miércoles, mayo 8, 2024

Crónica de Depresión Sonora, el encanto desde el desencanto. Por Jonathan Medina

Lo prometido es deuda, el pasado viernes 6 de octubre Planet Caravan nos trajo una nueva referencia del sello Sonido Muchacho, Depresión Sonora, girando con su álbum debut ‘El arte de morir muy despacio’. Un servidor hacía años que no veía una cola tan larga para acceder al Aguere Cultural de La Laguna, está atravesaba la galería hasta llegar a la misma calle de la ciudad; sorprendía también el gran número de gente joven (a new hope). La noche prometía. En primer lugar tocó viajar con unos viejos conocidos que cumplen ya 20 años subidos a los escenarios: Pumuky.

Jair y Noe Ramírez aka Pumuky, si bien a lo largo de su carrera musical han tenido a otros músicos en su formación, es en el dueto de los hermanos Ramírez donde encontramos esa compenetración, ese entenderse entre programación onírica y rasgueos de guitarra que puntualmente, cuando el timeline emocional de cada track lo pide, sabe hundirse en el noise. Ver a Pumuky es siempre un viaje entre los sueños y la realidad, en esta ocasión haciendo un rápido repaso por su discografía, donde quizás si he notado mayor uso de frecuencias bajas en la programación; ¿la gravedad de la madurez? A mí me han sonado mejor que nunca.

Marcos Crespo aka Depresión Sonora, llegó el plato fuerte de la noche, el que ha generado colas como hacía tiempo no se veían en el Aguere, principalmente veinteañeros; uno, pasados los cuarenta ya, entiende por qué, hay un discurso común, un discurso intergeneracional… este es el desencanto… el desencanto de una generación con el mundo y la sociedad que le han vendido, fuego de artificio. A partir de aquí, Crespo nos vende un discurso nihilista, no exento de sarcasmo, que funciona a modo de catarsis vital en un álbum conceptual que toca prácticamente en orden durante el concierto, con su programación original y apoyo de guitarra y bajo para darle mayor empaque y fuerza, llevándonos en un viaje que parte de la mala leche haciendo paradas en la soledad y el odio para finalizar en la aceptación. ¿Cómo suena Depresión Sonora?, aquí voy a parafrasear a un amigo crítico musical de Las Palmas de Gran Canaria, Jorge García, cuando le pase ‘El arte de morir muy despacio’: «Suena como si Ian Curtis se follase a The Smiths y lo pinchará New Order» (sic).

A destacar algo que por desgracia muchos artistas descuidan, esto es el apoyo de visuales durante el concierto. En este caso un compendio de clips de anime y grabaciones caseras, montados a ritmo frenético con algo de ruido en la imagen.

A destacar también el absoluto lleno de la sala grande del Aguere con un público absolutamente entregado, con pogos espontáneos y un artista entregado a su público.

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