camp y la moda, herramientas que pueden ser extremadamente superficiales, nos da una liberación que nos deja ser totalmente banales y funciona como una gran herramienta de expresión. La propuesta LBD se retomó el pasado agosto a modo de residencia artística en La Limonera (@lalimonera_estudio), como parte de un ciclo de cine inspirado en el camp.
El Camp es un término que ya existía desde el siglo XVII y que en el siglo XX ya pasa a formar parte de la cultura latina, negra y LGTB. Como explica posteriormente Philip Core, el Camp es el heroísmo de la gente que no iba a ser héroes. Más adelante es Susan Sontag la que teoriza acerca de este término. Determina el Camp en 58 notas y de forma resumida, se trata de una estética en el que importa el nivel de artificio y es una forma de entender el mundo como un fenómeno estético y requiere un campo artístico donde pueda haber sacrificio de contenido para dar paso a la estética y al estilo.
Uno de estos campos es la moda, muchos diseñadores usan la moda como herramienta para hablar de lo opresivo y artificial de las nociones como el género, raza, sexualidad, clase y gusto. Algunos diseñadores usan el Camp para hacer alarde de esta opresión para apropiarse de ella, otros lo usan para superar el rol del marginado.
Unos de los grandes hitos de la moda es el little black dress, categorizado como un indispensable del armario que nos salva/eleva de cualquier situación, es conocido por ser una herramienta democratizadora y que nos pone a todos en un mismo nivel y que automáticamente nos mejora.
Su origen tiene que ver con Coco Chanel y las criadas y sus jefas ricas: las jefas ricas le daban sus vestidos negros que no usaban a sus criadas hasta que se repopulariza de nuevo y las jefas ricas vuelven a usar esta prenda, y Coco Chanel la relanza al mercado como “el lujo de los pobres”. Así se entra en una dinámica compleja debido a que el color negro siempre ha representado términos antagónicos: es un color que siempre se asocia al poder o a la falta de este. Un ejemplo podrían ser las criadas y sus jefas ricas.
Como explica Diana Vreeland, antigua editora de Vogue, producir en negro es el mayor rompecabezas de los diseñadores, ya que destaca los elementos claves del diseño y si se diseña mal se notan todos los fallos. Resulta curioso saber que el diseño que más expone a los diseñadores es el que usamos nosotros para ocultarnos o transformarnos, es decir ser algo que no sea nosotros mismos. ¿De qué nos queremos ocultar o qué pretendemos ser?
Las piezas bordadas con hilo natural y sintético sobre cinco capas de organza que configuran la exposición Little Black Dress representan esta dinámica de poder que nos muestra el negro: contamos con una una monja, tres criadas y tres modelos sacadas de publicaciones como Vogue o Harper’s Bazaar. A su vez cada uno de estos bordados está constituido por cinco capas: la cara de fondo de Twiggy, una silueta completa, un contorno, una silueta con citas de Susan Sontag respecto al Camp y una silueta que imita el juego de unir 58 puntos (ya que Sontag habla de 58 puntos del Camp).

Como parte de la exposición, abrimos las puertas a un espacio íntimo, un taller reconstruido donde se respira el pulso creativo de la artista. Notas, bocetos y apuntes dispersos que funcionan como archivo conceptual de la obra final.
Sobre la artista:
Francisca Rubio Wenk (Córdoba, Argentina, 1999) centra su práctica artística en el bordado tradicional, explorando sus connotaciones históricas y desafiando las percepciones de esta técnica como un “arte menor” relegado al ámbito femenino. Utiliza el bordado como un medio para contar historias no contadas.
Su investigación se divide en varias líneas temáticas. Por un lado, explora el concepto del hogar como un espacio aparentemente seguro, pero que puede ser el escenario de relaciones dañinas, como las dinámicas entre madre e hija y la herencia de traumas generacionales femeninos. Por otro lado, examina el papel de la moda desde una perspectiva camp, reconociéndola como una herramienta de expresión política para comunidades marginadas como la LGBT, latina y negra.
Exposición Little Black Dress de Francisca Wenk en Lapanera (La Laguna), del 4 al 18 de octubre
Horario: de martes a viernes de 11:00 a 14:00 h y de 17:00 a 20:00 h, sábados de 11:00 a 14:00 h
