El verano es de los OVNIs. Creo que no existe ninguna estadística que apoye esta afirmación, pero la realidad es que esta sentencia hizo fortuna hace décadas, apuntalando el concepto periodístico de serpiente de verano. Quienes tienen algunos años saben que antes de “leyenda urbana” y “fake news”, se acuñó serpiente de verano para referirse a noticias de poco fiar que, de forma recurrente, emergían por temporadas. Surgió para encasillar las informaciones que desde Escocia se exportaban al mundo al llegar el verano, relativas a la aparición de Nessie, el popular monstruo del Lago Ness. Obviamente, si ese crytido de cuerpo serpentiforme existió alguna vez, cosa que personalmente no pongo en duda, andaría por el lago todo el año, pero era en verano cuando con más frecuencia se producían avistamientos atribuidos a la criatura. La prensa, y en especial aquellos empeñados en combatir a toda costa lo que no pueden explicar, argumentaron que los relatos eran falsos, por engaño o por confusión, pura distracción veraniega, sin caer en la cuenta que aquellas regiones apenas tenían visitantes el resto del año, de manera que en la época estival había más ojos mirando a sus aguas. Más ojos, más horas, mejor visibilidad…más casos de avistamientos. Lo dicho, “serpiente de verano” llegó para quedarse y se hizo extensivo a toda información tocada por el misterio que experimentara cierta temporalidad, como ocurre con el fenómeno OVNI, usándose de forma tendenciosa para restarle credibilidad a los hechos comunicados. Es posible que ese estigma de la duda estuviera justificado en muchas ocasiones, pero generalizar siempre es injusto. Hoy, las serpientes de verano están vigentes todo el año, y son mucho más abundantes en el terreno de la política, la economía o el mundo empresarial. Hoy más que nunca la mentira pura y dura, camuflada del eufemismo de posverdad, es la norma. Nos las meten dobladas todos los días varias veces, sin ruborizarse, sin achantarse, una trola tras otra, construyendo “realidades a medida” de lo que cada partido político, marca comercial o gran poder, necesitan. Pero bueno, esa es otra historia.
En el terreno de la ufología, de los OVNIs, la idea de que los avistamientos son más frecuentes en verano se sustenta en cierta lógica: en el verano hay mejor tiempo, mejores temperaturas, cielos más despejados, y, potencialmente, algo más de tiempo libre o margen para usar el disponible. Dicha regla no escrita sería aplicable a Canarias durante la práctica totalidad del año. A poco que reflexionemos, y más allá de la broma fácil sobre el veraneo alienígena, los factores mencionados, sumados a la alta densidad de tráfico aéreo y marítimo que soportan las islas, nos ayuda a entender algunos de los motivos por los que tradicionalmente se comunican tantas observaciones en las islas. Más gente mirando durante más tiempo, más nitidez de nuestros cielos, alta densidad de estímulos….igual a más avistamientos en Canarias.
Conectemos ahora con el título de este artículo de Culturamanía Magazine ¿es posible llamar a los OVNIS? ¿La llamada es más efectiva en verano? Quién sabe. Lo cierto es que al menos desde el 13 de agosto de 1979, cuando el mítico Antonio José Ales convocó la primera Operación Alerta OVNI radiofónica, los veranos han sido la estación señalada para llamar la atención de los curiosos y aficionados a los OVNIs, invitándoles a otear el cielo de forma especial. Hubo un precedente a todo ello, que como no podía ser de otra manera, emergió de Canarias y de la figura de Paco Padrón. La “Operación Unidad Planetaria”, organizada el 22 de junio de 1978 por la Sociedad Atlántica de Investigaciones Parapsicológicas, era una propuesta de meditación por la paz y el amor a nivel planetario que, realmente, encubría una alerta ovni. Tal y como se planteó, en un contexto de filosofía rosacruciana, el contacto con seres de otras dimensiones aconsejaba esa meditación mundial, sincronizada con las 23:00 H hora canaria, para sanar energéticamente al planeta. Se repitió varios años con alcance mundial. Para el recuerdo, con el regustillo de las alertas, Miguel Blanco convocó a miles de personas el 24 de junio de 1989 en Las Cañadas del Teide, con una histórica emisión de su Espacio en Blanco. También fue memorable la Noche de los Cazadores de OVNIS que Juan Antonio Cebrián impulsó el 5 de julio de 1997 desde Onda Cero y su mítico Turno de Noche, con el apoyo de la revista Año Cero. Más de 450 grupos de observadores por toda España que aglutinaron a cientos de miles de personas alrededor del misterio OVNI. Hoy, y también antes, la propuesta suele ser puro entretenimiento, una fabulosa escusa para charlar sobre el fenómeno mientras se aprende a escudriñar el cielo desde el punto de vista astronómico, aeronáutico, satelital y meteorológico. No obstante, es cierto que en el pasado algunas de estas convocatorias se alimentaron la idea de un contacto “pactado”, es decir, con la supuesta confirmación de que en el día señalado los OVNIS se dejarían ver. Desde entonces se han organizado muchas alertas, a nivel regional y nacional. Desde Crónicas de San Borondón, en Canarias Radio, hemos hecho lo propio en varias ocasiones. La última actividad tuvo lugar el sábado 5 de julio de 2025, en colaboración con la sección del Valle de Güímar de la Unión de Radioaficionados de España, URVAG. ¿El motivo? Pasar un buen rato juntos, mirando de reojo al fabuloso cielo del que podemos disfrutar en Canarias.
José Gregorio González