domingo, julio 20, 2025

La República Independiente de TLP, con moneda incluida. Por Noé Ramón

La nueva edición de la TLP Tenerife Party – Summer de Santa Cruz da la impresión de haber acertado a la hora de seguir ampliando su campo de acción sin dejar atrás ninguna de sus propuestas que se han vuelto más o menos tradicionales en ese encuentro que ya suma diecisiete ediciones. Los juegos de mesa parecen ser casi mayoritarios pero a la vez se mantiene todo lo relacionado con los videojuegos, espectáculos de cosplays y empuja con fuerza la Inteligencia Artificial (IA) que cada vez despierta más curiosidad para desgracia de los artesanos dibujantes de la planta baja del Recinto Ferial. En definitiva, los visitantes se encuentran con una especie de nueva dimensión paralela o una república independiente del mundo exterior con su propia moneda incluida. 

A falta de cifras, la impresión  común es que la convocatoria avanza y se supera en todos los sentidos. En participantes o simples visitantes curiosos, ofertas variopintas y gente dispuesta a dejar en la puerta sus prejuicios y vergüenza si es que la tienen. Lo importante es subirse al escenario y lanzarse a cantar y bailar, siguiendo aquel viejo principio punky de que lo importante no es el talento sino la necesidad de contar algo. La parte más llamativa de la TLP sigue siendo la de quienes se disfrazan de sus personajes favoritos, casi siempre llegados de los cómics orientales y se pasean entre los demás como si ésta fuera su verdadera identidad y no la del resto de días. 

Evan Trujillo es uno de los encargados de la organización y su papel desde el pasado día 15 hasta el domingo ha sido básicamente  “ir supervisando por si surge algún tipo de problema pero hasta ahora la cosa ha sido muy tranquila”. Con el doble mérito de la asistencia masiva de visitantes, que probablemente será superior a la del año pasado en cuanto a cifras cuantificables como es el número de visitantes  pero en algo menos tangible como es la diversión. “No sé si este año habrá más gente pero la verdad es que paseándome por todos lados siempre veo caras nuevas, más personas y que todo el mundo se lo está pasando muy bien”.

Pese a lo que sería previsible, lo cierto es que los juegos de mesa acaparan gran parte del recinto y además lo hacen en todas sus variables que son casi infinitas. La explicación que da Trujillo es que “la gente los demanda cada vez más, les gusta muchísimo probar nuevos juegos, no sólo aquí sino incluso en su vida diaria y ya muchos prefieren quedar los fines de semana con sus amigos para jugar en vez de salir de fiesta”. Uno de los objetivos de esta edición ha sido apoyar a las pequeñas empresas que crean sus propios juegos de mesa, sin dejar de lado los que usan ordenadores, con los que tampoco parece existir una especial competencia, sino que más bien se compaginan. 

La Zona Lan Party con horario continuo desde la inauguración hasta la clausura ha estado siempre entre lo más llamativo de estos encuentros, una especie de acampada de jóvenes que en vez de mochilas, cargan con sus propios ordenadores y poco más que un saco de dormir. Entre las actividades realizadas estuvo el viernes el regalo de un portátil a quien trajo el que se encontraba en peor estado. 

Otra novedad es la posibilidad de obtener monedas propias de esta particular república que se pueden utilizar dentro del recinto, excepto en los negocios privados, claro está y conseguir regalos y un amplio número de ventajas. La experiencia ha ido muy bien y este coordinador tiene constancia de que más de un participante se ha convertido a estas alturas de la película en una especie de millonario virtual. Al menos dentro del Recinto porque en el exterior apenas es una pieza de plástico duro. 

Otra gran novedad que aumenta año tras año sigue siendo la popularización y el interés que despierta la IA, para lo que se ofrecen charlas y la posibilidad de probar algunas de estas aplicaciones. “A los dibujantes no les gusta tanto porque claro, se pegan un trabajo tremendo para que luego venga una máquina y se los copie. Es normal”, dice Trujillo. En el recinto también es posible encontrar a un peluquero dispuesto a cambiar tu aburrido peinado por el de tus héroes favoritos.

Tora es el nombre de guerra de una joven del Sur que este año ha elegido quedarse en la Zona Lan Party las veinticuatro horas. El sábado por la mañana aparecía ataviada con la ropa de su personaje que compró a través de internet por apenas 40 euros y unas lentillas de color púrpura oscuro. Lleva acudiendo a la cita desde que tenía diez años, siempre ataviada de cosplay porque aquí ha encontrado su universo en formato anime en el que se puede sumergir durante casi una semana. Controla todas las variantes del género y repasa una por una las distintas etapas por las que ha pasado en estos años y además lo hace con total seriedad como todos aquellos que sienten pasión por algo determinado. El año pasado se atrevió a subir al escenario pero esta vez prefiere permanecer de espectadora en la parte exterior del recinto, no se sabe si la más concurrida, pero desde luego sí la más vistosa. Nunca ha tenido la posibilidad de acudir a otra cita parecida y si pudiera elegir optaría por la que se celebra en Madrid, y así espera hacerlo el próximo mes de septiembre. Como veterana sienta cátedra al decir que por ahora la de este año tiene pinta de superar a la anterior. 

A su lado hay un personaje al que se refiere en masculino pese a que su apariencia es femenina, porque más allá de la parte lúdica de este mundo también cada vez más se está convirtiendo en reivindicativa, por ejemplo en cuestión de géneros. 

Como ejemplo del intento de avanzar en una línea más científica y educativa nos encontramos a Sara Muñoz, quien está estudiando el doctorado en el Astrofísico tinerfeño y que se sitúa al lado de un telescopio de mediano tamaño. Desde el mismo se puede ver el sol como una gigantesca bola roja, con manchas y si tienes suerte también alguna llamarada. “Hoy en concreto hay muchas manchitas y una erupción en la parte superior y un par de ellas en la inferior”, dice. Así que su misión es precisamente esa, enseñarle una nueva variante del sol a los participantes cuya reacción suele ser de sorpresa al ver como el astro se convierte en un gigantesco planeta de un color muy distinto a como lo apreciamos diariamente. 

En la misma línea didáctica que pocos esperan en este certamen está Jorge Niebla Núñez que representa a la Universidad lagunera con la oferta de juegos y talleres cuyo nexo común según define es “promover el pensamiento computacional” pero sin computadoras. “Las personas podemos resolver por medio de las matemáticas, problemas utilizando este tipo de pensamiento para por ejemplo hacer puzzles basándose en la lógica”, explica. 

Desireé Ariel Esteban está al frente de la parte digamos más visible del encuentro como es el escenario donde las personas suben a cantar o bailar de forma espontánea o por medio de ensayadas coreografías. Todos los días hay concursos en distintas modalidades, tanto individual como en grupo y un karaoke, lo que se ha convertido en una eficaz manera de conseguir las monedas virtuales con las que obtener premios. 

La aceptación ha sido tal que se han visto obligados a dividir las convocatorias en distintos horarios y varias partes en grupos de quince participantes. “Hacemos distintos concursos para que nadie se quede sin su momento de gloria, aunque al final no consiga ningún premio”. Hasta ahora había acudido la cita pero como participante así que tiene la posibilidad de verlo desde las dos perspectivas. Su conclusión es que el festival es “algo maravilloso porque ves que llena a los jóvenes que aquí tienen la posibilidad de expresarse tal y como son. Todos los frikis son bienvenidos, hay un sentimiento como si fuéramos una familia”.

Néstor Pérez Martínez coordina una de las diversas zonas de juegos de mesa diseñados por una editorial en concreto “para jugadores poco experimentados, familias enteras o niños. Gente que se lo quiera pasar bien porque son juegos dinámicos y muy divertidos. Esa es un poco la idea”. El año pasado participó con la misma editorial y también en la sección de juegos de mesa cuya variedad es tal que resulta casi imposible explicarlos todos. “Yo la verdad es que no me podría quedar con ninguno. Lo importante es que la gente se siente, reúna y divierta como se puede ver. Esta es una alternativa al mundo digital que hoy vivimos que es más solitario mientras que aquí puedes crear una comunidad. Para mí ese es el punto fuerte”.

En la planta baja se encuentran numerosos stands de artistas que tienen en estos salones la posibilidad de dar a conocer su talento, que sin duda es mucho. También hay una representación de tiendas que han optado por un segmento comercial en alza pero que no deja de tener su riesgo. María Rodríguez Hernández es dueña junto con su marido de un negocio situado en el Centro Comercial El Trompo de La Orotava que pusieron en marcha movidos por la idea de “crear una comunidad y para ello elegimos un formato familiar y friki, con juegos de mesas, de cartas, figuras, venta de música coreana y una variedad importante de merchandising”. Hasta ahora el experimento ha sido bien acogido, este es el primer año que participan en la TPL y apunta que lo más demandado es todo relacionado con una película que acaba de estrenarse titulada KPop Demon Hunters,  traducida al español de una forma no demasiado literal como Las Guerreras Kpop.

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