martes, abril 30, 2024

El viaje del empoderamiento de Bella Baxter en «Pobres Criaturas», dirigida por Yorgos Lanthimos. Por Jesús Hernández

Lanthimos teje una historia de liberación femenina en un mundo victoriano distópico, con humor negro y toques de ciencia ficción.

Anoche, pude ver en los Multicines Tenerife de La Laguna, la película «Pobres Criaturas» en VOSE, una adaptación de la novela de Alasdair Gray dirigida por el aclamado director Yorgos Lanthimos, conocido por obras como «El sacrificio de un ciervo sagrado», «La favorita» y «Langosta». Esta vez, Lanthimos nos presenta su obra más extraña y, a la vez, su más destacada hasta la fecha. Además, cuenta con un elenco magnífico encabezado por Emma Stone (conocida por su trabajo en «La La Land» y «Cruella»), quien interpreta al personaje principal, acompañada de Mark Ruffalo («Ahora me ves», «Shutter Island»), Willem Dafoe («El faro»), Ramy Youssef, entre otros actores y actrices.

Lanthimos no se adhiere a los convencionalismos del cine, sino que elabora sus películas con una expresión inexpresiva que realza la calidad surrealista de sus premisas, revelando verdades fundamentales sobre la experiencia humana. Su colaboración previa con el guionista Tony McNamara en «La favorita» fue sólida, pero esta vez, en «Pobres Criaturas», su inclinación por ángulos amplios distorsionados y su comprensión de relaciones complicadas y enredadas lo llevan a nuevos niveles de excelencia cinematográfica.

«Pobres Criaturas» narra las vivencias y la evolución mental de Bella Baxter (interpretada por Emma Stone), un cadáver reanimado de una mujer con la mente de una niña, creado por el Dr. Godwin Baxter (Willem Dafoe), un personaje emocional y literalmente marcado que recuerda a una especie de Frankenstein. Apodado sutilmente como «Dios», Godwin invita a uno de sus estudiantes, Max McCandles (Ramy Youssef), a tomar notas detalladas sobre los procesos cognitivos en desarrollo de Bella. Este hecho eventualmente lleva a McCandles a proponer matrimonio al pabellón infantil en representación de los crecientes sentimientos paternales de Godwin. Sin embargo, Bella no está dispuesta a ser atada tan pronto en su nueva vida y decide huir con el ingenuo abogado Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo) en una aventura para explorar el mundo y, para su creciente deleite, experimentar las maravillas de la gratificación sexual.

El universo de Bella se vuelve mágicamente colorido a medida que se abre y se expande con conocimiento, belleza e intriga, todo en el contexto de un mundo adyacente al nuestro, pero con un toque de ciencia ficción. El diseño de producción de Shona Heath y James Price sumerge al público en las maravillosas ciudades que Bella visita, creando un mundo donde el siglo XIX se fusiona con sensibilidades modernas y bases científicas.

El vestuario diseñado por Holly Waddington, especialmente para Bella, es una mezcla hábil de tropos de época y modernidad que se integra perfectamente con el diseño de producción, consolidando la película tanto en su contexto temporal como en el ámbito de la ciencia ficción. Además, la música inquietante, vibrante y grandiosa de la querida banda independiente Black Country, Jerskin Fendrix, miembro de New Road, aporta alma al mundo construido por Lanthimos.

La actuación de Emma Stone como Bella es absolutamente brutal, siendo este papel el que parece haber estado esperando toda su carrera. Stone logra aprovechar su experiencia cómica innata y, al mismo tiempo, mostrar sus subestimadas habilidades dramáticas. Su actuación física es notable, entregándose por completo al desarrollo físico y mental del personaje de una manera extremadamente efectiva y emocionante de ver.

Las escenas más íntimas fueron filmadas con luz natural y micrófonos manipulados, lo que garantizó la comodidad de los actores en el set. Además, se contrató a una coordinadora de intimidad, Elle McAlpine, para asegurar que todas las escenas se llevaran a cabo de manera respetuosa y profesional.

En definitiva, «Pobres Criaturas» es una historia sobre identidad, autoridad cuestionada y la lucha por la igualdad y la libertad de las mujeres en una sociedad machista. Aunque se presenta como una fantasía hilarantemente absurda, es, en última instancia, una meditación sobre cómo nos definimos a nosotros mismos y cómo nos liberamos del condicionamiento social para ser quienes realmente queremos ser. Vale la pena verla.

Mi puntuación: 9

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