La saxofonista canaria Alba Gil Aceytuno estará hasta el 30 de marzo desarrollando una residencia artística dentro del Proyecto Europeo Edge
“Las conexiones entre estos festivales y, por lo tanto, entre artistas de Canarias, Azores y Chipre nos ayuda a entender nuestra identidad”
Tremor es un festival que explora las relaciones entre la música y el territorio, con un formato múltiple que se desarrolla en salas de conciertos, tiendas, etc. Allí se encuentra esta semana Alba Gil Aceytuno desarrollando una residencia artística bajo el sello Keroxen. La saxofonista, de Las Palmas de Gran Canaria, muestra su personalidad y energía musical cargada de tintes de jazz, hip hop, punk rock y folclore canario.
El Proyecto Europeo Edge une tres eventos destacados de algunos de los territorios periféricos de Europa: Tremor, en Azores; Keroxen, en Canarias y Fengaros, en Chipre. Se trata de una plataforma que aglutina diferentes culturas, géneros musicales, temas de discusión y preocupaciones medioambientales, para fomentar debates y colaboraciones constantes entre sus miembros.
Alba es una de las artistas que forman esta red de experimentación y desarrollo de proyectos musicales. Su currículo es extenso, graduada en el Conservatorio de Música de Las Palmas de Gran Canaria, ha participado en numerosos proyectos musicales entre los que destacan Los hermanos Thioune, Tamara Baas, Amaguk, Don’t Cut the Tree o la Gran Canaria Big Band. En 2021 presentó su proyecto personal Aguayro y actualmente forma parte de la banda Rupatrupa.
¿Cómo ha sido la acogida en el Festival Tremor?
Estoy muy ilusionada de participar en el festival, creo que la identidad de Tremor y la mía encajan bastante bien. Llevo mi saxo, flauta, pedales y las ganas de experimentar y compartir ideas con las demás artistas.
Unir artistas que ‘viven en la periferia’ es el sentido del Proyecto Europeo Edge. Como artista canaria, ¿cómo has vivido la proyección de tu trabajo fuera de las islas?
Salir de las islas a presentar proyectos artísticos siempre tiene sus dificultades, principalmente por las limitaciones geográficas. Aún así he tenido la oportunidad de viajar mucho con mis proyectos y otras bandas en las que participo.
¿En qué dirección se encuentra tu trabajo y cómo confluye con un festival como Keroxen?
Ahora mismo estoy en el proceso de escribir mi segundo álbum en solitario, que incluirá cuerdas y más elementos con los que estoy investigando. Creo que mi visión de la música encaja con la de Keroxen en general, porque no vemos límites a la hora de crear y unir sonoridades muy diversas entre sí.
¿Cuál crees que es la importancia de estas sinergias culturales que se dan en el Proyecto Edge tanto en Keroxen como en Tremor y Fengaros?
Creo que las conexiones que se dan entre estos festivales y por lo tanto entre artistas de Canarias, Azores y Chipre nos puede ayudar a entender nuestra identidad como artistas isleños eternamente clasificados como periferia, y así hacernos más fácil el camino para empoderarnos sintiéndonos también centro. Y por el simple hecho de crear lazos con artistas de otros países por supuesto.