Como coda del Festival de Danza Canarias Dentro y Fuera del pasado diciembre, los organizadores programaron una doble sesión los días 24 y 25 de febrero en el Teatro Victoria, con 3 espectáculos cada día. Aunque nos hubiera gustado poder asistir a los dos días, lo cierto es que el volumen de actividades culturales que se realizan en la isla, provoca que en ocasiones coincidan en las mismas fechas varios actos, como nos ocurrió en esta ocasión, lo que nos imposibilitó asistir a las actividades del primer día. Por ello, solo pudimos ver las propuestas de Élida Dorta, Susana García Dorta y Nauzet Castellano que, aunque eran actos independientes, abordaban desde el arte, pues las actuaciones iban más allá de la danza, aquello que nos hace ser seres humanos.

Élida Dorta (The Power of the End. La Mancha)

La sesión comenzó con la actuación de Élida Dorta que, en sí, fue más una intervención artística que una propuesta de danza. La ausencia, representada por la artista cubierta con un paño negro, de ahí el nombre de la obra, La Mancha, fue el eje estructurador de la acción a la cual acompañó con la voz, entonando diversos cánticos algunos de ellos en gallego como recuerdo/homenaje a los orígenes de su abuela materna. La artista jugaba con la tradición de las meigas, los conjuros y la muerte envuelto en un ambiente de duelo. En esta parte de la performance la artista jugó con la luz para crear sombras o iluminar su boca cuando cantaba mientras el resto de su cuerpo debía permanecer en la oscuridad. Élida acabó la pieza cantando tras las puertas entornadas del balcón integrando la realidad de la calle a la intimidad de la sala.

Susana García Dorta (Encanto resonante)

¿Qué somos en estos tiempos en donde sentimos la presencia de la máquina en cada aspecto de nuestra vida? Susana se embarcó en un intento de comprender cómo la Inteligencia Artificial está cambiando nuestro mundo y, para ello, nos presentó una obra que, desde un principio jugaba con el equívoco entre la creatividad intra y suprahumana ya que era la consecuencia directa de un experimento entre Susana y diversas IA.

La propuesta era innovadora en cuanto a su concepción, una proyección del futuro que la artista imagina con la fusión de la tecnología y la creación humana. En la primera parte realizó su danza con una cadena de leds como única iluminación en la sala para, seguidamente, proyectar imágenes en su cuerpo y pared generadas por el programa DALI. Y esa es la duda que nos plantea: ¿quién es realmente la autora?

Nauzet Castellano (Track Nº1)

La tercera propuesta en este viaje hacia el interior del ser humano fue la presentada por el bailarín Nauzet, en donde intenta, a través del baile, experimentar con la libertad. Basando su pieza en el waacking, vemos desfilar a lo largo de la obra movimientos propios de ambientes urbanos y de discotecas pues no hay que olvidar que este estilo, resurgido en los últimos años a la sombra de redes sociales como TikTok, tuvo su génesis en los bares y clubs del mundo homosexual latino y afroamericano de los años 70 en la costa oeste de Estados Unidos. Movimientos que pueden parecer convulsos, son solo expresión de la ruptura con las ataduras cotidianas que vivía esa comunidad de ahí que el waacking se practique con música disco, por su carácter festivo. Sin embargo, en esta ocasión Nauzet prefirió elegir una melodía más sosegada, podríamos decir que más artística, como reconoció en el diálogo posterior con el público, ya que buscaba un ambiente sonoro que no lo sacara de su experiencia, lo que sí le ocurría con la música disco.

Como se puede apreciar, 3 propuestas que versan sobre la vida (ausencia, libertad y creación) en estos tiempos de perenne cambio. El cuerpo como libro abierto para leer el mundo que nos rodea.

Autoría del texto: Conxa Alfaro. Fotografías: Álex Ro