miércoles, abril 24, 2024

Adrián Gómez opina sobre la película «Morbius»

«No es tan buena como la de San Francisco», exclama un policía frente a una escena del crimen, relacionándolo con lo que pasó en Venom. E involuntariamente, ayuda meta cinematográfica a calificar este film, muy superior al díptico de Eddie Brock en muchos aspectos.


Este fin de semana he leído como la prensa yanqui despelleja la película como lo peor de Marvel. Cuidadin. Es de Sony (asociados ya a Marvel con vistas al spiderverse, de acuerdo). Si llega a ser de la casa del ratón, estaríamos hablando de otra obra maestra, como las excecrables Black Panther, Shangchi, Viuda negra (y van..), porque todos sabemos, amantes del clickbait, que todo lo que sale del MCU es» pura maravilla». Modo ironía on, of course, porque ni con bicarbonato se arreglan los churros que nos llevan endosando años ha…
Éste film, sin ser ninguna joya, encierra ciertos puntos de interés. Se agradece una trama de corte clásico 80-90 (algo que no ha gustado al fandom Milennial parece), con un prólogo en Costa Rica, que nos retrotrae a Arachnophobia o Jurassic Park. Luego nos introduce a una pareja de detectives, con Tyrese Gibson (A todo gas, El vuelo del Fénix) al frente, rememorando un esquema que triunfó en la década de The Terminator, Highlander o Masters of The universe. Se imprimen unas gotas de terror, alejándonos de la sobrevalorada Blade (no así de la segunda entrega, magnifica aportación de Guillermo del Toro, que se preocupa algo de respetar algunas claves del género vampírico, que luego desarrolló magistralmente en la serie y novelas de The Strain), un mero actioner, con elementos fantásticos desaprovechados. Hay guiños a Carpenter, e incluso a Rick Rosenthal (la escena de la enfermera en el hospital recuerda mucho a Sanguinario), y, por encima de todo, abandona el humor infantil descerebrado birthday party de los últimos bodrietes Disney pus, sea cine o series (miedo me da ese Caballero Luna recién salido del carnaval de los Indianos).

El personaje nace en los 70, cuando Marvel comics apuesta por una línea adulta enfocada al terror, con revistas como La tumba de Drácula, y creando caracteres como El hombre cosa, el Motorista Fantasma o el citado Blade. Muchos disfrutamos esa época, gracias a ediciones Vértice o Surco. También conocimos a Puño de Hierro o Shang Chi, penosamente adaptados al audiovisual. Y también a Michael Morbius, convertido en villano superheroico, y recalando en colecciones como Spiderman o Los nuevos Vengadores. Algo de eso hay en el carácter de Jared Leto (estupendo actor y pésimo músico, como ha demostrado en Réquiem por un sueño o Dallas Buyer,s club), que últimamente le ha cogido gusto al género con su rol en Blade Runner 2049 o como el Joker en la excesivamente denostada Sucide Squad, y lo más brillante (para el que esto escribe) de la excesivamente laureada JLA, Snyder,s CUT. Pero esa es otra historia.


Entre el Don Cristal de Shyamalan y el conde Transilvano de Stoker (esa set piece en el barco) se mueve su interpretación. Su amigo Milo (o Lucían) es un divertido e inquietante Matt Smith (Dr. Who, Terminator Génesis, Última noche en el Soho), acaso lo mejor de la película, que busca una salida para esa debilidad congénita que condena a ambos. El doctor encarnado por Jared Harris (Chernobyl, Fundación, Juego de Sombras) amamanta a los cachorros, hasta que se salen del tiesto, y Adria Arjona, pone la nota romántica.
Ambientación neoyorquina, con exteriores reales y sin excesos digitales (por lo visto, esto también es malo para algunos críticos…ay, Kevin, esos maletines), nos queda un entretenimiento lleno de tópicos, previsible a veces, pero con un tono serio y aires de thriller con nocturnidad y alevosía, que es de aplaudir. Referencias góticas varias y ese sabor genuino de antaño (tanto en comic como en cine), la redimen del desastre absoluto. Como pasó con la también muy recomendable (y apaleada) Nuevos Mutantes, a veces menos es más. Y ese aire de película de videoclub es más una ventaja que un hándicap. Mucho mejor que Daybreakers o la saga Underworld, a los que nos ha gustado (pero no enloquecido) nos quemaran en la hoguera…pero como dice el malvado de la función; » Somos unos pocos contra muchos».. y solo el intento valiente de salirse de la sobada fórmula diarreica de siempre (vamos, desde el primer Iron Man, salvo honrosas y muy contadas excepciones), justifica su visión. Disfrutable.

Fotografía en portada: Cartel o escena, público y distribuido para su publicidad de la película

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