Entrevista exclusiva para Culturamanía, en colaboración con el EXPOFORUM AUDIOVISUAL DE TENERIFE, donde Alec Hernández —director y creador digital con más de 3 millones de seguidores— nos comparte su visión sobre la evolución del lenguaje audiovisual, el impacto de la inteligencia artificial y el futuro de las narrativas digitales, conectando el mundo tradicional del cine con las nuevas formas de contar historias.
– Alec, empezaste subiendo vídeos a los 15 años y hoy acumulas más de 3 millones de seguidores. Desde tu mirada, ¿cómo ha cambiado tu forma de contar historias desde entonces hasta hoy?
Pues es muy buena pregunta. Lo que pasa es que, conforme he ido creciendo, también ha madurado mi forma de contar historias. Empecé con 15 años subiendo vídeos de Minecraft, y poco a poco fui escalando mis proyectos y mi manera de hacer contenido. Hoy en día ya hablamos de producciones con equipos de casi 100 o 150 personas en los últimos rodajes que he hecho. Es un nivel de producción muy grande, y obviamente, cuanto más profesionalizas lo que haces, más cambia la forma de contar y estructurar las historias. También cambia el enfoque que le das a cada pieza.
– Has sabido combinar el lenguaje cinematográfico con las narrativas digitales. ¿Qué lecciones del cine tradicional crees que siguen siendo clave en la creación de contenido online?
Yo creo que eso forma parte de mi estilo como creador. A diferencia de otros, yo me considero director, porque intento fusionar el lenguaje cinematográfico con la narrativa digital. Como bien dices, creo que es clave aprovechar lo que nos aporta el cine tradicional: sus procesos, su estructura, su forma profesional de contar historias. Pero también hay que adaptarlo al lenguaje de las nuevas generaciones. El verdadero reto —y también el truco— está en encontrar ese equilibrio entre lo clásico y lo digital, y aprovechar lo mejor de cada mundo. Y claro, si no te adaptas, el mundo te come.
– En un medio como el nuestro, con más de 10 años dedicados a la cultura en Canarias, hemos sido testigos de muchas transformaciones en el consumo de contenido. Desde tu experiencia con la Generación Z y tu trabajo con narrativas digitales, ¿cómo ves el futuro de la cultura audiovisual y el papel de los medios especializados como el nuestro?
Creo que tanto los creadores de contenido como los medios digitales con audiencias grandes tienen una responsabilidad tan importante como los medios tradicionales, e incluso a veces mayor. Hoy en día, dime qué medio tiene la misma audiencia que, por ejemplo, Ibai. Es difícil encontrar uno. Por eso es fundamental que los creadores sean conscientes de la influencia que tienen, y en su mayoría, lo son.
Además, la gente que llega a lo más alto muchas veces tiene valores sólidos y una visión clara. Saben cómo adaptarse a su audiencia y tienen conciencia de lo que comunican. A veces, sin embargo, vemos medios tradicionales criticando o generalizando negativamente a los youtubers, cuando en realidad deberían aprender a convivir con ellos e incluso a aprender de ellos. El futuro será un híbrido entre ambos mundos.
Ya lo vemos: plataformas como Netflix han recurrido a creadores de contenido para series, campañas, promociones… Un buen ejemplo fue la Premiere de la película de Minecraft, que capitalizó totalmente a través de influencers y redes sociales. Los proyectos que realmente conectan con la Generación Z son los que tienen estrategias de medios pensadas para ellos, y los creadores somos quienes mejor sabemos cómo llegar a ese público.
“La audiencia es el jefe más duro que hay”
– Has trabajado con marcas como Mahou, Revolut o Bandai Namco. ¿Qué cambia en tu proceso cuando el proyecto tiene un componente comercial frente a uno puramente artístico?
Es muy distinto, porque en publicidad estamos en otro workflow, en otro mundo. Cuando creo contenido para mi audiencia, tengo control total y lo hago como yo quiero, aunque también me adapto a ellos. Y ojo, la audiencia es el jefe más exigente que hay.
Pero cuando trabajas para una marca, hay que ajustarse a sus términos legales y a ciertas limitaciones. Aun así, siempre intento negociar libertad creativa. Si una marca me contrata, es porque confía en que sé cómo comunicar su mensaje a la audiencia. Y las campañas que mejor han funcionado han sido siempre aquellas en las que me han dado esa libertad para trabajar el guion y la estrategia. Respeto los límites legales, claro, pero creo que se pueden hacer cosas muy potentes si hay confianza mutua.
– Ahora que ha llegado la IA, ¿cómo ves esta nueva herramienta? ¿Es una ayuda?
Creo que, al menos por ahora, la inteligencia artificial es una ayuda, un complemento. No es una persona, pero yo la veo como un asistente. Puede optimizar el trabajo, reducir equipos y acelerar procesos. Eso sí, inevitablemente se perderán algunos puestos, porque la IA permite hacer en minutos lo que antes llevaba días.
Netflix ya ha dicho que reducirá costes de producción gracias a la IA. Pero al mismo tiempo, esto agiliza mucho los procesos, y ahí ganas. Como en la revolución industrial, habrá que adaptarse. En el ámbito creativo, lo que no se va a perder es la visión humana. Siempre será necesaria una persona que dirija, que guíe, que tenga ideas. La parte técnica —dibujar fondos, crear ambientes— se va a automatizar mucho, pero la dirección y la creatividad seguirán siendo humanas.

– ¿Qué herramientas basadas en IA te han sido útiles —si alguna— en tus procesos creativos recientes?
Uso sobre todo ChatGPT, tanto para el trabajo diario —correos, organización, síntesis de textos— como para desbloquear procesos creativos. No te da las respuestas definitivas, pero te inspira muchísimo. Es ideal para investigar, para conceptualizar, para plantear ideas.
Por ejemplo, le puedo pedir que me ayude a desarrollar un concepto, que diseñe algo en base a una idea… y muchas veces da en el clavo. En temas de diseño, guiones o brainstorming es muy útil. También uso Canva y toda la suite de Adobe, que ya integra IA para cosas como corrección de color, composición, etc. A veces ni somos conscientes, pero ya trabajamos con IA todos los días.
– Canarias tiene una creciente escena audiovisual y ventajas logísticas como plató natural. ¿Has explorado o contemplado trabajar aquí con alguno de tus proyectos?
Canarias me parece increíble. El año pasado vine por el CADE, que es un evento que se hace aquí, y me encantó. Hay muchísimo potencial: las localizaciones son brutales, hay talento local, la gente es muy buena onda y la gastronomía es una pasada.
Ahora mismo estoy desarrollando un proyecto que tiene mucho que ver con las islas, y mi intención es venir más por aquí. Creo sinceramente que es un lugar con muchísimo potencial y hay que aprovecharlo al máximo.
– Finalmente, Alec, tu participación en el Expo Forum Audiovisual de Tenerife es muy esperada. ¿Qué esperas aportar a este encuentro y qué tipo de diálogo o intercambio te gustaría generar con los profesionales y el público asistente, especialmente en relación con los retos y oportunidades de escalar proyectos audiovisuales en el contexto actual?
En estos eventos siempre intento aportar desde mi experiencia y también desde mi rol como speaker, que es algo que estoy desarrollando cada vez más. Considero este encuentro no solo profesional, sino también académico.
Mi objetivo es motivar, sobre todo a los jóvenes que se sienten identificados conmigo, a que crean en sus ideas y se animen a llevarlas a cabo. Si consigo que al menos una persona salga de ahí con ganas de empezar su proyecto audiovisual, ya me doy por satisfecho. Por eso creo que estos espacios son tan importantes.