viernes, mayo 10, 2024

Francesc Capdevila «Max» en la librería Lemus. Por Adrián Gómez


15 años de Viñas y Viñetas. Extra de verano de Tacoronte -Acentejo. Que mejor efeméride para traer al legendario Max a la librería Lemus, por cortesía de Paco Lemus y Santiago Suárez. Apasionados del cómic, sólo faltaba una pieza del triángulo perfecto. El mítico Manuel Darias, auténtica institución de la historia del cómic de éste país. Siempre suelen ser suculentas sus entrevistas, pero en ésta ocasión, la cosa pintaba genial. Dos gigantes, que se conocen años ha, frente a frente. El dibujante afirma o desmiente, siempre amable y cercano, y desglosando cronológicamente su trayectoria, cómo es habitual en las intervius de Darias. De los orígenes underground en El Rrollo enmascarado o Mata Ratos, fanzines setenteros donde nuestro hombre se foguea; hasta la añorada y pionera Star (del que un servidor conserva un par de números). Butifarra explota en el año del Punk, y de ahí a Él Víbora en 1979, donde crea al simpar Gustavo, adalid ecologista, a principios de los ochenta, víctima tambien de la polémica por un supuesto discurso agresivo. Max bromea sobre la división entre alta y baja cultura, aclarando que se siente a gusto en las dos, al margen de elitismos. Darias le recuerda la fusión de su estilo, según confesión propia. Ésto es; una mezcla entre Walt Disney ( también cita que la producción de la casa del ratón eran el enemigo para la progresía, reconociendo su fascinación por el apartado visual) y el estilo de Robert Crumb o Gilbert Shelton. Y de ahí a Mallorca (1984). Y de Toutain a la Cúpula, alcanzando la popularidad con su particular adaptación de la obra de Barrie ; Peter Pank (1985), no por casualidad, su film Disney favorito.

Entre anécdotas y preguntas del público, reconoce el éxito de él especial de Él Golpe (Víbora), con edición agotada, el desencanto sobre el encargo del la fundación V Centenario (El jugador de los Dioses) o la ilusión puesta en La biblioteca de Turpín (1990). Entre medias, y esto ya fue una pregunta personal, nos cuenta a posteriori, en la cena, la colaboración con Radio Futura en El canto del gallo, la fluidez de la relación creativa con Santiago Auseron, y el rapeo improvisado de los diálogos del cómic en medio de la canción interpretada en vivo. Pero volviendo a la librería, nos habla de Nosotros somos los muertos (1993), puñetazo sobre la mesa a cuenta de la guerra de los Balcanes. Y también aclara que » posiblemente El prolongado sueño del señor T (1998) sea la primera novela gráfica española..»


Mucho más, desde Licantropunk (1988) hasta Pandinista ( 1990), hasta llegar a Bardin, el superrealista (2006). Habla de conjugar estilos, de renovación, de inquietudes, de experimentar… llegando a Vapor (2012) . Y a la obra que presenta; Que , laureada por la critica. Mucho se queda en el tintero , pero allí se ofreció una masterclass sobre el noveno arte para deleite de los presentes. Esperamos que no pase otro quinquenio para seguir disfrutando de Max»

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