miércoles, mayo 14, 2025

El Reina Sofía acoge la mayor retrospectiva de Néstor Martín-Fernández de la Torre gracias a la colaboración con el museo TEA

La exposición, que recupera la figura del artista canario a través de casi 200 obras, llegará a Tenerife el próximo mes de octubre

El museo TEA Tenerife Espacio de las Artes ha organizado en estrecha colaboración con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y con el Museo Néstor de las Palmas de Gran Canaria la exposición Néstor reencontrado, una muestra antológica que recupera la figura del artista canario Néstor Martín-Fernández de la Torre (Las Palmas de Gran Canaria, 1887-1938), a través de casi 200 obras de diferentes disciplinas: pinturas de estilos diversos, murales, arquitectura y escenografías teatrales. Comisariada por el historiador Juan Vicente Aliaga, la muestra se presentó hoy (martes 13) en el museo madrileño donde permanecerá abierta al público desde el 14 de mayo hasta el 8 de septiembre. Tras su estancia en la capital, la muestra viajará a Tenerife para exhibirse en TEA Tenerife Espacio de las Artes desde el 24 de octubre.

El director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade; el consejero de Cultura del Cabildo de  Tenerife y presidente de TEA Tenerife Espacio de las Artes, José Carlos Acha; junto al director del Museo Néstor de las Palmas de Gran Canaria, Daniel Montesdeoca, y el comisario de la exposición, Juan Vicente Aliaga; presentaron esta muestra. Según el director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade, “esta exposición nos permite rescatar una figura central de la pintura de fin de siglo y hablar de una época que habitualmente permanece abandonada”.

El presidente de TEA, José Carlos Acha, destacó “la figura inmensa y polifacética de Néstor que ha marcado un hito en Canarias”. El director del Museo Néstor de las Palmas de Gran Canaria, Daniel Montesdeoca, subrayó también “la gran aportación de este artista culto y polifacético, que además de pintor fue uno de los más grandes figurinistas y escenógrafos de la época y que llegó a la epidermis del pueblo canario”. Por su parte, el comisario de la muestra, Juan Vicente Aliaga, resaltó “la capacidad de Néstor de separarse de la ortodoxia y cultivar algo inusual en la época, la indefinición de sus figuras que van más allá de los dos sexos o los dos géneros”.

La mayor parte de las obras que conforman esta muestra -con la que se pretende rescatar del olvido a un pintor inclasificable, que se movió entre el modernismo, el decadentismo y el simbolismo, y cuya obra mostró una profunda fascinación por los cuerpos andróginos, con una sensualidad y homoerotismo que desafió los estándares morales de su tiempo- han sido aportadas por el Museo Néstor de las Palmas de Gran Canaria. El lema ex tota vita ut opus faciamus artis necesse est / es necesario que hagamos de toda la vida una obra de arte, preside la vida y la obra de este pintor canario. 

Nacido en el seno de una familia acomodada, Néstor Martín-Fernández de la Torre fue un artista reconocido internacionalmente en su época, el primer tercio del siglo XX, que murió prematuramente, con 51 años, y dejó inconclusa su obra más ambiciosa, el Poema de los Elementos (agua, tierra, aire y fuego). De este proyecto solo llegó a exponerse el Poema del Atlántico (ocho lienzos). El Poema de la tierra (cinco obras terminadas y tras más inconclusas), con un alto contenido  erótico-sexual, permaneció en gran medida invisible. En estas series épicas de grandes pinturas, en las que los cuerpos masculinos y femeninos se funden en composiciones llenas de barroquismo y fantasía, el artista canario explora los principios esotéricos de la masonería, el erotismo exuberante y la representación de lo autóctono canario a través de la flora, la fauna y la profundidad insondable de sus aguas. Son obras centrales en su trayectoria que podremos  disfrutar en esta muestra. 

Néstor Martín-Fernández de la Torre nació en Las Palmas de Gran Canaria, pero pronto se desplazó a la península, primero a Madrid, donde inició su periodo de formación, y después a  Barcelona, donde vivió de 1907 a 1913, frecuentando los círculos modernistas. Bien recibido en la ciudad condal, expuso su obra en la sala Parés, con grandes críticas de Eugeni D’Ors entre otros. En 1913 se trasladó de nuevo a Madrid donde conoció a Valle- Inclán, Lorca y a un joven Dalí que quedó prendado por la audacia proto surrealista de su obra. Viajó también a Londres,  París y Bruselas y asumió los rasgos y preceptos de los prerrafaelitas, Whistler o de los simbolistas europeos como Gustave Moreau o Franz Von Stuck. Vivió en la capital francesa junto a su pareja, el compositor Gustavo Durán, durante una década. Su traslado a esta ciudad cosmopolita propició su despegue internacional, especialmente tras su exposición en la Galería Charpentier en 1930. 

En 1934, regresó a Las Palmas tras su ruptura sentimental y a causa también de los problemas económicos derivados de la crisis mundial de 1929. Murió inesperadamente en 1938 a consecuencia de una neumonía. Tras su muerte fue cayendo en el olvido y se fue perdiendo su huella en el arte español debido, según el comisario de la muestra, Juan Vicente Aliaga, “a que el régimen franquista se apropió de su obra y la convirtió en un mero exponente del folkclore  canario, y a causa también del declive que experimentó el simbolismo que el artista canario  practicó en gran parte de su obra”. 

Su relación con la masonería y el ocultismo o su papel de promotor de la cultura e identidad canaria a través de proyectos como el diseño y construcción del Parador de Tejeda o la serie de  paisajes Visiones de Gran Canaria (1928- 1934), son otras de las facetas que se abordan en esta exposición que ocupa 10 salas de la primera planta del Edificio Sabatini y que incluye además una extensa recopilación de publicaciones relacionadas con el artista: libros, cuadernos, revistas, pósters, postales y fotografías, que se exponen en varias vitrinas.

El Reina Sofía ha publicado además un catálogo con las obras que forman parte de la  exposición y que cuenta con los textos del comisario, Juan Vicente Aliaga, La singularidad de un artista simbolista extemporáneoLa fortuna crítica de Néstor, de Aitor Quiney; Néstor y la isla imaginada, de Ángeles Alemán y La conciliación de opuestos en la obra de Néstor: un viaje esotérico a través del arte y la masonería, de Fabio García Saleh.

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