El afamado constructor tinerfeño exhibe en mayo una docena de sus singulares y bellas piezas en el marco de la XII edición del Festival de Timples de La Graciosa
El lutier nacido en 1981 en Tenerife, David Sánchez, es uno de los constructores de instrumentos que tras veinte años de experiencia se ha convertido en uno de los más prestigiados de Canarias. A través de su trabajo asume la plena propiedad de la fabricación de los de cuerda pulsada que conservan toda su función y calidad histórica, sin renunciar al concepto de la innovación constante en un hábil acto de creación, trascendiendo las fronteras entre la artesanía, el arte y la ingeniería acústica.
Sánchez exhibirá en el marco de la XII edición del Encuentro de Timples de La Graciosa los días 9 y 10 de mayo una selección de una docena de sus instrumentos que podrán contemplarse en el Centro Socio Cultural de Caleta del Sebo.
Su principal maestro fue Francisco Fariña, con el que aprendió las bases. También recibió consejos de Francisco de Rosa, el lutier de Hoya San Juan de Arucas, a los que se sumó la sabiduría de muchos otros como Domingo Machado o el fallecido Edmundo Betancor. Pero también tiene referentes extranjeros como el norteamericano Michael Greenfield, el canadiense Thierry André o el japonés Michihiro Matsuda, quien le demostró que un instrumento no solo es una herramienta para hacer música, sino que comporta cualidades expresivas, de manera que la función y el diseño no debían estar reñidas.

Con fibra de carbono ha construido tanto timples como bajos o cuatros puertorriqueños, empleado la fibra sintética del nomex, el lino, el papel reciclado, pieles transparentes elaboradas con compuestos biodegradables o resinas ecológicas. La producción pequeña y controlada cada año le permite desarrollar pacientemente en su taller de La Laguna las fases complementarias que invierte en los procesos de construcción. “La aportación de los nuevos materiales con los que trabajo fue una consecuencia de mi reto de llevar más allá la lutería. La madera tiene un límite estructural y para transgredirlo es necesario contar con soportes nuevos que permitan crear las formas y funciones de los diseños que trabajo basados en la ergonomía y la funcionalidad. Los instrumentos, a diferencia del arte, se pueden oler, tocar, generan música”.
“La fibra de carbono o el nomex ya forman parte del taller para aportar otras características al diseño del instrumento, permitiéndome transgredir los límites sin perder un ápice de funcionalidad ni de expresión. Estamos obligados a probar materiales nuevos para ver lo que nos ofrecen para mejorar los instrumentos”.
La madera sigue siendo su material utilizado por excelencia. “Estudio sus posibilidades. La madera posee una capacidad acústica demostrada a lo largo de siglos, pero tiene otras propiedades: tiene textura, posee color, forma y podemos transformarla con el conocimiento. Todos los elementos que empleo lo que tratan es de complementar a la madera, nunca sustituirla”.
“Mi primer instrumento construido me produjo mucha frustración. Este oficio me enseñó que hay que convivir con la decepción y que la fase prueba-error está siempre presente en tu taller”, señala el lutier. “Un buen instrumento es el que responde a las necesidades del músico. Peso, densidad y flexibilidad son tres parámetros que manejo a la hora de seleccionar las maderas para que luego el instrumento responda. Estos parámetros son observables, medibles y cuantificables”, añade.

Vivir del oficio
Lamenta que en Canarias no haya una escuela de formación específica que enseñe la técnica de construcción de un instrumento tan característico y simbólico como es el timple. “Aspiro a seguir viviendo del oficio, que pueda seguir fabricando instrumentos que permitan al músico nuevas posibilidades e investigando para seguir creciendo con la experiencia”.
La inquietud que siempre ha sentido hacia otras disciplinas como la arquitectura, las artes plásticas o el diseño le llevó al proyecto ‘El imaginario’. “Traté de tender puentes entre estas manifestaciones y la lutería con el objetivo de crear instrumentos distintos y reivindicar el papel creativo que tiene la artesanía en la actualidad, que se encuentra excluida de las artes plásticas”.
“Cuando tienes libertad de expresión el oficio del artesano se convierte en algo artístico. Cuando creo mis instrumentos no tengo una perspectiva reduccionista sino una visión expandida del arte. Puedo crear a través de las formas, las texturas, los colores y otros recursos que no son muy frecuentes en la artesanía, todo ello con el reto añadido de que debe cumplir con su función práctica porque un instrumento debe de sonar, tiene que ser afinado, y aportar nuevas posibilidades”.

“La experimentación desemboca en respuestas y te ayuda a generar unas conclusiones que luego aplico a la lutería más tradicional”, sostiene David Sánchez. Sus instrumentos tienen un sello personal. “Estuve a punto de abandonar porque no conseguía lograr el producto que deseaba hasta que me di cuenta de lo que estaba realizando mal. Tenía claro que quería ser distinto, pero no tenía herramientas para lograrlo. Establecí una filosofía que fuera reconocible con un lenguaje expresivo propio. Ha sido un proceso de muchos años. A partir de patrones ya existentes empecé a añadir materiales nuevos”, concluye el lutier tinerfeño.
La isla de La Graciosa vuelve a convertirse el próximo mes de mayo en el epicentro del timple en Canarias con el encuentro musical que por duodécimo año tendrá lugar los días 9 y 10 en Caleta del Sebo. La plaza de la pequeña isla acoge la XII edición del Encuentro de Timples La Graciosa que, en esta ocasión, reúne en su cartel al majorero Pedro Umpiérrez y al tinerfeño David Duque.
Este evento musical celebrado en La Graciosa producido por Estudios Multitrack con el patrocinio del Ayuntamiento Teguise, Cabildo de Lanzarote, Instituto Canario de Desarrollo Cultural del Gobierno de Canarias y Binter, se celebró por vez primera en 2013. El citado evento ha servido para poner el valor las posibilidades del pequeño instrumento de cuerda más representativo de Canarias en manos de los mejores tocadores de distintas generaciones. Por su escenario el que ya han pasado desde Benito Cabrera a David Rodríguez “El Majorero”, pasando por Josele del Pino, Liana Llauger, Alberto Delgado, Alexis Lemes, Laura Martel, José Vicente Pérez, Fran Baraja, Achimencey Toledo, Félix Morales o Domingo Rodríguez ‘el Colorao’ y su hija, Julia Rodríguez, entre otros.