sábado, julio 27, 2024

Adrián Gómez opina sobre la película «Moonfall» del director Roland Emmerich

Emmerich vuelve al ataque. Misión: destruir la tierra; como en Independence Day, El día del mañana, 2012… el director alemán siempre ha querido ser una suerte de Irwin Allen moderno, mirando de reojo el cine de Lucas/ Spielberg (El secreto de Joey/Fantasmas,ID4, Stargate). El cineasta debutó en 1984 con una muy potable cinta de Scifi; El principio del Arca de Noé; y piso por primera vez suelo americano en la modesta Moon 44. El satélite siempre ha estado ahí pues. Ahora nos cuenta la salida del eje del astro, por motivos tan delirantes como cabía esperar en su cine (recuerden 10.000. ac). Si uno sabe lo que va a ver, ya está vacunado… casi. Misión espacial suicida para reestablecer situación orbital, y morir en el intento, pues se acerca a la tierra en un par de días. Vamos, amenaza inminente, como siempre. Patrick Wilson (Watchmen, Midway), Halle Berry (X-Men, The Extranet) y el carácter freak and geek, encarnado por John Bradley, pilotan. En la tierra esperan Michael Peña (Antman), Charlie Plummer (Todo el dinero del mundo) y un Donald Sutherland, ya con dilatada experiencia en la NASA (Space Cowboys, Ad Astra), que ejerce de garganta profunda, largando sobre el aterrizaje de 1969 y lo que encontraron allí… Potaje pues, de referencias, no solo de su cine, sino de otros clásicos del género, sobretodo en la segunda mitad, donde picotea de Star Trek, la película, Abyss, Misión a Marte o Matrix Revolutions. El batiburrillo de dos horas, se apoya en el CGI, para mezclar catástrofe sideral (que no desastre natural), patriotismo, alienígenas, nanotecnología, saqueos, Von Danniken y Carl Sagan. Tal cual.

Que nadie espere seriedad científica a estas alturas, en el guion de Harald Kloser (también compositor de la b.s.o) y del propio Emmerich. El autor de Soldado universal y Godzilla solo ofrece palomitas y refresco. Con happy ending, of course. ¿Que querían? Al igual que Michael Bay o Paul W.S. Anderson, su cine no pretende engañar a nadie. Y que conste que este film no es ni mejor ni peor que Infinity War o Avatar, lo que pasa que llega tarde y mal. Si se la ve como un producto vintage homenaje a la serie b del género, en los años 50, se puede disfrutar. Si esperan otra cosa, no pierdan el tiempo. Y pinchen Bad Moon Rising, de la CCR. Quizá lo pasen mejor…

Fotografía en portada: Cartel o escena, público y distribuido para su publicidad de la película

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