lunes, mayo 12, 2025

Tesoros de Cannes 2025. Cinèma de la Plage. Por Manuel García de Mesa

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Por Manuel García de Mesa.

El martes 13 de mayo de 2025 comienza el Festival de Cine de Cannes 2025. Con la edición número 78 se abre un nuevo horizonte de estrenos mundiales del celuloide del que se hablará durante el próximo año. Ya sea en directa competición por la Sección Oficial, ante un jurado presidido por Juliette Binoche, o en la sección Una Cierta Mirada para los talentos que arrancan su andadura en el cine, o a través de estrenos de éxito masivo, como hará Tom Cruise con su esperadísima conclusión de una saga mítica, Misión Imposible: Sentencia Final (Mission: Impossible – The Final Reckoning, EE. UU. 2025) de Christopher McQuarrie, el mundo mirará para la costa francesa. Al actor y productor estadounidense, la Croissette le trae suerte. Tiene una profunda y emotiva relación de entendimiento con el festival. El arranque de Top Gun: Maverick (EE. UU. 2022) de Joseph Kosinski se produjo en medio de un despliegue mediático sin precedentes y acompañado de un sensacional encuentro íntimo con Cruise, donde desveló claramente sus objetivos, inquietudes y sensibilidades. Aquella tarde, este humilde cronista prefirió asistir al pase del filme de Kelly Reichhardt, Meek’s Cutoff (EE. UU. 2010), seguido de un maravilloso encuentro con la directora. El encuentro con Tom Cruise, en cualquier caso, mereció la pena, y puede verse en el canal de Youtube del festival, así como en el material extra del mencionado filme de 2022. En 2024, aterrizaron algunos filmes muy especiales. Megalópolis (Megalopolis, EE. UU. 2024) el esperado largometraje de Francis Ford Coppola, sufragado por él mismo, todo un canto a la libertad creativa. Un capricho llevado a cabo valientemente por un director que poco tiene que demostrar a estas alturas y que poderse permitir hacer este canto de cisne ya de por sí es un logro mayúsculo; Anora (EE. UU. 2024) de Sean Barker, o esa fascinante revisión de la comedia screwball estadounidense de los años 30, llena de malentendidos, diálogos que parecen montañas rusas y equívocos y confusiones amorosas a raudales que en los años 30 habría tenido los rostros de Katherine Hepburn o Claudette Colbert y Gary Cooper o Herbert Marshall; Emilia Pérez (Francia 2024) dirigida por Jacques Audiard, ese filme que ha expuesto las mezquindades de los seres humanos en las redes sociales, y de algunos artistas, a la hora de dar la espalda a una compañera, por un puñado de premios, aspectos estos que desgraciadamente se han impuesto sobre la enorme calidad del filme, un musical frondose, trufado de carga política y jurídica, así como de diversidad narrativamente integradísima, todo ello filmado maravillosamente. 

Este año 2025 habrá, como siempre, ruedas de prensa, con la impagable oportunidad de levantar la mano y preguntar directamente a grandes cineastas, una Master class absolutamente imperdible, esta vez impartida por Robert De Niro, a quien se le entregará en la ceremonia de apertura un merecidísimo reconocimiento por toda su carrera. También se pasarán documentales, que permitirán comprender mejor el séptimo arte y su inmenso poder de fascinación y películas clásicas, muchas de ellas ganadoras de Palmas de Oro en ediciones anteriores, remasterizadas para ser exhibidas nuevamente en las grandes pantallas, para que generaciones posteriores de cinéfilos puedan disfrutarlas como cuando fueron estrenadas. 

Pero, hay una sección del festival, a la que este cronista le tiene un especial cariño y, vamos a reconocerlo, cierta nostalgia y añoranza. El “Cinèma de la Plage” o “Cine en la Playa” es un espacio dentro del festival que permite, al final del día, disfrutar de gran cine de todos los tiempos, de cine con mayúsculas en una experiencia única. La playa de la Croissette es un entorno costero seccionado como lo fue el litoral de Normandía durante la segunda guerra mundial. Los diferentes hoteles de la línea de costa la tienen repartida, sin perjuicio de una porción de playa pública. Pues bien, al comienzo de todo el complejo dedicado al festival, antes de la sala Agnés Vardá y de una serie de puestos de merchandising y un tiovivo, existe un sector de la playa reservada para el festival. Hileras de tumbonas se colocan delante de una inmensa pantalla de cine. ¿Quién puede resistirse al romanticismo y la poética de disfrutar en la costa, al anochecer, bajo un cielo enrojecido tornándose en estrellado y con las gaviotas sobrevolando, icónicas imágenes de la historia del cine? En 2022 este cronista tuvo el inmenso privilegio de acudir al festival en su edición 75, desde el día antes del comienzo y partir el día después de su final. El comienzo de Cannes fue como no podía ser de otro modo, con un día entero de puro cine. Pero todavía quedaba la traca final del primer día. Para terminar la primera jornada, el pase nocturno de El Show de Truman (The Truman Show, EE. UU. 1998), el modélico filme de Peter Weir, que era el leit motiv del festival, constituyó un hermoso corolario. El póster del festival de ese año era un fotograma, el de Jim Carrey de espaldas tratando de salir al mundo real, aporreando el soleado escenario de su mundo artificial para vivir una vida real. 

Cannes 2022

Por otra parte, o en relación con lo antedicho, el festival concluyó para este ojiplático cronista, no con la ceremonia de clausura, que hubo ocasión de ver en diferido, sino con otra maravillosa experiencia en la costa. El pase de ese maravilloso monumento a la nostalgia y al homenaje cinéfilo en blanco y negro que es La última película (The Last Picture Show, EE. UU. 1971) el influyente filme de Peter Bogdanovich. Una copia remasterizada, en glorioso blanco y negro, conservando el grano del celuloide se exhibió aquella maravillosa noche de mayo de 2022 ante atónitos ojos de veteranos, parejas, niños, mentes cinéfilas del mundo entero tras una paciente cola. Para quien escribe estas líneas, dicho pase tenía una profunda carga emotiva. Mi relación con el filme de Bogdanovich ha sido desde la juventud un tanto de amor-odio. Con veintitrés años vi en pantalla grande su segunda parte, Texasville (EE. UU. 1990), dirigida igualmente por Bogdanovich. Cuando en un pase de televisión pude ver el filme original, me enfadé mucho pues tenía otro tono bien diferente al filme de principios de los 90. Es el transcurrir del tiempo y los diversos visionados quienes me sacaron del enfado de juventud, y de cierta incomprensión de este clásico, definitivamente arrebatador. Por estas razones y muchas otras, el pase de La última película en un marco tan incomparable, supuso instantes de auténtica felicidad cinéfila.

Pues bien, este año de 2025 habrá una programación a la altura con grandes nombres y presencias que dejarán al mundo atónito. Pero la sección de cine en la playa no será menos. Todo aquel que lo desee, sin la necesidad de portar acreditación de prensa, simplemente guardando la cola para acceder a la porción de costa, podrá asistir a un flamante estreno de buen cine, a partir de las 21.30, que será presentado por alguna presencia institucional destacada. Los pases son en versión original y el único subtitulado es el francés. Lo importante, en opinión de este cronista, son las sensaciones del disfrute del cine en una pantalla excepcional. En caso de este cronista un filme en otro idioma distinto del inglés o el español puede significar el no entender, más bien intuir, pero aún así, la experiencia lo merece. Una imagen icónica es más valiosa que la palabra.

Cannes 2022

El cine en la playa arranca mañana mismo, martes 13 de mayo de 2025, con el pase del memorable filme de Terrence Malik, Una vida oculta (Hidden Life, EE. UU. 2019) sobre la negativa de un cura austríaco a jurar lealtad a Hitler y el precio para sí mismo y su familia en una de las reflexiones más asombrosas y fascinantes que ha dado el cine sobre la objeción de conciencia. Malick, teólogo y cinéfilo, que obtuvo la Palma de Oro por el filme El árbol de la vida (Tree of Life, EE. UU. 2011) tiene pendiente de estreno su filme sobre Jesucristo y la expansión de su palabra, The Way of The Wind, todavía en sala de montaje y que, si todo va bien, se estrenará en la Croissette. En la disparidad del cine en la playa converge el pase de una copia remasterizada de Hardboiled (Hong Kong, 1992), el emblemático filme de acción dirigido y coreografiado por el hongkonés John Woo, con su actor fetiche en el comienzo de su carrera, Chow Yun-Fat. Clásicos estadounidenses remasterizados a lo grande como Duelo al sol (Duel In The Sun, EE. UU. 1946) ese formidable híbrido entre el western y el melodrama a pleno color dirigido por King Vidor y protagonizado por Gregory Peck y Jennifer Jones, restaurado por la Film Foundation de Martin Scorsese, pero también El crepúsculo de los dioses (Sunset Blvd. EE. UU. 1950) de Billy Wilder, melodrama cinéfilo narrado en flashback por un cadáver, el del guionista Joe Gillis (William Holden), donde la puesta en escena se mezcla trágicamente con la vida. Dos clásicos franceses y un clásico británico podrán verse en la costa de Cannes. Los malos golpes (Les Mauvais Coups, Francia 1963), de François Leterrier, con la gran Simone Signoret, se exhibirá el jueves 15. Gran jugada en la costa azul (Mélodie en sous-sol, Francia, 1963), con el “último golpe” del veterano personaje interpretado por esa institución del cine de su país que es Jean Gabin, con rodaje en escenarios de la propia Croissete, donde transcurre la acción, acompañado del galán por excelencia Alain Delon, ambos dirigidos por Henri Verneul, uno de los grandes especialistas en el polar, podrá disfrutarse en la gran pantalla como alternativa a la gala de clausura el sábado 24 de mayo. Darling (Reino Unido, 1963), el soberbio filme del free cinema británico, con Julie Christie, dirigido por John Schlesinger, podrá apreciarse en 35 mm con restauración de 4k el miércoles 21 de mayo. El viernes 23 de mayo a los pacientes espectadores que hayan cenado, y que hagan cola en el paseo de la Croissette, les aguarda un pase sorpresa. Sin duda la organización del festival más importante del mundo planea una antología que permanecerá en las pupilas cinéfilas de los asistentes toda la vida…aunque vivan 100 años más.

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