viernes, noviembre 22, 2024

Unamuno, un personaje que se reivindicaba poeta y acabó muriendo víctima de su afán por regenerar el país

La vida y la obra del pensador y escritor vasco es un mundo completo que tiene tintes novelescos

Don Miguel de Unamuno –para la gente que lo admira y respeta, no Miguel, a secas– “se fue construyendo como un personaje; se dedicó a ello. La prueba es que reconocemos su imagen. Se identifica por una manera de vestir, una cara con pelo blanco ya de mayor, gafas, sombrero o txapela vasca, chaleco que le llegaba al cuello, siempre vestido de oscuro…”, según describe el escritor Luis García Jambrina, también profesor de la Universidad de Salamanca.

“Se construyó como personaje de novela y eso lo dijo él explícitamente cuando explicó cómo se hacen las novelas. Dijo «estoy haciendo la novela de mi vida» y «soy un personaje de novela», porque, para él, la novela es más real que la realidad: don Quijote, más real que Cervantes, por ejemplo”, indica el catedrático de Filología de la ULL Marcial Morera, director de la Cátedra Unamuno de esta universidad.

Ambos, García Jambrina y Morera, trazaron un esbozo de la figura de Unamuno ante el público del Festival de Novela Histórica Ciudad de Tacoronte a lo largo de tres actos y en dos sesiones de cinefórum previas a las proyecciones de las películas Mientras dure la guerra (Amenábar, 2019) y Palabras para un fin del mundo (Menchón, 2020), en un capítulo especial del festival dedicado a conmemorar el centenario del destierro del pensador en Canarias y, concretamente, a los cuatro meses que pasó en Fuerteventura entre su condena durante la dictadura de Primo de Rivera y su huida hacia el exilio en París y, posteriormente, en el País Vasco francés.

Los dos expertos coinciden en señalar que la obra de Unamuno es tan amplia que “creó todo un mundo” –dijo Morera–: “Trató todo y lo hizo desde distintos estilos. El cultivo que hizo de la novela, la poesía, el ensayo, el teatro es porque él sabía que cada uno de esos géneros le permitía enfocar los problemas de forma distinta, ver las cosas distintas, crear una realidad distinta, porque él sabía que la realidad la crea el lenguaje, por eso él le daba importancia a ser poeta, a la condición de poeta. Se declaraba como poeta”, subrayó el catedrático de la ULL, quien mostró su admiración porque, incluso, “hizo aportaciones a la lingüística muy modernas” antes que otros pensadores reconocidos.

“La mejor obra de Unamuno fue su vida, porque su vida está hecha de acontecimientos y de hechos, pero también de su obra. Él se volcó en su obra, que es muy importante para su vida. Estamos ante un personaje que se fue construyendo a sí mismo, porque quería ser inmortal y él sabía que la única inmortalidad que le cabe al ser humano es permanecer en la memoria de la gente y, sobre todo, dejar una obra, un legado… Y por eso estamos hoy aquí, muchos años después de su muerte y su nacimiento, hablando de él. Unamuno tocó todos los géneros. Fue un gran intelectual, el gran intelectual español del siglo XX y muy importante en Europa y Occidente”, enfatizó el profesor de la Universidad de Salamanca.

El destierro

“El destierro en Fuerteventura fue muy importante para Unamuno, fue mucho lo que aprendió en Fuerteventura y en Canarias. Él siempre estaba en contacto con el paisaje y el paisanaje y el de Fuerteventura le hizo ver las cosas con otra perspectiva y entró en su obra”, dijo García Jambrina al tiempo que comentó anécdotas como que, al parecer, tomaba el sol desnudo en la azotea del hospedaje donde se alojaba y también se le vio bañarse desnudo en el mar.  

“Esos cuatro meses fueron determinantes para su vida y para su obra. A nadie le apetece ser desterrado a un lugar remoto, en aquella época, desconocido, casi desértico. Unamuno tenía una gran capacidad de resistencia y le dio una vuelta a la cosa: se integró en la vida de la isla. Tuvo relaciones asiduas con todo tipo de gente y eso le cambió en cierto modo”.  El paisaje le ofreció, en parte, lo que ya disfrutaba en Castilla, un espacio en el que pasear con sus pensamientos, formado por un horizonte, una planicie y el cielo. “Se encontraba muy a gusto en Fuerteventura. Se arrepintió de haber acabado en París. Solo aguantó un año, hasta que se fue a Hendaya”, recordó el profesor de la Universidad de Salamanca.

La política

A juicio de Marcial Morera, se podría responder afirmativamente a la pregunta respecto a si Unamuno tuvo una vida novelesca, que pronunció el codirector del festival, el crítico y periodista Eduardo García Rojas, durante el primer coloquio de los dos expertos en el pensador, antes de la proyección de la película de Amenábar en el Auditorio Capitol.


“Unamuno tuvo una vida novelesca desde el punto de vista de las cosas extraordinarias que le ocurrieron y que él se buscaba. Se enfrentó a todo el mundo: era un liberal en lo político, un idealista en lo filosófico y la actitud ante la vida; una de las características del idealista es la perfección y, como la realidad con la que se encontraba no tenía nada que ver con el idealismo –siempre hay un conflicto del idealista con la realidad–, pues se enfrentó a todo el mundo: al rey, Alfonso XVIII, a Primo de Rivera, a los partidos de la época –conservadores y liberales–, a la iglesia, con los escritores, con todo el mundo, porque, efectivamente, lo que él veía no coincidía con su ideal. Así ocurrió lo que ocurrió”, sintetizó Morera.

“Don Miguel sigue siendo muy actual. A pesar de que es una persona más reconocida que conocida, porque se lee poco –apuntó el catedrático de la ULL–. Por el momento que le tocó vivir, intentó regenerar el país. España había estado volcada hacia América. Se perdieron las colonias, con el famoso Desastre del 98, y entonces hay que repensar el país; él propuso mirar hacia Europa –conocía mucho la cultura europea; lo de españolizar a Europa es una boutade suya–. Quería europeizar España, que era un país cerrado. Aportó sus soluciones para el país y por eso sigue siendo actual”.

“La política es lo que hacía don Miguel y no precisamente cuando tenía un cargo, que también los tuvo: fue diputado y estuvo en el Ayuntamiento de Salamanca. Pasó su vida haciendo política y eso es lo que lo llevó a la tumba, justamente”, sentenció Luis García Jambrina, en referencia al descubrimiento hecho por el cineasta Manuel Menchón sobre la explicación de la muerte de Unamuno como un asesinato político motivado por el distanciamiento del pensador y la retirada de su inicial apoyo al bando sublevado frente la República durante la Guerra Civil.

Tacoronte Histórica dedicó tres actos a recordar la figura y la obra de Miguel de Unamuno en el Auditorio Capitol de Tacoronte: la mesa Miguel de Unamuno. Una vida de novela, en la que participaron el profesor de la Universidad de Salamanca y escritor Luis García Jambrina –autor de la novela El primer caso de Unamuno (Alfaguara, 2024) y coautor con el cineasta Manuel Menchón del libro La doble muerte de Unamuno (Capitán Swing, 2021), que recoge la investigación en la que se sostiene su documental– y el catedrático de Filología de la ULL y director de la Cátedra Unamuno, Marcial Morera. Ambos participaron también en el coloquio previo a la proyección de la película Mientras dure la guerra, moderados, respectivamente por Eduardo García Rojas y uno de los productores del festival, Pedro Mérida. A ello se sumó el coloquio previo a la proyección de la película Palabras para un fin del mundo, en el que participaron García Jambrina y García Rojas.

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