viernes, noviembre 22, 2024

Toni Guiral, crítico de historietas: “Ibáñez se metió con todos, desde políticos a personajes de la sociedad, era políticamente incorrecto”. Por Noé Ramón

“Un profesor preguntó a un alumno cómo conocía tantos países y le dijo que era porque leía a Mortadelo y Filemón”

Para repasar la carrera del crítico de cómics, Toni Guiral es aconsejable recurrir a la wikipedia o algo parecido porque abarca multitud de facetas aunque haciendo un esfuerzo se le podría definir como crítico, fanático, especialista y guionista de viñetas. El origen de esta pasión viene de su padre quien le inculcó el amor por los tebeos y de hecho le abrió las puertas a poder dedicarse durante cuarenta años exclusivamente a este mundo. 

En ese tiempo ha hecho guiones, recibido premios de peso, trabajado en editoriales… Y ahora ha sido el responsable de la muestra sobre Francisco Ibáñez organizada por el Salón del Cómic de Barcelona. También participa en la exposición que está abierta en la Casa de los Capitanes de La Laguna sobre Superman organizada por la Fundación Canaria Cine + Comics en colaboración con el Museo del Cómic de Sant Cugat del que forma parte. Él mismo nos explica en qué consiste la muestra sobre el autor de Mortadelo y Filemón.

-Son tres exposiciones a la vez llamadas genéricamente Nuestro Ibáñez. En una se trata de recordar la figura del dibujante por parte de todos los lectores y admiradores suyos y para ello hicimos un llamamiento a través de las redes sociales para que quien quisiera enviara recuerdos suyos. Ejemplares que hubiese firmado, frases, dibujos, fotos, dedicatorias… Luego está otra que hacen los profesionales, que demuestra cómo reaccionan éstos ante un maestro y que incluye la reproducción de un libro que se le hizo en su homenaje cuando cumplió ochenta años. La última se basa en el recuerdo de otras personas relacionadas con la profesión como periodistas, editores o vendedores, aportando cada uno de ellos una frase sobre lo que siente hacia dibujante y su trabajo. También hay una selección de fotos de todos los años en los que participó en el Salón del Cómic de Barcelona. 

-Creo que la hija de Ibáñez ha tenido un papel muy importante a la hora de organizar la muestra.

-Sí, hay un espacio para el Ibáñez más íntimo con unos cincuenta originales que nos ha aportado su hija, Nuria Ibáñez que parte desde sus primeras publicaciones en la revista La Risa, hasta varias páginas de Mortadelo y Filemón, Rompetechos y Sacarino, o de Sulfato Atómico. También está la primera historia larga de Mortadelo y Filemón y  un dibujo sobre el Covid, un asunto que no quería tratar y luego la última obra inacabada que se compone de unas veinte páginas y que ya se ha publicado. 

-¿Cuál cree que es lo más llamativo de este autor y por qué ha sido siempre tan popular?

-Lo que más llama la atención y destaca de Ibáñez es que introduce más de un gang por viñeta y eso conecta a la gente con la historia y con los personajes. Su dibujo es muy ágil, con mucho movimiento, parece casi de cine mudo y fue capaz de aplicar un lenguaje muy particular y hacerlo todo desde un punto de vista políticamente incorrecto. Por ejemplo, con Rompetechos se ríe de la miopía. También tuvo una gran capacidad para adaptarse a los tiempos y hablaba de olimpiadas o de campeonatos de fútbol al mismo tiempo que se estaban celebrando.

-Al parecer Ibáñez contaba a la gente que no le daba demasiada importancia a los originales. Eso al menos es lo que dice el actor Carlos Areces que es el mayor coleccionista de su obra.

-Yo creo que sí le daba importancia aunque no lo dijera. Tenía guardados todos los que hizo desde 1987, que son miles.

-¿Qué espacio se dedicó a este dibujante en el Salón?

-Pues para la muestra se eligió la mitad del salón del Palacio número cinco que son bastantes metros cuadrados. 

-¿Resultó muy complicada la organización de la muestra?

-La verdad es que no fue complicado porque todo el mundo ha colaborado, desde los lectores, a los profesionales… enseguida nos mandaban una frase o un recuerdo. Nuria Ibáñez ha sido muy amable y buceó en el archivo para encontrar los mejores originales de su padre y eso se nota.

-¿De las frases aportadas por los lectores podría decir una que le llamara especialmente la atención?

-Hay muchas pero hay una de un periodista que recordaba una vez que un maestro le preguntó cómo era posible que conociera tantos nombres de países y de lugares y él le contestó que era porque leía a Mortadelo y Filemón.

-¿Tras su fallecimiento cree que se le está haciendo justicia?

-Ha recibido bastantes homenajes desde su fallecimiento. En algunas calles de Barcelona se han puesto semáforos con las figuras de Mortadelo y Filemón, el Ayuntamiento le otorgó la Medalla de Oro y la biblioteca García Márquez que está al lado de donde vivía le ha dedicado un espacio. Creo que sí se le está reconociendo. Dudo mucho que su figura caiga en el olvido porque su humor es atemporal, muy directo y muy franco. Te hace siempre reír a carcajadas.

        -También tiene su parte violenta o cómo se burla de  la figura de Ofelia.

-No es violento. Hay que tener en cuenta que son historias de humor y ese toque es necesario para provocar risas. Pero violento no es. Él se metió con todo el mundo, desde políticos hasta miembros de la sociedad. Fue políticamente incorrecto, ya digo.

-Usted ha participado en la exposición que hay ahora mismo en La Laguna en la que se hace un homenaje a la figura de Superman en su 85 aniversario.

-Sí, desde el Museo de  San Cugat hemos hecho una colaboración con la Fundación Canaria de Cine + Cómic. Es una pena que no haya podido estar allí, estuve en su momento y me encantaron las islas.

-¿Cuál ha sido el criterio a la hora de montar esta exposición al héroe más conocido de la historia de los cómics?

-El criterio ha sido llevar a cabo una revisión de todo este tiempo para ver quién era, los creadores del personaje a los que en su momento se les omitió el nombre, las adaptaciones que ha tenido a lo largo de los años y en los medios como prensa, cine, colecciones…

-Por lo que veo fue más complicada que la de Ibáñez.

-Es que se debe tener en cuenta que hay versiones de Superman por países de todo el mundo y que es el primero y más conocido de los superhéroes. Sí, nos costó tiempo porque había que resumir toda esta historia de 85 años pero hemos contado con la colaboración de muchas personas que nos han cedido originales, entre ellos Paco Baena y José Luis Villanueva.

-Seguramente el hecho de que sea el superhéroe más popular se deba a que puede volar.

-Y porque es un personaje muy positivo que siempre quiere ayudar.

-Pero que también tiene sus debilidades y eso supongo que lo hará más cercano a los lectores. 

-Sí, por la criptonita, una debilidad de la que es consciente. Y luego está su faceta como Clark Kent.

-Usted está muy ligado al Salón del Cómic de Barcelona considerado uno de los más importantes de los que se celebran en España. En su momento llegaron a darle un premio. 

-En la edición de 2007 por la divulgación. Estoy muy relacionado con el Salón desde el principio en los años ochenta y efectivamente es uno de los más grandes, de los que reúne más gente y donde te puedes encontrar multitud de stands de todo tipo de géneros, mesas redondas… es el resultado de un gran trabajo hecho durante muchos años. 

-¿Cuál ha sido la novedad elegida para este año?

-Pues dedicar un espacio para niños que se llama comickids que pretende reunir a toda la familia, otro a la figura de Mad Max, a la saga Blacksad de Guardino y Díaz Canales, unos creadores españoles que han tenido mucho éxito internacional. En esta edición se le ha dado importancia al cine y se ha abierto a la ciencia ficción y la fantasía.

-Uno de los logros de los que parece más orgulloso es de haber podido dedicarse a este mundo y vivir exclusivamente de él. 

-Sí, estoy muy orgulloso porque ha sido muy difícil. He participado en algunos de los libros editados por Bruguera y de un montón de exposiciones que he podido montar en estos cuarenta años de profesión. 

-También ha llegado a escribir guiones, pero no se ha decidido por el dibujo.

-Llegué a escribirlos pero en un tiempo muy breve y aunque quería dibujar no lo he hecho ni creo que lo vaya a hacer ahora a mi edad. 

-Seguramente conoce el Libro Blanco del Cómic que hace algunos meses editó el Ministerio de Cultura.

-Sí,  me parece muy interesante y además era una reivindicación que reclamábamos desde hace muchísimos años. Creo que sirve para poner negro sobre blanco a la hora de hacer un diagnóstico sobre cómo está la industria, cuántas personas se dedican a este mundo, lo que se cobra… era indispensable.

-¿Y qué conclusiones saca?

-Que estamos en un buen momento pero la historieta sigue siendo un medio a reivindicar y que debemos dejar claro que no está dirigido exclusivamente a los niños, que no se valora como debería y como lo que es, un medio de comunicación y reafirmar que se está haciendo un muy buen trabajo. Las viñetas ya han entrado en los museos y en las bibliotecas y el Libro Blanco debe servir para continuar en esta línea.

-Usted llegó a trabajar en el mercado francobelga que es muy exigente.

-Es el mercado más grande y además las historietas forman parte de su cultura, sobre todo en Bélgica. Allí lo tienen clarísimo, salen muchísimas ediciones y hay un montón de posibilidades y de temáticas que van desde las infantiles a adultos, cuestiones sociales o políticas. Es una delicia. Cuando regreso del festival de Anguleme tengo la sensación extraña de haber estado en un mundo en el que las historietas son el centro. 

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¿Y en cuánto a la Inteligencia Artificial qué piensa?

-Creo que es una herramienta que hay que saber utilizar con mucho respeto en el cómic porque no debe emplearse en el arte. Para mi su fin debe estar relacionado con cuestiones de sanidad, de ciencia o de enseñanza pero en las artísticas lo que vale es la mano de la persona.

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