viernes, octubre 11, 2024

Bearsploitation: Osos mañosos. Por Pedro J. Mérida

Elizabeth Banks no es una directora al uso. Prueba de ello es que a lo largo de su carrera nos ha demostrado que es capaz de lo mejor (que la gente no se haya dado cuenta de que Pitch Perfect 2 es ‘El imperio contraataca’ de la trilogía a capella protagonizada por Anna Kendrick es para hacérselo mirar…), de lo peor (su contribución a Movie 43 es sentencia de fusilamiento al amanecer, sin juicio ni jurado), y de generar controversias tan estériles como gratuitas al servicio de la nadería más apabullante (porque aunque su versión de Los Angeles de Charlie puede ser a ratos un digno placer culpable, tampoco le costaba nada habérnosla ahorrado).

El estreno de su nueva incursión tras la cámara, Oso Vicioso (Cocaine Bear), un hipervitaminado disparate que ha conseguido colarse en el circuito de salas comerciales casi de la misma manera que el año pasado lo hacía la cinta protagonizada por Nicholas Cage El insoportable peso de un talento descomunal es la excusa para este mini-reportaje en el que vamos a hacer un rápido recorrido de lo que a dado de si el Bearsplotiation, o lo que es lo mismo, las cintas más destacadas que han glorificado la figura del oso como brutal y sanguinario matarife.

1- Grizzly (1976).

La cinta de William Girdler (recordemos que su mejor trabajo es Retorno desde la quinta dimensión, de 1976) trata de ser la versión de secano del Tiburón de Spielberg que el año anterior había arrasado en salas, pero al final, casi sin proponérselo, se antecede a eclosión del slasher y hete aquí que el oso protagonista de este exploitation del tres al cuarto se las apaña para ir despachando a lindas féminas durante la primera mitad de la cinta (si lo piensas, es un Black Christmas rural), para finalmente ir a toparse de bruces con Christopher George, a quien los zapatos del Jefe Brody de Roy Scheider le quedan como los de un payaso de circo a un niño de tres años. La representación de la autoridad policial acaba con la amenaza por la expeditiva vía del lanzagranadas en medio de una zona forestal (supongo que por aquello de que el fin justifica los medios).

El oso grizzly protagonista tiene como principal aliado al editor de la cinta, que inserta una zarpa aquí y un miembro despedazado de víctima por allá, para hacernos creer que este oso puede generar miedo más allá de la lástima que produce verle en pantalla andando sin dirección ni rumbo, porque Girdler a los mandos no termina de dar con la tecla cada vez que la bestia se adueña del plano medio. Esperpéntica en el mejor de los casos, conoció una secuela con un manto de infamia aún más grande si cabe, con George Clooney, Laura Dern y Charlie Sheen en los inicios de sus carreras, siendo despachados por el oso titular en los primeros minutos de película.

2 – El día de los animales (1978)

Dos años después de que Grizzly fuese un moderado éxito en salas, a William Girdler aún le roía el gusanillo temático de ‘hombre contra la naturaleza’ y, partiendo de esta premisa decidió invertir los términos planteando un escenario en el que, debido a la progresiva desintegración de la capa de ozono, las especies animales en una zona forestal de campistas se vuelven locos y deciden dar cuenta de cuanto humano se ponga a tiro.

Si bien aquí cualquier tipo de animal es susceptible de protagonizar un ataque, lo que va desde un aguilucho a una musaraña, la película encuentra su mejor baza en un villano interpretado por nada menos que Leslie Nielsen quien, en el clímax final, tras revelarse como un ser depredador y un peligro aún mayor para sus compañeros humanos que tratan de sobrevivir a las sucesivas oleadas de ataques de la naturaleza, encuentra su destino luchando mano a mano bajo la lluvia contra un enorme oso que seguramente había planeado robarle a los campistas su cesta de emparedados.

El día de los animales es una película de trama dispersa, cuyo verdadero interés reside en como Girdler intenta ser creativo a la hora de usar la naturaleza contra la especie humana. A ratos lo consigue y nos deja para el recuerdo a ese Nielsen ‘pecho lobo’ regalándonos un sonoro recital de sobreactuación.

3 – Profecía Maldita (1979)

La figura del oso asesino iba a conseguir cierto manto de dignidad de la mano de John Frankenheimer con una fábula de terror ecológico protagonizada por Robert Foxworth y Armand Assante (este último, aportando la conexión mística encarnando al rudo líder de una reserva india). Un terrorífico oso mutante, producto de los vertidos de mercurio de una empresa maderera, se convierte por derecho propio en protagonista de las mejores y enérgicas set pieces de la cinta.

El esquema de la cinta es sencillo y se cuece a fuego lento. Buen tratamiento de personajes y el explosivo brio de puesta en la escena habitual con el que Frankenheimer siempre nos tuvo al borde de la butaca, brilla en todo su apogeo durante el tercer acto, cuando la cinta ya despliega todo su poderío visual y narrativo apostando por un tono de survival frenético (que tenemos que agradecer al esmeradísimo trabajo en el libreto de David Seltzer) y cuyos ecos resonarían una década después bajo la batuta de John McTiernan en Depredador (1987)

En esta ocasión el oso presenta una aspecto que perfectamente se acomoda en el panteón de esas figuras que podemos considerar ‘combustible de pesadillas’ (el trabajo del departamento de maquillaje y prótesis para la bestia mantiene su icónica fuerza hasta el día de hoy), deformado por los efectos de los vertidos de mercurio y exhibiendo una fuerza destructiva y letal propia de una amenaza imparable, dejando a su paso un paroxístico reguero de cadáveres.

4 – El desafío (1997)

El irregular Lee Tamahori nos regaló con este título, y de manera totalmente inesperada, su mejor trabajo hasta la fecha. Aquí la lucha entre hombres y oso funciona en todos sus niveles de lectura y nos sitúa en el contexto de ‘hombre tan pobre que no tiene más que dinero’ enfrentado a una situación en la que ha de reinventarse para sobrevivir. ‘El desafío’ usa las apariciones de un oso Kodiak como una persistente metáfora de la crueldad de la selección natural y, aunque no se centra tanto en dejar un reguero de muertes para solaz del respetable, ya que sólo el personaje interpretado por Harold Perrineau acaba pereciendo bajo las garras de la amenaza animal, cada uno de los encuentros de la pareja protagonista (unos Anthony Hopkins y Alec Baldwin en celestial compenetración artística, derrochando carisma a espuertas) con la bestia es una clase magistral en el manejo del ritmo y la tensión por parte del director, que usa el entorno natural como un personaje más de la cinta para balancear las necesidades argumentales según se van presentando.

Como bien bromean los personajes de Hopkins y Baldwin tras dar cuenta del masivo y desbocado oso pardo, aceptando el animal que vive dentro de ambos y la necesidad de enfrentarse a la criatura por las bravas, ‘Si este oso me hubiese atacado en otro momento, habría llamado a mi abogado’.

El desafío encuentra sus mayores virtudes en la sencillez y aparente ausencia de pretensiones, si bien poco a poco adquiere un agradecido tono de estudio de personajes que, sin apresurarse, se apunta al juego de la subversión de expectativas con algunos giros de trama hacia el final, donde su relectura de ‘el hombre es un lobo (o mejor dicho, un oso Kodiak) para el hombre’ adquieren plena relevancia.

5 – Los Nuevos Mutantes. (2020)

Sin tratarse de una película remotamente perfecta en su nicho, está muchos peldaños por encima de naderías como Daredevil (2003), Ghost Rider (2007), Fantastic Four (cualquiera de ellas), o Elektra (2005), por citar algunos blancos fáciles.

Los nuevos mutantes va de más a menos (emergiendo de al cloaca) a más, aunque siempre cojeando de una pierna. De la misma manea que su elenco protagonista, desprende una apabullante sensación de orfandad, de hijo bastardo, dentro del Universo Marvel que supuestamente debía darle techo.

Igual que ese osito de peluche que acabó descosido y faltándole un ojito, relegado a un rincón polvoriento del trastero porque sus dueños nunca le dieron el cariño suficiente. Fox no apostó por ella como merecía y ya en casa de sus padres adoptivos (Disney), ‘Los nuevos mutantes se vio relegada a comer con la servidumbre. Sus costuras y descosidos se hacen evidentes desde cualquier ángulo desde el que la mires.

Y es una lástima porque la cinta se las apaña para que, igual que a ese osito deshilachado, le cojas cierto cariño a ella y a sus personajes en toda su descarnada pesadumbre y marginalidad, que miran con desconsuelo al corazón del espectador y, a punto de perder su maltrecha dignidad para murmurar ‘Quiéreme, por favor, aunque sea un poquitito’.


Los nuevos mutantes sorprende por su voluntarista disposición a asumir riesgos y su giro hacia el terror, con indudables ecos de Pesadilla en Elm Street 3: Guerreros del sueño, es de una valentía que infunde ternura y se convierte en el mejor homenaje que a estas alturas se le podía hacer a Chris Claremont, el autor que convirtió a los hijos del átomo de Stan Lee en sufridores de tendencia shakespeariana. Y aún más si tenemos en cuenta que esta película lanza el guiño a la etapa más bizarara: el maridaje entre Claremont y Bill Sienkiewicz para la saga del Oso Demonio, una absoluta rayada mística que nos dejó impresa en las retinas y la corteza cerebral la imagen deformada de una criatura con aspecto de descomunal oso que nos hizo realmente temer por las vidas de la nueva generación de los hijos del átomo.

En la película está resuelto con unos efectos visuales al límite del bien y del mal, de la mano de un puñado de malpagados becarios que tenían este encargo como uno de tantos al mes para poder pagar el alquiler de un mísero estudio de una habitación. Aún así, el amor al material de partida es lo suficientemente fuerte como para que seamos capaces de ver un poco más allá de las intenciones y aceptemos que este es el mejor Oso Demonio que vamos a ver nunca en pantalla, y le acurruquemos en el regazo como a ese osito deshilachado del desván.

Oso Vicioso cuenta este viernes 31 de marzo, a las 20:30, con un pase especial organizado por los fans de Isla Calavera en Multicines Tenerife, auspiciado por Culturamanía y Charlas de Cine. Una ocasión única de disfrutar de esta hilarante y desbocada propuesta que además supone reencontrarnos de manera póstuma con ese astro de la actuación que siempre fue Ray Liotta.

Pedro J. Mérida


Primera quedada del Club de Fans Isla Calavera para ver la película «El oso vicioso» el 31 de marzo en los Multicines Tenerife.

Charlas de Cine recomienda: PASE CLUB ISLA CALAVERA ‘OSO VICIOSO’ (‘COCAINE BEAR’) a precio reducido + Encuentro Club de Fans Isla Calavera… y alguna sorpresa más.

Pase de las 20:30 horas

Aquí tu entrada: https://bit.ly/3FUMpF2

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