Entrevista realizada para Culturamanía a los directores del Phe Festival, Iván T. Hall y Carlos Ulises Salazar, quienes nos adelantan los retos y novedades de la décima edición del evento, que tendrá lugar los días 5 y 6 de septiembre de 2025 en el Puerto de la Cruz, Tenerife. Un aniversario cargado de experiencias artísticas, compromiso sostenible y mucha música para seguir consolidando a Phe como referente cultural en Canarias.
Desde su fundación en torno a 2016 hasta la novena edición, ¿cómo definirías la evolución del PHE Festival en términos artísticos, de público y posicionamiento cultural?
Carlos: Desde su estreno con una edición de prueba que llamamos 0.0, Phe Festival ha vivido en su concepto una evolución orgánica y constante, a pesar de las circunstancias externas que han condicionado seriamente algunas ediciones. En cuanto al público, hemos crecido edición tras edición, en diversidad y fidelidad. Cada año vemos cómo el público local se mezcla con visitantes que viajan desde distintos puntos de Canarias, de la península también, atraídos por una experiencia que va más allá de los conciertos. Y en cuanto a posicionamiento, creemos que Phe se ha consolidado como un referente cultural en las islas y también un festival destacado en el circuito nacional con identidad propia, que cuida tanto el contenido como la forma.
Iván: Phe Festival ha crecido mucho en estos años, pero siempre hemos sido fieles a una línea artística cuidada y coherente. Desde el principio quisimos ofrecer algo diferente en Canarias: un cartel que apostara por el talento emergente sin renunciar a nombres consolidados, tanto a nivel nacional como internacional. Hemos pasado de una propuesta más modesta a una programación sólida, reconocida y respetada dentro del circuito nacional de festivales, por los artistas, la agencias con las que trabajamos… En cuanto al público, su evolución creo que ha sido paralela: más numeroso, pero también más curioso y abierto.
Con la celebración de su décimo aniversario en 2025, ¿cómo ha influido esta cifra simbólica en la conceptualización de la edición? ¿Se ha planteado de forma especial en términos de programación, identidad o mensaje del festival?
Iván: Diez años son una oportunidad para mirar atrás y agradecer, pero también para proyectarse hacia el futuro. Esta edición tiene algo de homenaje a la trayectoria artística del festival, pero también es una reafirmación de nuestra apuesta por la calidad, la variedad y un cierto riesgo. Hemos querido contar con artistas que tienen un peso simbólico en nuestra historia —o que nos hubiera encantado tener antes— y, al mismo tiempo, con nombres que representan por dónde va el pulso musical ahora. La idea es que el cartel refleje ese equilibrio entre lo aprendido y otros mundos por descubrir.
Carlos: Cumplir diez años tiene algo emocional y simbólico muy potente. Nos ha servido de inspiración y también cierta resiliencia para reforzar una identidad original: pienso que seguimos apostando por la música, la cultura y la sostenibilidad, con más ambición, pero sin perder la cercanía con el público, y sobre todo con el contexto que nos acoge en Puerto de la Cruz a nivel social y cultural.

En 2024 incorporaron el Espacio Domo con sesiones de DJ y una oferta cultural diversificada que incluía yoga, deporte urbano y catas. ¿Cómo surgió esta idea y qué papel tiene en la estrategia global del festival?
Iván: Desde el equipo de booking siempre hemos pensado que la música no termina en el escenario principal. El DOMO fue una apuesta para abrir una nueva línea de programación más centrada en la electrónica y en formatos no convencionales. Queríamos ofrecer otra dimensión sonora, con sesiones de DJs, live sets y propuestas más experimentales. Esa apertura también facilita nuevas colaboraciones y un carácter multidisciplinar. Tanto es así que este año multiplica su presencia y el concepto Phe Club con dos escenarios es una de las grandes apuestas.
Carlos: El Espacio Domo que este año será Escenario Deichmann fue una sorpresa que surgió de improviso como una evolución natural del espíritu de Phe, siempre buscando ampliar la experiencia más allá del escenario. Se pensó para los días previos como espacio y actividad promocional y a última hora quedó incorporado al festival con mucha fuerza. En cuanto a la programación paralela, es algo muy propio. Empezó siendo una forma de ampliar expectativas y públicos en diferentes ámbitos que terminan orbitando con el festival de música propiamente… Phe Gallery se acerca a ese colectivo artístico y creativo tan necesario, Phe Yoga se estrenó en pandemia, recogiendo también un tendencia global, el deporte urbano es una necesidad en la relación con públicos más jóvenes, las catas en Phe Wine tiene mucha relación con el territorio, la sostenibilidad y el producto local de algo tan nuestro como es la producción de vino en el norte de Tenerife…
La edición 2024 supuso un hito en sostenibilidad: obtuvisteis la certificación A Greener Future (AGF), midiendo la huella de carbono y adoptando medidas como vasos reutilizables, transporte público y purpurina biodegradable. ¿Qué impacto crees que esto tiene en la identidad del festival y en su reputación como referente cultural en Canarias?
Iván: Este reconocimiento nos llena de orgullo porque refuerza una de nuestras convicciones: un festival puede —y debe— ser sostenible. La certificación AGF no solo valida el trabajo que venimos haciendo desde hace años, también nos sitúa como referente en la aplicación de buenas prácticas en eventos culturales en Canarias. Creemos que el impacto es doble: por un lado, refuerza nuestra identidad como festival consciente, y por otro, genera una conexión muy positiva con el público, que valora y comparte ese compromiso.
Carlos: La cuestión sostenible es hoy un compromiso necesario y una exigencia. Cuestiones que desde 2017 veníamos practicando, que seguramente no llamábamos sostenibles, por iniciativa propia, como el uso de vasos reutilizables, la recogida diversificada… el año pasado incorporamos el consumo de agua de manera gratuita.
¿Qué novedades o ‘PheXperiences’ (cartelero artístico, Phe Gallery, yoga, deportes urbanos…) debiera destacar el público respecto a la experiencia para esta edición 2025, que celebrará ya los 10 años del festival?
Iván: Desde el punto de vista artístico, lo más destacable es la ampliación del formato: tres escenarios, mayor presencia de electrónica, y un equilibrio muy trabajado entre bandas consagradas, artistas en pleno crecimiento y propuestas locales de calidad. También estamos reforzando las sinergias entre artes plásticas y música, de forma más visible. Todo forma parte de una experiencia donde la música es el eje, pero no el único relato.
Carlos: Este año, quizá se refuerza el ámbito Family Friendly que tanto nos gusta en la parte diurna (por la noche los niños no pueden permanecer en el recinto a partir de una hora) con las colaboraciones del Instituto Astrofísico de Canarias o Sun Dance Family… Estamos preparando algunas experiencias nuevas por el décimo aniversario que conectarán sostenibilidad, medioambiente, economía circular…. Queremos que el público venga a disfrutar de los conciertos, pero también dar la oportunidad de una experiencia cultural más completa.
El cartel del PHE Festival siempre se ha caracterizado por una propuesta diversa y cuidada. En esta décima edición, ¿qué géneros musicales predominan y cómo buscan representar esa variedad en la programación?
Iván: La diversidad ha sido siempre una de nuestras señas. Este año, volvemos a combinar indie rock, pop alternativo, electrónica, urban, y propuestas híbridas difíciles de etiquetar. Esa mezcla no es casual: trabajamos para que haya un diálogo entre estilos, para que cada jornada tenga un ritmo propio, y para que el público pueda vivir momentos muy distintos dentro del mismo festival. No hacemos un cartel por algoritmos: lo hacemos escuchando, investigando y apostando por artistas que tienen algo que decir.

Este año ya habéis confirmado artistas como Judeline, Carlangas, Cycle, San Tosielo y Ale Acosta. En particular, la presencia de Nada Surf —una banda icónica del indie rock internacional— marca un punto alto en el cartel. ¿Qué significa para vosotros tener a un grupo de este calibre en el festival, y cómo encaja en la narrativa musical de esta décima edición?
Iván: Tener a Nada Surf en el décimo aniversario es un regalo para nosotros y para el público. Es una banda con una trayectoria impecable, muy querida por varias generaciones, y que representa de alguna forma el espíritu de Phe y la escena indie. Encajan muy bien en la narrativa de esta edición porque nos conectan con el imaginario musical de quienes llevan años creciendo con el festival, al tiempo que mantienen una frescura y una vigencia que resuena también en nuevas audiencias. Además de otros muchos artistas, como los canarios San Tosielo y Ale Acosta, incluso Cycle tiene vocalista canario , otra de las grandes apuestas este año es Judeline.
Carlos: Sí, Judeline es una artista que veníamos siguiendo desde hace unos años, la hemos visto crecer progresivamente en sus actuaciones y realmente es referente actual con una proyección enorme. Y el otro gran cabeza de cartel sería 2manydjs, que no es otra cosa que la ‘versión’ más gamberra y desenfadada de una formación como Soulwax, referentes mundiales de un rock electrónico inconfundible… con los que estamos encantados de que se hayan apuntado a este aniversario de Phe, que entre sus lemas principales tiene uno que dice #FiestaFiestaFiesta.
Este año, el festival crece físicamente y conceptualmente: de dos escenarios se pasa a tres, sumando el Escenario Principal y los espacios del Phe Club —Deichmann (DOMO) y FARO—, con una apuesta clara por la electrónica, la inclusión y la innovación. ¿Qué ha motivado esta expansión y cómo dialogan estos nuevos espacios con la experiencia global del PHE Festival?
Iván: La expansión responde, ante todo, a una necesidad artística. Sentíamos que había propuestas que merecían un espacio propio, con otro tipo de escucha y otro tipo de energía. Los escenarios DOMO y FARO permiten esa apertura hacia la electrónica, los formatos híbridos y los lenguajes más actuales, con un enfoque más club y menos masivo. Eso nos da libertad para programar artistas, djs y productores interesantes que quizá no encajarían en el escenario principal. Además, ayuda a construir una experiencia más plural, más rica y con mayor recorrido. Para nosotros, en cuanto a la labor de booking, es una forma de seguir creciendo sin perder la esencia.
Carlos: Esta expansión responde a una voluntad de seguir evolucionando y plantear crecimientos sostenibles. Siempre hemos defendido que la figura del dj es cultura, es aprendizaje y conocimiento musical. Queríamos diversificar la oferta sonora y escénica, generar nuevos ritmos dentro del propio festival y espacios con personalidad propia. En definitiva, no es otra cosa que una invitación a explorar nuevas formas de disfrutar la cultura.
Fotografías cedidas para la entrevista