viernes, abril 19, 2024

Adrián Gómez opina sobre la película El Escuadrón Suicida


He aquí un disparo en la frente a todo el pacatismo imperante en la incompetencia de la competencia. A la infantilización de productos azucarados en cadena con nula capacidad de sorpresa y pereza. James Gunn se desmarca por la tangente tras el díptico Guardianes de la galaxia, y ofrece un corte de mangas, tras su polémicas declaraciones, al buenísimo de Disney. Se apropia del cómic de John Ostrander y ofrece una secuela de la incomprendida cinta de David Ayer, endiabladamente divertida. Éste es el Gunn que dirigió Super y La Plaga, y en el prólogo rinde homenaje con ese humor malsano y vigoroso, donde realizan cameos los habituales Michael Rooker o Nathan Fillion, a la vez que recupera a Jai Courtney (Capitán Boomerang), y, sobre todo, a Margot Robbie (Harley Quinn), ya un icono pop, a pesar del desastre de Aves de Presa. Estos quince minutos iniciales son una puesta en marcha de lo que está por venir: gamberrismo a raudales, en una aventura previa ( que no es tal, como demuestran los sucesivos flasbacks) que mezcla alegremente, y con mucha algarabía, los comienzos de Misión imposible (De Palma) y….Mistery Men. Tal cual. Después de los créditos, se nos pone en situación: Bloodsport (correcto Idris Elba) está al frente de la nueva misión suicida, con permiso y recuperación de Rick Flag (Joel Kinanman, desatadisimo) , ésto es, ir a la isla de Corto Maltese ( donde Vicky Vale realizó su reportaje fotográfico en el Batman de Tim Burton) para averiguar qué pasó en Jotunheim con el proyecto Estrella de Mar. A partir de ahí, la locura. Guiños a Doce del patíbulo, Depredador e incluso, Operación Dragón, donde se mezclan dictadura, guerrillas, alienígenas, kaiju eiga y lo que se tercie…el nuevo equipo se compone del hombre mota, la ratonera 2, El Rey tiburón (impagable Sylvester Stallone en VOSE) y un insuperable Jonh Cena (The Wall, Bumblebee) como el Pacificador, que casi amortiza el precio de la entrada. Pero hay más; gore digital, muertes inesperadas, coñas con el Me Too, la inclusión» porque si», y el postureo de lo políticamente correcto (delirante lo del calzón racista de Cena, o el romance» oculto, con el personaje de Milton…).

Así de delirante y ácida es ésta nueva entrega, no apta para niños, consumidores de blockbustes adocenados, almas sensibles y mentes débiles y encorsetadas. A medio camino entre Deadpool, la infravalorada The Predator de Shane Black, y la filmografía pre-Marvel de su autor, la nueva Suicide Squad juega en casa y gana por goleada. Que tomen nota los del ratón. Ésta si es la película de superhéroes del año, con cameos de Taika Waititi, Juan Diego Botto y Alice Braga. Y triunfa donde fracasa el resto: No se toma en serio a si misma, sin insultar la inteligencia del espectador . Vive de prisa y muere payaso!

Pues eso; espectáculo veraniego de primer orden… hasta que llegue Dune

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