sábado, abril 27, 2024

Exposición: Mujeres de las italias prerromanas en las colecciones del Museo Arqueológico Nacional. Por Álex Ro 

Museo Universitario de Alicante (del 12 de marzo al 30 de junio de 2024)

Vinculado al proyecto de investigación Bronces Arcaicos y Clásicos del Museo Arqueológico Nacional, se ha rescatado de los almacenes de esta institución, una colección de piezas que buscan abordar el mundo femenino, concretamente todo lo relacionado con los adornos personales, de esa Italia previa a la expansión romana, en donde las tradiciones locales se dan la mano con la expansión de la cultura griega por el Mediterráneo.

Con una cronología que iría, grosso modo, del 600 al 200 a.n.e., vemos cómo en las diversas regiones que formaron la Italia meridional, existen tradiciones comunes e interpretaciones locales de esas tradiciones que las matizan, un mundo de diversidad en común. Los adornos expuestos, desde torques a cinturones, pasando por la sempiterna fíbula, todos ellos se realizaron en bronce. Estos objetos nos ilustran un mundo en donde el sonido y el brillo tenía un sentido social y cómo el cuerpo de la mujer era todo un continente de joyas, algunas para la vida y otras para la muerte, como ocurre con las fíbulas gigantes del tamaño de una mano, que seguramente servían para amortajar a las difuntas y nos señala el grado de importancia de estas piezas, en ese tránsito hacia el más allá que es la tumba.

Además de los objetos de adorno personal, se complementa la exposición con varias piezas que, si bien no tienen carácter de joya, si estaban vinculados al mundo femenino, como pueden ser espejos, hidrias o exvotos. De los primeros, hay dos piezas destacadas; por un lado, un espejo circular con tapa (como los modernos espejos de bolso), en este caso con una inscripción en griego, y por otro lado, los espejos de mano profusamente decorados con escenas de gineceo, siempre de estética griega, en donde vemos generalmente a mujeres, aunque también pueden representarse hombres, en el proceso de acicalamiento, o mitológicas, como esa Leda y cisne en la base del espejo o Atenea y Herakles. Entre la decoración de estos espejos, podemos documentar el uso de las hidrias, unos grandes contenedores de agua, de ahí su nombre, que están profusamente decorados, de nuevo con escenas mitológicas o escenas de tocador. De ellos, se muestran dos ejemplares muy espectaculares. Y el tercer elemento que complementa la exposición son los exvotos, representaciones humanas con múltiples funciones pero todos vinculados con el mundo de los espíritus. Se exponen tres figurillas de bronce, que nos permiten conocer detalles como peinados o vestimentas así como varias cabezas realizadas en terracota, que tienen igualmente una función de exvotos, en donde, atendiendo a los restos de pintura con que estaban decoradas, nos hablan del uso de los maquillaje y los colores de los textiles.

Una exposición sencilla, sin el recargo de piezas en la que suele caer este tipo de muestras, que cumple perfectamente con su objetivo pedagógico: abrir una ventana al pasado para apreciar que, aunque hayan pasado milenios, hay cosas que no han cambiado y no han perdido su sentido social.

Texto y fotografías de Álex Ro

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