El pasado sábado 17 y dentro de las jornadas del Festival NUMAcircuit, recalaba este en el Espacio La Granja con dos eventos interconectados: la charla/coloquio ‘Visual Circuit: Nuevas narrativas audiovisuales’ y los espectáculos audiovisuales ‘Momento 0.0 y Matadero’.
Visual Circuit: Nuevas narrativas audiovisuales (#supportvisualists)
El festival, que cada año muestra las nuevas tendencias y formas de expresión artística dentro de la creación y experimentación audiovisual, nos regalaba una charla/coloquio en torno a la divulgación de la cultura audiovisual y las nuevas narrativas audiovisuales; además emitido en streaming.
Moderaba Simone Marin (codirector del festival) con los invitados Elena Juárez y Azael Ferrer (los artistas visuales de los espectáculos ‘Momento 0.0’ y ‘Matadero’ respectivamente), a los que se sumaban Richar Santana (video mapping y graffiti) y Dea Woon Kang (media artist).
Arranco Elena Juárez, con más de veinte años de andadura, comentando las dificultades de los inicios del sector visual, con medios paupérrimos, absoluto desconocimiento por parte de otros sectores afines y total infravaloración del artista; mucho clubbing mal pagado y tener que avanzar de forma autodidacta principalmente. Por otro lado, si bien agradecía los avances técnicos de los últimos diez años, sentía que había cierta saturación de herramientas. Azael Ferrer, también con una larga andadura, nos hablaba de sus inicios en iluminación y como posteriormente descubrió el vídeo y el camino que esté le abría, especialmente trabajando con video en directo. Importante matiz cuando comentaba que no diferenciaba entre luces o la luz proyectada por un proyector, ya que consideraba ambos como un todo dentro de la experiencia inmersiva. Richar Santana repasaba su periplo desde el graffiti, estudios en artes gráficas y descubrimiento del video mapping, donde centra sus proyectos. Finalizaba Dea Woon Kang contándonos su viaje desde las artes hacia la búsqueda de las herramientas de video para lo que quiere contar.
En la ronda de preguntas, Culturamanía planteaba a Elena Juárez y Azael Ferrer la diatriba sobre los avances técnicos en el sector y como dichos avances nacen de las necesidades, preguntándoles si sentían que habían llegado a un techo y/o limitación. Contestaba Elena que los límites los pone el propio artista y que si no existía una herramienta específica para llegar a un fin, había que tirar de creatividad. Añadía Azael que en muchos casos los avances aparecen tan rápido que no da tiempo de exprimir cada uno y que en muchos casos menos es más, ya que por el afán de añadir, se puede opacar o saturar la experiencia visual.
Momento 0.0 y Matadero

Momento 0.0
La compositora Edith Alonso y la videoartista Elena Juárez salen de la cabina y toman el escenario, frente a frente, mesa de componentes mediante y pantalla omnipresente tras ellas (tónica continuista con la posterior ‘Matadero’). Presentan una obra en seis momentos (movimientos) marcados por el silencio y fundido a negro entre cada uno; estos son: origen, descubrimiento, caos, unión, destrucción y esperanza fatídica del final. Una fusión simbiótica entre la música electrónica más abstracta y evocadora… y el sentido orgánico y vital de las creaciones visuales. El espectáculo se siente como el ciclo vital de creación, caos y destrucción cual serpiente que muerde su cola, con la fusión en pantalla de las diferentes capas de video que por momentos podía llegar a saturar. Creativo uso de vectores y dinámica de partículas.

Matadero
El dúo formado por Horma y Azael Ferrer daba cierre a esta jornada de NUMAcircuit con un espectáculo de los que siguen reverberando en la consciencia horas después. ‘Matadero’, una reflexión acerca de la identidad y la imagen del cuerpo que se traduce en el poderoso paisaje sonoro industrial a base de sintetizadores de Horma, que sacaba partido como nunca del excelente sonido de la sala de Espacio La Granja. A su vez Azael Ferrer, poniendo en práctica lo que ya nos había adelantado en la charla/coloquio previa, hacia uso absoluto del sistema de luces de la sala vía cámara con reconocimiento de patrones de movimiento, usando su mano cual director de orquesta en una experiencia inmersiva que fusionaba humo, iluminación en escenario y platea, retroiluminación a pantalla y… las acciones de la propia Horma, grabadas y tratadas en vivo para ser proyectadas con diferentes efectos sobre la pantalla. Un final de espectáculo donde Azael prescinde ya totalmente de la pantalla para bombardearnos con una hilera de 17 luces a ras de público que además siluetea a los artistas. Merecida ovación de pie para una propuesta epatante.
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