- El realizador georgiano, premiado en Locarno, construye una singular comedia con actores no profesionales, jugando con los límites del género
Tato Kotetishvili debuta como director con su Holy Electricity, uno de los títulos más exóticos que conforman la selección de la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. El director de fotografía georgiano, que ha trabajado con anterioridad para Levan Koguashvili (Blind Dates, 2014) y Uta Beria (Negative Numbers, 2014), en el cine de su país, y para la ucraniana Tonya Noyabrova (Hero of My Time, 2018), obtuvo con su film el Pardo d’Oro del Cineasti del Presente en el Festival de Cine de Locarno. Un aval para esta irreverente comedia que deviene en docudrama: la loca aventura de dos primos que se dedican a vender crucifijos de neón en los suburbios de Tiflis.
Kotetishvili firma, además, el guion (junto a Irine Jordania y Nutsa Tsikaridze) y se hace cargo de la fotografía en una pieza en cuya producción también interviene. Y que se ha dejado ver, con buenas referencias, por certámenes como los de Luxemburgo, Róterdam, Sarajevo, Tallin o Goteborg. Todo eso, después de que el autor encontrara la inspiración para su film en su propio entorno, en la capital georgiana.
“Las cruces son el símbolo quizás más importante en mi país, que es muy religioso, con una tradición cristiana muy importante. De hecho”, cuenta Kotetishvili, “nuestra bandera se compone de cinco cruces, y en la película, bueno, pues verán que están siempre presentes”. Más allá de ese trasfondo iconográfico, el cineasta georgiano persigue que “cada espectador pueda interpretar de manera diferente la película. Eso es algo bonito, y para mí es lo más importante”.
De hecho, la aspiración del autor es que cada cual “encuentre algo dentro de la película con lo que se pueda sentir identificado, ya sea una parte de la historia o algún tipo de emoción”, más allá de otras pretensiones relacionadas con el estilo. Algo de lo que el también director de fotografía se desentendió de manera intencionada para centrase en labores más propias de la dirección.
“Lo que hice fue adaptar el trabajo para centrar toda mi atención en los actores”, confiesa. Es por ello que “hay muchas escenas que son estáticas, con la cámara quieta, porque así me podía concentrar en darles indicaciones a los actores que, por cierto, improvisaban”. De otro modo, «si hubiera intentado abordar este proyecto filmando escenas en movimiento, habría sido mucho más duro». Además, agrega el realizador, “empleamos luz natural en el rodaje también un poco por el mismo motivo. No tuve que coordinarme con los electricistas o con la iluminación. Así es todo más sencillo”.
Kotetishvili intentó filmar su historia “como si fuera una especie de documental”. Pero lo cierto es que no lo es en un sentido convencional. Lo que se presenta en pantalla es “un sueño, un poco lo que a ellos [los propios actores, personas reales] les hubiera gustado, aunque también se refleja parte de lo que les sucede en la realidad”. Para el realizador, “la combinación creo que funcionó bastante bien”.
En cuanto a esta dificultad de rodar con actores no profesionales, Kotetishvili comentó que “esto ya lo sabíamos cuando estábamos escribiendo el guion. Lo preferimos así”. En cualquier caso, una vez que pudo conocer más a sus intérpretes, “pudimos adaptar la historia a las personalidades de cada uno, y también trabajamos en esa línea en postproducción”.
Es más, una de las prioridades del director era justo “reflejar eso y hacerles sentir lo más cómodos posibles en el set de rodaje para que fuesen ellos mismos y que el resultado fuese más natural. Les di suficiente espacio y margen para que improvisaran todo lo que quisieran sobre los diálogos iniciales”.
Kotetishvili igualmente se esmeró en buscar secundarios “interesantes” y con el mismo perfil. Una decisión que llena de texturas y personalidades diferentes la película. Una pieza en la que tampoco se esforzó por explicarlo o reflejar todo porque, según indicó, le gusta dejar margen a la imaginación del espectador. “Sí”, aseveró, “hay muchos aspectos que quedan ahí de una forma sutil o latente”.
La ambientación sonora adquiere también un papel protagonista en el film. El realizador georgiano explica que “empezamos filmando las escenas, y una vez terminado el rodaje, comenzamos a elegir casi toda la música”. Lo cual no impidió que adquiriesen protagonismo las composiciones underground del artista georgiano Vaqo: con algunas piezas ya editadas, y con otras expresamente compuestas para la película de Kotetishvili. Además, el director recurrió a los propios músicos callejeros de las calles y el metro de Tiflis para ciertas escenas, lo cual añade una dosis extra de personalidad a su pieza.
Holy Electricity tendrá un último pase para el público en el Festival mañana miércoles, 30 de abril, en la sala 7 del Cine Yelmo Las Arenas, a las 18:00 horas.
Alianzas, apoyos y colaboraciones del 24 FICLPGC
El Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, organizado por el área de Cultura del Ayuntamiento de la capital grancanaria, a través de Promoción de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, cuenta con la ayuda pública del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), el apoyo del programa para la internacionalización de la cultura española, PICE Visitantes, de Acción Cultural Española (AC/E) y del patrocinio público de Promotur Turismo Islas Canarias.
Entre los aliados destacados del certamen se encuentran Fundación Auditorio Teatro, Cines Yelmo, Centro Comercial Las Arenas y Hotel Cristina by Tigotan, espacios que también funcionan como sedes o acogen actividades de la cita cinematográfica; además de otras instituciones y entidades como Sagulpa, Toyota, Royal Bliss, Fuze Tea, Coca Cola, Sholeo Lodge, Audiovisuales Canarias, Music Library &SFX, Blackout Films e International Bach Festival. Asimismo, su mercado, MECAS, es posible gracias al patrocinio de la Gran Canaria Film Commission-Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria y al apoyo de Proexca.
El Clúster Audiovisual de Canarias, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Universidad del Atlántico Medio, Digital 104, la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), el Festival Internacional de Cine de Cartagena, el Festival Internacional de Cine de Gijón, el Festival de Cine Independent de Barcelona, el laboratorio Tres Puertos, la ESCAC de Barcelona, Very Good Script, Freak World y Fimucité, son entidades colaboradoras.