sábado, octubre 12, 2024

Tras décadas de silencio, Guadalupe González Taño comparte la conmovedora conexión entre su historia familiar y la política de La Palma en ‘El Último Alzado’

En una conversación exclusiva con Culturamanía, Guadalupe González Taño nos sumerge en los entresijos de «El Último Alzado». Desde el impulso inicial hasta cómo entrelaza su historia familiar con la trama política de La Palma, la autora comparte detalles interesantes. Descubre los escenarios clave, los personajes y las motivaciones políticas en esta narrativa reveladora que conecta la vida del alzado con la propia experiencia política de Guadalupe. Un viaje a través de décadas y eventos que dejaron una marca imborrable.

¿Cuál fue el factor desencadenante que llevó a Guadalupe González Taño a escribir «El Último Alzado» y cómo la pandemia influyó en este proceso?

Desde niña quería conocer la historia de mi abuelo porque era un tema tabú en mi familia. Mi abuela me contaba retazos de esa historia. Así que a lo largo de los años fui guardando documentación y recogiendo testimonios. La pandemia del Covid19 lo que hizo fue darme el tiempo para escribir el libro.

¿Cómo se entrelazan las experiencias personales y familiares de Guadalupe con la historia política de La Palma en su libro?

Todo el libro nace de historias relatadas por testigos directos o indirectos, pero había que entrelazar y explicar e imaginar los sucesos esa es probablemente la parte en la que me ayudo mi experiencia personal.

¿Qué papel juega Santa Cruz de La Palma, Garafía y otros lugares de la isla en la trama de «El Último Alzado»?

Los escenarios eran fundamentales en esta historia. Garafia es el punto central donde suceden los hechos pero Santa Cruz de La Palma, con la Semana Roja o Santa Cruz de Tenerife en lo que tiene que ver con Fyffes son también escenarios clave.

¿Cómo describe el libro las vivencias y pensamientos de personajes clave como Guadalupe, Domingo, Silvano, y Antonio González Cabrera en el contexto de la novela?

El libro está escrito siempre en primera persona. Cada uno de ellos relata su visión de la historia. Y eso nos permite una visión mucho más amplia no sólo de lo que ocurrió sino de cómo lo vivieron las personas que rodeaban a los protagonistas para mí era muy importante trasladar la visión de mi abuela que se ve con 30 años metida en una situación que cambió por completo su vida para siempre.

Antonio González Cabrera parece ser el principal relator en la novela. ¿Cómo se desarrolla su personaje a lo largo de las décadas que abarca la narrativa, y cuáles son los temas sociales y políticos que aborda?

El libro empieza con el viaje de Garafía a Santa Cruz de La Palma para ser soldado, pasando de la infancia a la vida adulta, de la luz de esos primeros años de juventud a la oscuridad posterior. Y termina con un viaje, el de Domingo, hacia la libertad. En el fondo es una metáfora de ese viaje que es la vida.

¿Cuáles eran los problemas específicos que Antonio González Cabrera deseaba abordar en La Palma, especialmente en el norte de la isla, y cómo buscaba resolverlos?

Garafía fue, todavía es, la zona más alejada de los centros de poder de La Palma, por eso la reivindicación principal de esta zona fue siempre una carretera que finalmente se construyó y supuso la emigración de la población de Garafia a otras zonas. Pero teniendo en cuenta que su madre, él y todos sus hermanos eran maestros la educación es muy importante para ellos. Lo sé además porque mi abuela, su mujer, y su hijo, mi padre estaban obsesionados con que fuéramos a la universidad.

¿Cómo influyeron las circunstancias sociales y las carencias en la determinación política de Antonio González Cabrera, según lo retrata el libro?

En el libro se intenta describir la situación por la que se producen los movimientos políticos que se desarrollaron en la primera mitad del siglo XX en La Palma y en Canarias. La monarquía y el clero de la época representaban para ellos los poderes que impedían la igualdad social. Por eso la evolución hacia el republicanismo, luego el socialismo e incluso en el caso del hermano el comunismo.

¿Qué importancia tiene la historia familiar de Guadalupe González Taño en su trayectoria política, como se revela en «El Último Alzado”?

Cuando yo comencé mi trayectoria política desconocía por completo esta historia, pero seguramente mi abuela, la mujer de Antonio, una mujer rebelde y contestataria, tuvo que ver con mi necesidad de implicarme en política.

¿Cómo se presenta la rebelión y el deseo de cambio en el personaje de Antonio González Cabrera a lo largo de la historia?

En el libro se intenta que el lector se ponga en la piel de una persona que quiere cambiar las cosas, que poco a poco, pese a no serle necesario, tenía propiedades y era maestro, siente la necesidad imperiosa de hacer más. Yo creo que la política es una vocación, es difícil abstraerse de ella si sientes y tienes la oportunidad de implicarte.

¿Qué impacto tuvo la participación de su abuelo y tío abuelo en el Cabildo y el Parlamento en la vida política de Guadalupe González Taño, y cómo descubrió estas conexiones a lo largo de su carrera?

Impacto no pudo tener porque, tal y como explico, yo no conocía la historia cuando ocupaba esos cargos. Las conexiones las fui descubriendo por casualidad o por “el destino” como digo yo siempre. Además da la casualidad de que el libro lo escribo justo cuando dejo la actividad política, así que, a no ser que algún día se descubra un gen que te lleva a meterte en política, ellos influyeron poco. Más bien fue doloroso pensar que donde mismo yo estaba sentada en el Parlamento habían sometido a mi abuelo a un Consejo de Guerra.

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