sábado, mayo 4, 2024

Nadia Hafid: “Mi estilo es muy atmosférico, le doy más importancia a las sensaciones que a la historia”. Por Noé Ramón

Nadia Hafid es una joven catalana que se ha lanzado a un mundo tan inusual como el del cómic y además lo ha hecho en su vertiente más creativa y personal, por lo que el reconocimiento que han recibido sus dos primeras obras, El Buen Padre y Chacales suponen un doble mérito. El primer trabajo obtuvo el galardón a la Mejor Autora Emergente de la Asociación de Críticos del Cómic y el segundo, acaba de recibir el del programa Ojo Crítico de Radio Nacional de España (RNE), en una categoría propia que cumple su tercera edición.

El recorrido de Hafid es similar al de otros creadores pero llegando a conclusiones diferentes. Desde muy pequeña comienza a devorar tebeos en las bibliotecas, se siente muy atraída por las historietas y de hecho cuando le preguntaban qué quería ser de mayor respondía sin dudar: “Pintora, pintora”. Cómo otros muchos artistas encontró en la carrera de Bellas Artes la mejor manera de canalizar su vocación convertida ya en una auténtica pasión. Y también al igual que la mayoría de sus compañeros sus inicios se sitúan en la autoedición plasmada en los fanzines. Lógicamente el escenario que se encontró es muy distinto al underground que existía en los años setenta más dirigidos a la controversia y a los mensajes críticos que marcaban aquella época.

Las primeras veces que mostró sus trabajos fue en festivales en los que pudo constatar una muy buena aceptación que le animó a seguir adelante. En aquellos momentos ya tenía clara en su cabeza la idea central de su primera obra El Buen padre, extraída de la experiencia de su padre, un inmigrante de Marruecos que atravesó todo el duro proceso de alejarse de su familia y de su ciudad natal, Meknes.

Tardó todavía un tiempo en encontrar el momento adecuado para sacar esta obra a la luz, seguramente por lo que representaba para ella desde el punto de vista artístico y personal. Fue en 2020 en plena pandemia cuando El Buen Padre vio la luz y por ello a causa del confinamiento durante un tiempo vivió con la incertidumbre de comprobar cuál había sido la aceptación. La concesión del premio a la Mejor Autora Emergente le hizo muchísima ilusión y más aún cuando lo recibió junto con el dibujante Paco Roca, al que considera “todo un peso pesado”. El galardón supuso, en un momento clave de su vida y carrera, un empuje y una reafirmación para seguir adelante con sus arriesgadas propuestas.

Nunca ha abandonado la autoedición en cuanto le permite experimentar y “pensar con más libertad”, la diferencia es que ahora lo hace junto con otros autores. Su última obra llamada Chacales venía rondando por su cabeza desde hacía tiempo, siempre tuvo claro que debía ser el relato de tres personajes con otras tantas historias diferentes pero con un nexo común. Hafid se ha decantado por el cómic de autor y un estilo original que ella define como “muy atmosférico, le doy más importancia a las sensaciones que al desarrollo de la historia”. Otros adjetivos que utiliza para referirse a sus creaciones son las de “minimalista, sintéticas… pero me cuesta mucho definirme, no soy del todo consciente de lo que realmente hago”. Curiosamente los lectores coinciden en usar idénticos términos para calificar su obra y tal vez por eso de forma inconsciente los ha acabado haciendo suyos.

Resulta especialmente complicado concretar un trabajo que tiene una marcada línea experimental y está menos encorsetado en los cánones habituales de la mayoría de autores. Ella por su parte se ha dejado influenciar por creadores diferentes que la han llevado a explorar los terrenos de un cómic más libre y relacionado con otras disciplinas artísticas. En cuanto a temática desde sus primeras obras en fanzines y luego de forma más concreta en El Buen Padre y en Chacales, ya quedó clara su atracción por la soledad, la frustración y el desarraigo, consecuencia directa de las experiencias vividas en una familia marcada por la inmigración. Una línea que en vez de agotarse en estas dos obras, muy al contrario cada vez se va incrementando aún más.

La concesión del premio Ojo Crítico la considera “una súper buena noticia” y se confiesa afortunada de estar disfrutando en primera línea de un momento muy particular en la joven historia del cómic en el que se valora el trabajo de los autores que se lo merecen. También resalta la importancia de que los tebeos hayan salido del mundo infantil en el que estaban confinados, se avance en propuestas más experimentales y adultas y sea considerado ya un arte a la misma altura que los demás. “Ahora se nos toma más en serio y se nos equipara, por ejemplo, con la fotografía o el cine”, indica lo que se ha acentuado aún más este año con la celebración oficial del Primer Día del Cómic. Una iniciativa que considera “toda una oportunidad para visibilizar nuestro trabajo y para que los autores cuenten con el mayor apoyo posible”.

Nunca ha sido muy aficionada a los tebeos de superhéroes pero respeta a sus creadores al igual que hace con el cine de acción. Confiesa que le gustaría que sus propuestas se plasmaran en las pantallas donde el formato más adecuado y habitual sería el cortometraje, y lo hace porque “siempre es bueno experimentar. No me extrañaría que surja este tipo de proyectos de animación, lo único que me preocuparía es que llevan mucho tiempo”.

Y es que en estos momentos tiene en mente su tercera obra y se encuentra en pleno proceso de efervescencia y ebullición escribiendo ideas en una libreta e imaginándola con el fin de poder pasarla a la realidad. Aún no quiere adelantar nada de este trabajo, precisamente por eso, porque está en la fase de “anotar y pensar”. La joven ha colaborado ya con el suplemento Babelia de El País y en varias publicaciones internacionales como The New York Times, The Economist, The New Yorker y The Washington Post, siempre como ilustradora. En esta última faceta deja de lado su papel de guionista para sumergirse en historias de otros, una alternativa que no le desagrada aunque realmente prefiere ser a la vez guionista y dibujante.

Dentro de los premios de peso obtenidos está también el de la revista musical Rock de Lux que incluyó El Buen Padre en la lista de los cien mejores cómics nacionales, lo que supone “un apoyo, un motor para seguir trabajando y llegar un mayor número de gente”. Y más aún cuando se trata de un mundo especialmente duro y complicado, tanto en lo que se refiere a la competitividad y reconocimiento, como a la obligación de permanecer sola durante el proceso de creación y luego “tardar en llegar a los lectores y recibir su respuesta”. Turquía y Francia son otros puntos en los que han visto la luz sus obras, en el primer caso la aceptación ha sido positiva pero en el segundo todavía es demasiado pronto para ver los resultados.

A los nuevos autores les advierte que se lanzan por un camino complicado donde el trabajo, por muy duro que sea, no garantiza que se obtengan los resultados deseados. “Pero no quiero ser pesimista, si les interesa este mundo que exploren, experimenten, jueguen, descubran y aborden sus dibujos como una herramienta muy interesante y con muchas posibilidades para contar historias y dar a conocer sus reflexiones”.

El próximo 21 de junio a las 18:00 horas será entrevistada en vivo por la Fundación Canaria de Cine + Cómics, dentro de la serie Encuentros de Autoras. Hafid desconocía la existencia de la Fundación y agradece su invitación que interpreta como una buena oportunidad para tomar contacto con más aficionados y dar a conocer sus creaciones.

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