martes, mayo 21, 2024

Los Zigarros y su gira ‘Acantilados’ en Teatro El Sauzal. Por Jonathan Medina

Los valencianos llegaron el pasado viernes 24 a Tenerife, cuarta parada dentro de su gira ‘Acantilados’ iniciada este mismo mes, y con su cuarto álbum de estudio, que da nombre a la gira, aún fresco tras estrenarse el pasado mes de octubre.

Ovidi y Álvaro Tormo, Adrián Ribes y Nacho Tamarit vienen pisando fuerte desde el 2013, con tres álbumes previos producidos por Carlos Raya para Universal Music Spain. Relevo generacional del rock and roll patrio, con su boogie rock sureño han conquistado en menos de una década los escenarios, llegando a telonear a sus satánicas majestades, The Rolling Stones. Cambio de sello, Cultura Rock Records, produce Leiva; si ya en sus anteriores trabajos grabaron a fuego himnos que ya forman parte del imaginario colectivo de la escena, es en ‘Acantilados’ donde las cotas de perfección, el ‘dialogo’ (desarrollaremos esto más adelante) entre los hermanos Tormo, y la mayor presencia de teclados (acercándolos aún más al sonido Nueva Orleans), llevan a la banda, y su público, a una calidad de show incomparable.

Pero no perdamos más tiempo, hablemos ya de su directo. Ya tuvimos pistas gracias a su álbum ‘¿Que demonios hago yo aquí?’, grabado durante el doble concierto en Madrid de su anterior gira. Y si, Los Zigarros son de esas bandas que si ya suenan bien en estudio, es en directo donde realmente se hacen valer. Aún recuerdo encontrarme con Juan Salan hará un par de meses y anunciarme que traería a los valencianos con Salan Producciones a las islas de Tenerife y Gran Canaria y dejarme el hype por todo lo alto.
Viernes 24, Teatro El Sauzal, escenario amplio, bien sonorizado… y dos barras de bar… todo lo que un rockero necesita. Sale Ovidi abriendo el show con el riff de, como no podía ser de otra manera, ‘Rock rápido’; sin concesiones, se une su hermano Álvaro (estoy convencido de que cuando los ensayos acaban, los dos hermanos siguen ensayando en casa; esa cohesión entre ambas guitarras es de otro planeta), entra Nacho machacando las cuatro cuerdas y finalmente Adrián a las baquetas. Y joder, ya tienen a todo el público (me incluyo) saltando y bailando. Siguen con himnos como ‘No se lo que me pasa’, ‘Apaga la radio’ o ‘Suena rock & roll’ con el público ya en absoluta catarsis bailonga.

Lo del ‘dialogo’ entre los hermanos Tormo que mencionábamos en la introducción merece un capítulo aparte. Es siempre esperado y bienvenido en cualquier concierto de rock & roll, que la banda ocasionalmente se aleje de los arreglos del estudio para dar rienda suelta a su creatividad e improvisación, pero como ‘hablan’ las guitarras de Ovidi y Álvaro entre ellas… esta a otro nivel… absolutamente hipnótico para el oído y también para la vista; puro espectáculo, puro show.

El concierto también tuvo cabida para momentos más íntimos y bluseros, donde el teclado de Ovidi nos transportaba a la tierra del pollo frito y los orígenes de la música que amamos.

En los bises el potentísimo ‘Dentro de la ley’ y el rompepistas ‘¿Que demonios hago yo aquí?’, que dan paso a una despedida más íntima con Ovidi improvisando al teclado.

Un servidor se queda con ganas de más, y de no ser por compromisos laborales, hubiese repetido con Los Zigarros en Gran Canaria.

Autoría de las fotografías de Esther Castillo

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