LA (RELATIVA) SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO. ANORA (EEUU, 2024), DE SEAN BAKER.
Por Manuel García de Mesa.
1. ¿PORQUÉ EL TRIUNFO DE ANORA?
La edición 97 de los premios Óscar de la academia de Hollywood será recordada, además de por la polémica con Karla Sofía Gascón, por las cuatro estatuillas para un realizador estadounidense con 25 años de carrera artística, Sean Baker, así como el premio a mejor actriz para una joven de 25 años llamada Mickey Madison, que se terminó imponiendo frente a los pronósticos más vaticinados. Una vez descartada la referida actriz protagonista de Emilia Pérez (Francia, 2024), de Jacques Audiard, excelente en su composición y evolución de su personaje, la veterana Demi Moore por su prodigiosa intervención en La Sustancia (The Substance, Francia-EEUU, 2024), de Coraline Fargeat parecía erigirse en la categoría de actriz principal. En fin, pese a la contundencia de muchos, “a los premios los carga el diablo”.
Mucho se vaticinó, y especuló, con las pocas posibilidades de Anora como película, así como con la idea de que había “perdido fuelle” en la carrera de premios, criterio que en un momento de finales del 2024 y comienzos del 2025 parecía imponerse.
El actor y humorista Connor O’Brien, en su primera presentación de una gala de los premios Oscar, explicó en la ceremonia de 2025 que para él el triunfo de este filme radica en que “Los Estadounidenses están emocionados de ver finalmente a alguien enfrentarse a un oligarca ruso”, en una de las escasísimas pullas políticas de una noche, que, definitivamente decidió dar la espalda a Donald Trump, y sus excentricidades o “Trumpismos”, al tirano Vladimir Putin, y la actualidad política mundial (1)
Anora comenzó su andadura en 2024, nada menos que en el Festival de cine de Cannes, en mayo de 2024, en su 77 edición y cuyo estreno se produjo el 21 de mayo de 2024. Su jurado, liderado por Greta Gerwig y compuesto, además, por las actrices Lily Gladstone y Eva Green, la realizadora Nadine Labaki y el director Juan Antonio Bayona, decidió premiar con la Palma de Oro al filme. Un filme estadounidense no obtenía la Palma de Oro en Cannes desde la espléndida El Árbol de la vida (Tree of Life, EEUU, 2011), de Terrence Malick.
A partir de ese momento, comenzó una campaña muy bien orquestada, lenta pero segura, por la distribuidora Neon, donde se anunciaron y publicitaron masivamente en redes sociales los pases de la película, especialmente en EEUU, en salas de cine dotadas aún de proyectores en celuloide, resaltando la autenticidad de una película concebida para salas de cine. Muchos de esos pases, estuvieron acompañados por la asistencia, y debates posteriores de unos entusiastas Sean Barker y Mickey Madison. Un acuerdo con Focus Features, la marca “independiente” de Universal Pictures, remató una óptima distribución del filme por EEUU y el mundo.
En España se estrenó el 31 de octubre de 2024. Tuve la ocasión de verla el mismo fin de semana de su estreno, en el que dejó cierta indiferencia en las salas comerciales. El efecto boca oreja fue trabajando a su favor La siguiente vez que me encontré con esta sensacional película, fue en Londres, en noviembre de 2024. Una de las salas del British Film Institute SouthBank, ese templo al séptimo arte a la rivera del Támesis, de parada obligada para todo cinéfilo. El lleno de una de las tres salas era total. Tuve que sentarme en primera fila. El público estaba en plena sintonía con el filme, y con los diferentes estados de ánimo la joven escort encarnada por Madison. Anora iba poco a poco ocupando su lugar en la historia del celuloide, compartiendo programación en la rivera del Támesis con clásicos del calibre de Bullit (EEUU, 1968), de Peter Yates, James Bond contra Goldfinger (Godfinger, EEUU, 1964), de Guy Hamilton, Le Llaman Bhodi (Pointbreak, EEUU, 1991), de Kathryn Bigelow, y Coffy (EEUU, 1973), de Jack Hill, entre otras muchas. El público variaba de la risa, al silencio, o al comentario cómplice en los ligeros 130 minutos de celuloide, a los cuales el paso de los meses va consolidando como parte del engranaje de la historia del cine.
La tercera vez que visualicé el filme, pese a que puede alquilarse en plataformas, fue en la gran pantalla igualmente. La sala cinco de Multicines Tenerife, y su gran pantalla alberga el pase en versión original de Anora después de arrasar en los premios más importantes de la industria estadounidense. El visionado a toro pasado, inmediatamente después de la temporada de premios, no cambia la percepción de este humilde cronista desde una tarde de viernes de finales de octubre de 2024.
Y fueron llegando otros filmes con enormes posibilidades en la carrera por los premios. Llegó el festival de cine de Venecia a finales de agosto de 2025 y con él, el estreno de The Brutalist (3) que conmocionó a la cinefilia mundial con su formato de Vista Visión y sus tres horas y media de metraje, o September 5 (Alemania, EEUU, 2024) (4), de Tim Felhbaum.
La campaña en redes sociales de boicot contra Emilia Pérez se radicalizaba y los comentarios de auténtico odio hacia Karla Sofía compartían un dramático y lamentable crescendo. Cierto es que los tuits en cuestión de la joven actriz años atrás no son lo que se dice afortunados, y poseen un contenido claramente racista, radical y descalificador. Sin embargo, la “cancelación”, boicot y todo tipo de improperios vertidos contra la actriz, no son nada honorables, ni están justificados, revelando cierta indignidad. Ser jueces de las conductas de otras personas por muy desafortunadas que sean, francamente, a poco conducen que merezca la pena. Los árboles de la corrección política nos llevan a perdernos el bosque, que es la realidad objetiva de que Emilia Pérez y la interpretación de Karla Sofía Gascón, son sensacionales, en mi opinión, por muy “bocazas” que haya sido la actriz en su red social, y ya puestos, su director (y sus desafortunadas “diatribas” contra el idioma español parecen esconder una gran envidia más que otra cosa), no es óbice para sostener que el filme ganador de dos Oscar 2025 constituye uno de los grandes filmes de 2024.

Polémicas aparte, y retomando el propósito del presente texto. En otro mundo donde no se hubiese edificado la campaña de derribo contra Emilia Pérez, es posible que Anora no hubiese triunfado tan rotundamente en la gala de los Oscar 97 frente a las 13 nominaciones del referido filme de Audiard.
Mientras todo esto ocurre, otros filmes estupendos A Complete Unknown (5) o Cónclave (Conclave, Reino Unido, 2024), magníficamente dirigida por Edward Berger (y escrita por Peter Straughan según la novela de Robert Harris), se van posicionando estratégicamente en la carrera de los Oscar. En la carrera de premios, Anora se impone para la Asociación de Críticos de Boston y de Los Ángeles, no en la de los críticos de Chicago. El gremio de productores de Hollywood le otorga el premio a mejor película, el de actores no le otorga ninguno, y el de guionistas le concede a Sean Baker por su libreto. En 2025 Los BAFTA de 16 de febrero se saldan con el premio para la protagonista y para Baker, en el único premio recibido por el casting del filme. Cónclave fue la gran triunfadora de esa ceremonia. En la ceremonia de los Globos de Oro. Anora perdió terreno ante The Brutalist, que obtuvo los principales premios. La ceremonia de los Critics Choice Award y el premio a la mejor película, y, sobre todo, la de entrega de los Independent Spirit Awards, celebrada el 22 de febrero, consolidaban la óptima posición del filme de Baker frente a los premios de la Academia, al obtener los premios a la mejor película, director y actriz principal.
Dado que los miembros de la Academia de los Óscar disponen de una especifica plataforma para visualizar las películas, cortometrajes y documentales que optan a los premios a la hora de emitir sus votos, en lugar de los recurrentes paquetes a su domicilio de los formatos físicos por correo, se podía saber quién se ha molestado en ver los filmes y quien no. Así, quedó en evidencia, quien había visto, por ejemplo, hasta el final el filme de Brady Corbet y quien no. El poco seguimiento de los académicos hacia el final de las 3 horas y media de duración del filme, parecía estadísticamente descartar el triunfo de este homenaje al cine en la gran pantalla, filmado con un presupuesto de 9.3 millones de dólares. Los miembros de la academia, efectivamente, se decantaron por una comedia aderezada con dosis de drama, un poco a la antigua usanza, como veremos, y Sean Baker, como sabemos dio cuatro discursos en total la noche del domingo 2 de marzo de 2025.

2. EQUÍVOCOS Y CAMBIOS DE PARADIGMAS. EQUIDISTANCIA CON LA COMEDIA CLÁSICA Y DE LOS AÑOS 90.
La actriz, directora y guionista Greta Gerwig, proclamó en Cannes, una vez el Jurado anunció el palmarés, lo siguiente respecto a este filme:
“Había algo que nos recordaba a los clásicos, había estructuras de Lubisch y Howard Hawks. Hizo algo auténtico e inesperado” (5)
Efectivamente, una de las grandes habilidades de Sean Baker con Anora es el empleo de ciertos paradigmas de la comedia sofisticada del Hollywood clásico, para conducirlos por algunos parajes bastante imprevisibles. Si nos remontamos a algunas obras del cineasta Ernst Lubisch, en ellas veremos romances muy apasionados, efervescentes, y un poco de cartón piedra, que dan paso a cambios de pareja, y algunas idas y venidas emocionales de los personajes, en medio de situaciones cómicas y a veces rocambolescas, con tono ligero y decididamente divertido entre lujos, magnates y gente de extracción humilde. Eran películas cargada de diálogos chispeantes, intereses financieros tan importantes como los emocionales, y unos diálogos francamente inolvidables. Películas como Una mujer para dos (Design for Living, EEUU, 1933) Ángel (Angel, EEUU, 1937), La octava mujer de Barba Azul (Bluebeard’s Eight Wife, EEUU, 1938) o, entre otras están provistas de este tipo de situaciones.
Otro tanto podemos afirmar de ciertos filmes de Preston Sturges, y en particular de Los Viajes de Sullivan (Sullivan’s Travels, EEUU, 1941), donde hay un viaje, un recorrido del personaje principal por la geografía de su país, que motiva una transformación importante en la persona y emociones del personaje central, un director de cine que viaja por el país y las zonas menos favorecidas para documentarse para su siguiente filme. En la comedia clásica de Howard Hawks La Fiera de Mi niña (Bringing up, Baby, EEUU, 1938), un paleontólogo bastante despistado, que apunto está de consolidar un matrimonio bastante aburrido, se topará con una “fuerza de la naturaleza” en forma de mujer caprichosa, pero decididamente seductora, que tratará de virar el universo del protagonista, patas arriba, entre mil equívocos y la estructura ósea de un brontosaurio. Esta inmensa comedia fue revisada acertadamente en los años 70 por parte de Peter Bogdanovich en ¿Qué me pasa, doctor? (What’s up, Doc?, EEUU, 1972).
En la comedia de Frank Capra, Sucedió una noche (It Happened One Night, EEUU, 1938), una joven millonaria escapa del influjo de su padre y establece una amistad con un periodista en paro con el que hace autostop por el país. Nuevamente el viaje, el recorrido es transformador de la personalidad y los sentimientos en una trama de menos de 24 horas.
En el soberbio y ácido filme Uno, Dos Tres (One, Two, Three, EEUU, 1961), el antiguo guionista de Ernst Lubisch, Billy Wilder, construye un filme en torno a la obligación que asume el director de la sucursal de la empresa coca cola en Berlín, ante la inminente llegada de los padres de una joven hija de uno de los directivos de la compañía, enamorada sin remedio de un joven comunista alemán, al que hay que “convertir” en todo un joven empresario capitalista en tan solo unas horas, el tiempo que tardan en llegar los padres de la joven en vuelo directo desde EEUU.
Finalmente, remontándonos a los años noventa del siglo XX, el romance entre Iván y Ani, recuerda, y mucho, a una situación tópica, la de joven prostituta que encuentra su particular “cuento de hadas” en forma de romance con un millonario recreado en el taquillero filme Pretty Woman (EEUU, 1991), de Gary Marshall. Ahondando en la situación de la comedia clásica del equívoco y de la necesidad de inmediata transformación del entorno, así como de un malentendido, ante la inminente llegada de los progenitores de uno de los personajes, constituye también la piedra angular de Una Jaula de Grillos (The Birdcage, EEUU, 1995), de Mike Nichols, donde dos padres homosexuales deben “transformar” a uno de ellos en heterosexual para la noche en la que van a conocer a los padres (conservadores) de la novia del hijo de ambos. El filme era un remake al estilo de la comedia clásica americana, como puede verse, del filme europeo Vicios pequeños (La Cage aux Folies, Francia, 1978), de Edouard Molinaro, que tuvo dos secuelas.

3. ÉXODO EMOCIONAL HACIA LOS ENTRESIJOS DE LA COMEDIA
Es evidente que Sean Baker ha visto y revisado todos estos filmes una y otra vez, y se los conoce al dedillo. Ha construido una trama que les rinde pleitesía, pero a la vez diseña unas situaciones concretas de ese tipo de comedia para, o alejarse radicalmente de ellas, o para dinamitarlas como si su guion fuese una bomba de racimo. Baker cuenta la historia de Anora, una joven bailarina y escort neoyorkina, que prefiere que la llamen Ani. Como habla ruso (su abuela nunca aprendió inglés) le asignan a un joven millonario ruso, Iván (Mark Eydelshteyn), que está en el club pasándolo bien con unos amigos. Ambos conectan, se gustan, y más allá de algunas transacciones económicas, que incluyen sexo, y trabajo en exclusiva durante una semana, deciden impulsivamente casarse aprovechando que están en Las Vegas. Ani va bastante en serio. Es mucho más madura que él. Iván, sin embargo, es un niño mimado que admite que sus padres “son gilipollas”. Cuando los padres del joven, Nikolai Zakharov (Aleksey Serebryakov) y Galina Zakharov (Darya Ekamasova) se enteran de la “mera posibilidad” de que su hijo esté casado con “una prostituta” envían a su hombre de confianza Toros (el escritor y actor Karren Karagulian, actor fetiche de Sean Baker) para que averigüe la certeza del rumor y, de ser cierto, realice las gestiones necesarias para anular ese matrimonio. Todo ello debe hacerse antes de que los millonarios rusos vuelen inesperadamente a EEUU en su jet privado. Toros, mientras preside un bautizo ortodoxo, envía a Garnik (Vache Tovmasyan) e Igor (Yura Borisov) a la vivienda propiedad del matrimonio Zakharov donde están viviendo su particular luna de miel Ani e Iván. El encuentro es caótico. Efectivamente los jóvenes se han casado y mientras Toros deja la ceremonia, Iván huye de su propia casa, y Ani se ve sola haciendo frente a Garnik e Igor, que enseguida están desbordados con la furia e ímpetu de la joven Ani, dando lugar a más de un equívoco y la rotura de la nariz de Garnik. Toros llega y trata de calmar la situación, así como de dejarle claro a la joven que van a anular su matrimonio con Iván.
Los siguientes segmentos del filme, es decir, la búsqueda de Iván que no responde a las llamadas desde diferentes teléfonos móviles; la comparecencia en los juzgados de Nueva York, ante un juez que no parece muy dispuesto a anular un matrimonio celebrado en Las Vegas; la llegada de los padres de Iván; y el trayecto a la ciudad del juego para la nulidad matrimonial, constituyen un viaje más emocional que geográfico, un periplo hacia la decepción de Anora, que comprueba que Iván es un joven falto de personalidad y que va a hacer realmente lo que sus padres quieran dejándola a ella tirada en el camino. También es una travesía por el mar de la transformación, el de cierto equívoco entre Ani e Igor, que se irá revelando como cierta jornada hacia la alianza y la complicidad. El joven se va erigiendo como aliado de la joven, que la defiende, trata de explicarse, y solicita disculpas para la joven, al tiempo que encaja los ataques y la predeterminación de la joven, con entereza, paciencia e integridad.
El empleo de las localizaciones por las que va transcurriendo el filme es sensacional. Las Vegas, con sus edificios y avenida principal, y ese paseo de Ani e Iván después de casarse bajo el túnel de luces donde el grupo musical U2 cantó en el famoso videoclip de los 80, su I Still havent´found what I’m looking for, canción de su álbum The Josuah Tree. Nueva York y el boardwalk junto al mar de Conny Island, o la zona del tren elevado de Brooklyn, escenario inmortalizado por la famosa persecución de French Connection (The French Connection, EEUU, 1971), de William Friedkin. Las imágenes contribuyen a dotar de personalidad y a acentuar el drama al que va a ir dando paso el filme, que rápidamente da la vuelta al eufórico y efímero romance que viven los dos protagonistas entre nubes de algodón, anillos de 8 kilates suites lujosas de hoteles y las cristaleras de la lujosa mansión en la lujosa zona residencial, como decíamos, la casa de los padres del joven Iván.
Brilla el trabajo de Sean Baker, por otra parte, en la delicada construcción del texto, personajes, y en como la historia avanza hacia derroteros ciertamente imprevisibles. En esta línea, destaca por méritos propios toda la secuencia final: brillante, inesperada, de regusto amargo, pero muy coherente con las personalidades de Igor y de Ani, y con todo lo vivido en las últimas 24 horas.
El trabajo del realizador y guionista en la sala de montaje es igualmente digno de destacar. En especial en las imágenes de transición del comienzo, de presentación de personajes, la euforia festiva y amorosa de Ani e Iván recién casados, y especialmente en lo caótico de toda la secuencia que tiene lugar en el salón de la casa de los padres de Iván cuando éste ha huido a la carrera, dejando a Ani a su suerte, y Garnik e Igor tratan de quedarse allí con Ani hasta que llegue Toros, mientras la joven trata de irse del lugar.
En el plano interpretativo, Mike Madison pasa por todos los registros imaginables. De la escort y bailarina sexual, entusiasta en su lenguaje corporal y su semblante festivo, a su rutina mientras no trabaja (viaje en tren, dormir durante el día en el apartamento donde comparte piso), a todo el arco emocional con Iván, de transacción, enamoramiento, euforia y decepción (situación ésta última que se va creando desde la infantil huida de éste, pero que se consolida en el viaje en avión de Nueva York a Las Vegas). También la relación de la joven con Igor, está maravillosamente construida. Del comienzo caótico, puesto que se las ve y las desea para que la joven permanezca quieta esperando a Toros y tiene que atarla con el cable del teléfono de mesa del salón de la casa de los padres de Iván. Todo ello por no mencionar su agilidad lingüística de la joven en su encontronazo con la desagradable Gualina, la madre de Iván, a quien intenta inicialmente agradar como la esposa de su hijo. Una batalla claramente perdida de antemano. El coraje de la joven, su entereza, su dignidad y coraje, y el momento de su caída emocional, constituyen todo un prodigio interpretativo cargado de riqueza gestual y verbal, que refleja lo gran director de actores que es Baker y lo acertado de su casting, que le otorgan maravillosamente la réplica a la joven.
Sorprende, finalmente, los agradecimientos en los créditos finales a los españoles el realizador Jesus Franco y la actriz Soledad Miranda (6) por su inspiración. Las influencias y la cultura cinematográfica de algunos cineastas, no dejan de asombrar.
Añora es una producción de Film Nación Nación y Cre film, con un presupuesto de unos 6 millones de dólares lleva recaudados alrededor de 46 millones en todo el mundo.
Notas a pie de página
- Si exceptuamos el merecido premio al filme documental, No Other Land (Palestina 2024), dirigido por Yuval Abraham, Basel Adra, Hamdam Ballal y Rachel Szor, que narra desde ambos puntos de vista el enquistado conflicto de oriente medio, especialmente en la zona de Cisjordania, reflejada con una crudeza, franqueza y objetividad eludiendo los subrayados y abogando por la idea de que la paz en la región pasa por la convivencia. Abraham y Adra denunciaron la política exterior de EEUU como factor de boicot de estos caminos para la paz, criticando tanto la destrucción de la franja de Gaza (si esa parcela en el Mediterráneo que Trump quiere convertir en un resort), como la toma de rehenes israelíes del 7 de octubre.
- Ver reseña de The Brutalist en el siguiente enlace:
- Ver reseña de September 5 en el siguiente enlace:
- Ver reseña de A Complete Unknown en el siguiente enlace:
- “There was something that reminded us of a classic, there were structures of Lubitsch and Howard Hawks. It did something truthful and unexpected”.
- Soledad Miranda, también conocida como Susann Korda, es una actriz y cantante sevillana, que falleció prematuramente, con 27 años de edad, de un accidente de coche en Portugal. El nombre de Soledad Miranda curiosamente se ha convertido en uno de los nombres más buscados en internet en páginas como Imdb. Fue, efectivamente, musa de Jesús Franco, con quien debutó en el filme La Reina del Tabarín (España, 1960), e interviniendo en filmes como El Conde Drácula (España, 1970), coprotagonizado por Christopher Lee. Miranda grabó dos discos para el sello nacional Belter.