viernes, julio 25, 2025

“La Coleccionista”: Manuel Sanabria, Belén López y Daniel Grao nos hablan de brujas, traumas y justicia sobrenatural

En el marco del Festival Lo Que Viene, celebrado en el TEA Tenerife Espacio de las Artes, Culturamanía tuvo la oportunidad de entrevistar a Manuel Sanabria, director de La Coleccionista, y a parte del reparto principal: Belén López y Daniel Grao.

Los encargados de esta conversación fueron Norberto Trujillo y Jonathan Medina, quienes ahondaron con los artistas en el tono sobrenatural del film, sus influencias del cómic de terror, los paralelismos narrativos y el carácter enigmático de sus personajes, en especial el de Fátima, la bruja moderna que todo lo mueve.

[AVISO DE SPOILER]

La siguiente entrevista contiene detalles argumentales relevantes de La Coleccionista, película aún no estrenada comercialmente. Se recomienda a los lectores sensibles a revelaciones anticipadas que lean bajo su propia responsabilidad.

El personaje de La coleccionista tiene un carácter anacrónico de. A pesar de ser una bruja actual, visualmente recuerda a una figura completamente fuera de su tiempo. Incluso el personaje del santero que intenta ayudarles tiene también un aire anacrónico. ¿Cómo fue la creación de ese personaje?

Belén López: Pues yo lo trabajé pensando en que es una mujer con muchas vidas. Aparece y desaparece cuando quiere, hace lo que quiere. Ella es la que mueve todo el cotarro. Es poderosa, maneja todo.

Manuel Sanabria: Sí, totalmente. La película hereda esa imaginería del terror clásico: la bruja, el santero, el misterio. Hay muchas cosas que se dejan en el aire… Ojalá poder contarlas en sucesivas películas de ‘La Coleccionista’. Ese santero, por ejemplo, claramente tuvo algo con la bruja. Le pusimos una cicatriz en la cara con toda la intención. Ella es como una bruja de cuento, pero del siglo XXI. Porque incluso en las primeras versiones del guión no se marcaban edades, pero todos pensábamos en la bruja de Blancanieves, en actrices mayores. Pero queríamos una bruja del siglo XXI. Fátima (Belén) es una actriz muy potente. Desde el principio tuve claro que ella sería perfecta para el papel. Y sí, hay elementos muy de cómic de terror: las cabezas cortadas, los santeros enfrentados a las brujas… pero todo integrado en un mundo real, muy español y castizo. 

En la película, da la impresión de que tu personaje realmente es una justiciera, una antiheroína.

B.L: Totalmente. No es un personaje negativo. Al principio parece oscura, pero al final pone en su sitio a quien ha hecho mal.

M.S: Eso era muy importante: mostrar que quien parece «la mala» en realidad es la que hace justicia. Todos los protagonistas arrastran traumas, deudas del pasado. Y ella, de alguna manera, los obliga a enfrentarse a ellos.

Hay un paralelismo entre las dos historias principales de la película: ambas tienen muertes de niños en un río, ambas familias arrastran traumas. Incluso se usa un mismo recurso para que los personajes se «duerman» con medicamentos u opiáceos. ¿Fue intencionado o surgió durante el proceso de escritura?

M.S: Me encantaría decir que no, porque el análisis está muy bien, pero sí, había intención. Quería que las dos historias tuviesen protagonistas con heridas abiertas, con cuentas pendientes. Y sí, lo de los opiáceos también está en mis otras pelis. Hay drogas en todas [risas].

¿Y lo de hacer una especie de antología, tiene relación con ‘Historias para no dormir’ en la que ya habías trabajado u otras series del estilo?

M.S: Sí, hay algo de eso. Me marcó mucho Creepshow, En los límites de la realidad… Pero no quería hacer cuatro o cinco historias, porque eso deja poco espacio para desarrollar personajes. Por eso lo limité a dos: así podía construir un arco dramático en cada una, no solo sustos. Es un híbrido: una antología, pero especial. Además, bebe del cómic, de cosas como ‘Creepy’o ‘Eerie’, donde cada historia es una historieta con su propio mundo.

Daniel, has comentado que este personaje te interesaba porque era un reto, algo que no habías hecho antes. ¿Cómo fue prepararlo, sobre todo teniendo en cuenta que una parte de él es producto de la mente de otro personaje?

Daniel Grao: Eso ayudaba mucho. El género también. Te permite arriesgar más, dar ese salto sin miedo a pasarte. Pero como actor, siempre busco que todo esté justificado. Si no lo siento de verdad, me siento falso, aunque funcione en pantalla. Por eso tenía miedo. Claro, luego ves la peli y piensas: «Vale, tiene sentido». Pero en el rodaje era como: «¿Me estaré pasando?». Además, se me colaban imágenes tipo Jack Nicholson en ‘El resplandor’, y quería evitar copiar o caer en lo paródico. Tenía que hacerlo desde mí, desde lo que yo vivo.

¿Y en cuanto a la comedia? Dijiste que tienes ganas de hacer más.

D.G: Sí, y la única que se atrevió a ofrecerme comedia fue María Ripoll. Hicimos ‘Yo no soy esa’, con Verónica Echegui. Mi personaje aparecía en el último tercio y era muy exagerado, menos realista. Me lo pasé pipa. El equipo se moría de risa, incluso querían hacer un spin-off del personaje. Pero claro, en drama o thriller hay como un termómetro: si tú estás sintiendo, funciona. En la comedia, el efecto está fuera, tú no te puedes estar riendo. Veía al equipo reírse y pensaba: «Vale, entonces algo estoy haciendo bien».

¿Te gustaría explorar más este tipo de comedias? 

D.G: Sí, aunque sé que no haré comedia como Carmen Machi, que te hace gracia solo pidiendo un café. Pero sí que me veo en algo como las comedias de Sánchez Arévalo. Ahí podría encajar. Me gusta esa comedia con verdad, donde sufres la situación, pero el resultado es gracioso. También me apetece reírme de mí mismo, explorar eso. Ojalá surjan más oportunidades.

Fotografía cedidas por Prisma Ideas

Popular Articles