lunes, julio 21, 2025

La Mar de Músicas: Día 1. Por Álex Ro

Viernes 18 de julio

Alguien dijo una vez que la música es la lengua de la humanidad, ese idioma que une las almas sin importar fronteras ni idiomas. Si esto es así, entonces La Mar de Músicas es su ágora. Un espacio público para comunicar, para vibrar, para hacer una comunión de sentimientos con el castellano de Natalia Lafourcade y Queralt Lahoz, el coreano de Leenachil y Jambinai o el malinké de Salif Keïta.

Leenachil

En los últimos años se ha desatado una corriente mundial que busca hacer música de raíz aunque modernizando sus ritmos. El folclore es la fuente de inspiración aunque no el objetivo de estos grupos, como ocurre con los coreanos Leenachil, originalmente músicos de estudio especializados en realizar versiones pop de canciones tradicionales de su país como bandas sonoras de diversas películas de animación. Tal fue el éxito de esta renovación del pansori (canto tradicional de su país) que terminaron creando Leenachil en 2019 (el nombre es un homenaje a un cantante-narrador coreano del S.XIX), saltando inmediatamente al estrellato con su alquimia entre el pop, el rap, el afterpunk… y todo lo que le echen por delante porque lo suyo es la inhibición interpretativa.

Como una especie de declaración de principios, comenzaron con su tema 새타령 (Cantos de Pájaros) imitando a capela esos sonidos de pájaros. Tan sutil fue su interpretación que a muchos y muchas de las presentes nos cogió despistadas pensando que era una simple prueba de sonido. A partir de ahí, el concierto fue en ascenso, visitando en cada canción el folclore coreano con temas como 좌우나졸 (Marcha de Soldados) o 약성가 (Yakseongga, que se podría traducir como Chamán u Hombre Medicina). Y no pudo faltar su tema más conocido internacionalmente 범 내려온다 (Tiger is Coming). Con sus coreografías, impregnaron el ambiente de alegría infantil (¿Quién no hizo el baile del conejo a lo largo de la noche del viernes para celebrar la alegría de la música?) que estalló en el último de sus bises, 히히하하 (hee hee ha ha). Con un solo disco publicado en 2020, Sugungga (el título es tomado de uno de los cinco ciclos mitológicos de su país), la banda tiene muchas posibilidades como expresión de una música anclada en el pasado pero que mira hacia el futuro.

SALIF KEÏTA

La voz de oro, como se le conoce al maliense Salif Keïta, subió al escenario del Patio del CIM para presentarnos su último disco, So Kono (2025). Arropado por tres grandes músicos, a Salif Keïta no le hicieron falta muchos artilugios escénicos para conectar con su público, iniciando la noche con un reprise de su imperecedero Yamore en solitario para poco a poco incorporarse la segunda guitarra, percusión y el djeli n’goni.

Con el paso de las melodías, el público se fue calentando y al final, la banda logró que la gente se pusiera de pie a bailar, llegando a arrancar del maliense un bis no programado.

NATALIA LAFOURCADE

Esperada era la actuación de la mexicana Natalia Lafourcade quien tenía el honor de abrir el escenario del Auditorio Paco Martín de La Mar de Músicas de esta edición de 2025, y no defraudó. En formato acústico: ella, su voz, su guitarra, su silla y su mesita fueron suficientes para llenar un escenario que, por momentos, se le hacía pequeño para el manantial de sentimientos que emanaba de sus canciones. Navegando entre las composiciones de su último disco Cancionera (2025), canciones clásicas de su repertorio y homenajes a las grandes voces de su tierra, derrochó Natalia eso que le ha hecho mundialmente conocida que no es otra cosa que la calidez y sinceridad de sus letras. Terminó con un auditorio puesto a sus pies con Hasta la Raíz tras haber interpretado Pajarito Colibrí, Mi Tierra Veracruzana, El Lugar Correcto o Nunca es Suficiente.

QUERALT LAHOZ

Tras la comunión intimista de Natalia Lafourcade, tomó el relevo una Queralt Lahoz que venía a demostrar que en esto de la música, no estaba dispuesta a quedarse tranquila en estrechos cajones estilísticos pues hubo de todo, y muy bueno, en su actuación. Desde los ritmos más urbanos y hip-hop, hasta las melodías más flamencas y rítmicas. Acompañada de una luminotecnia que remarcaba cada estadía por la que transitaba Queralt, su voz atronaba contra las injusticias que le rodean y que pueden resumirse en este grito de guerra: No dudas de las elecciones pero sí de las violaciones. Así es ella, que siempre tiene un recuerdo para esa abuela que tanto cariño le dio (su primer disco, un EP de 2019, se titula 1917, año del nacimiento de su abuela).

JAMBINAI

La Mar de Músicas quiere demostrar que Corea es más que K-Pop (que también lo habrá en esta edición) y programó para cerrar la noche en el Castillo Árabe a los Jambinai. Trío de rock que emplea los sonidos de los instrumentos tradicionales de su país, en esta ocasión se presentaron acompañados por un batería y un bajo para dar fuerza a su directo. El danso (flauta), haegeum (violín) y el geomungo (citara) nunca habían sonado tan atronadores como en manos de Jambinai. Buen punto y final para esta primera noche del festival. Y como dirían los clásicos: seguiremos informando.

Texto y fotografías de Álex Ro

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